Así ayudan los civiles en búsquedas de desaparecidos en Texas
Las devastadoras inundaciones que azotaron el centro de Texas durante el fin de semana del 4 de julio de 2025 han movilizado a cientos de civiles que se han unido a los esfuerzos de búsqueda y rescate de personas desaparecidas. Con un saldo de al menos 104 muertos y docenas aún sin localizar, especialmente en el condado de Kerr, voluntarios locales han desempeñado un papel crucial en la respuesta a la tragedia, trabajando junto a equipos de emergencia para localizar sobrevivientes y recuperar cuerpos en áreas devastadas por las aguas del río Guadalupe.
Civiles al frente de la emergencia
En el condado de Kerr, donde el campamento cristiano Camp Mystic reportó 27 víctimas, más de 1,200 voluntarios se han registrado para asistir en las labores de búsqueda. Organizados por la Oficina del Sheriff de Kerrville, los civiles han utilizado botes, drones y perros rastreadores para recorrer las orillas del río y zonas boscosas. Según el jefe de bomberos de Kerrville, Eric Maloney, los voluntarios han sido esenciales para cubrir áreas de difícil acceso, recuperando 14 cuerpos entre el 6 y 7 de julio. Grupos como Texas Baptist Men han proporcionado alimentos y refugio a los rescatistas, atendiendo a 800 personas diariamente.
Coordinación con autoridades
La Agencia de Gestión de Emergencias de Texas (TDEM) ha coordinado a los voluntarios, asignándolos a tareas específicas para evitar duplicar esfuerzos. El director de TDEM, Nim Kidd, destacó que los civiles han sido capacitados rápidamente en técnicas de búsqueda y seguridad en el agua. En Hunt, un equipo de 50 voluntarios, liderado por el ranchero local Tom Brown, rescató a tres familias atrapadas en sus hogares el domingo. “La comunidad se unió como nunca”, dijo Brown, quien usó su tractor para mover escombros. La Guardia Nacional, con 600 efectivos desplegados, ha elogiado la colaboración ciudadana, que ha permitido acelerar las operaciones en un 30%.
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Historias de heroísmo comunitario
Entre los voluntarios destacan historias de valentía. Reagan Brown, un estudiante de 22 años de Kerrville, organizó un grupo de 30 vecinos para rescatar a una anciana de 92 años atrapada en su ático en Hunt. Usando cuerdas y balsas improvisadas, el grupo navegó aguas turbulentas para salvarla. En Comfort, la enfermera Elizabeth Lester, madre de dos campistas de Camp Mystic, lideró un equipo que encontró a una niña de 10 años aferrada a un árbol tras nadar por una ventana. Estos esfuerzos han sido clave para rescatar a 250 personas desde el viernes, según el Departamento de Seguridad Pública de Texas.
Críticas a la respuesta oficial
A pesar del heroísmo civil, las inundaciones han generado críticas hacia la administración del presidente Donald Trump y el senador Ted Cruz por recortes al Servicio Meteorológico Nacional (NWS), que perdió 200 meteorólogos en 2025. Aunque el NWS emitió alertas desde el jueves, la falta de sirenas en Kerrville, tras el rechazo de un proyecto de ley estatal en 2024, dificultó las evacuaciones. El senador Chuck Schumer exigió investigar si la escasez de personal contribuyó a las 84 muertes en el condado de Kerr. La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, defendió las alertas, afirmando que “fueron claras y oportunas”.
El impacto de la solidaridad
Organizaciones comunitarias, como iglesias y asociaciones de veteranos, han recaudado $1.2 millones para apoyar a las familias afectadas, según la Cruz Roja de Texas. En Kerrville, un centro de voluntarios en el Parque Louise Hays ha servido como base para coordinar donaciones de ropa, alimentos y herramientas. La tragedia, que dejó $1,500 millones en daños, ha unido a texanos de todos los orígenes, con voluntarios provenientes de hasta 200 millas de distancia. Mientras las lluvias persisten, con alertas hasta el 9 de julio, los civiles siguen siendo una fuerza vital, demostrando que la solidaridad comunitaria es tan crucial como los recursos federales en esta crisis sin precedentes.