El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su administración evalúa imponer nuevas sanciones a Rusia, luego de expresar públicamente su frustración con el mandatario ruso, Vladimir Putin. Las declaraciones ocurrieron durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca, en medio de la presión creciente del Congreso para responder con mayor firmeza al conflicto bélico que continúa en Ucrania.
Las tensiones entre Washington y Moscú han escalado nuevamente tras la falta de avances significativos en las negociaciones de alto el fuego. Trump aseguró que su gobierno “no está contento” con la postura de Putin, a quien acusó de engañar a Occidente con promesas vacías.
Trump sancionará a Putin si no hay avances reales
Consultado sobre un nuevo proyecto de ley aprobado en el Senado que contempla sanciones más duras contra Rusia, Trump afirmó que lo está “considerando seriamente”. Si bien no ofreció detalles específicos sobre las medidas, dejó entrever que su administración está abierta a tomar acciones si Putin no muestra señales claras de desescalada.
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Fotrografía de archivo del presidente de Rusia, Vladímir Putin. EFE/Stringer
“Es una opción. Es una guerra que nunca debió haber ocurrido y mucha gente está muriendo”, comentó el presidente. También cuestionó la actitud de Putin en las conversaciones bilaterales: “Siempre es muy amable, pero resulta que no tiene sentido. Nos cuenta muchas tonterías”.
Trump ha adoptado una postura ambivalente respecto al conflicto entre Rusia y Ucrania desde su regreso al poder, combinando mensajes de crítica hacia Moscú con intentos por mantener abiertas las vías diplomáticas. Sin embargo, sus últimas declaraciones marcan un tono más severo, especialmente al señalar que el Kremlin está provocando miles de muertes semanales, incluso de sus propios soldados.
Trump sancionará a Putin y refuerza el envío de armas a Ucrania
En ese mismo encuentro, Trump confirmó que ha aprobado el envío de armas defensivas adicionales a Ucrania, argumentando que “Putin no está tratando bien a los seres humanos”. Según el presidente, el objetivo es fortalecer la capacidad de defensa de las fuerzas ucranianas sin escalar hacia una confrontación directa entre Estados Unidos y Rusia.

El presidente ruso, Vladimir Putin (i), se reúne con el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump (d). EFE/Michael Klimentyev
La decisión se produce en un momento en que el Pentágono ha mostrado cautela con respecto al envío masivo de armamento, tras advertir sobre posibles carencias en el inventario militar estadounidense. La semana pasada, el Departamento de Defensa suspendió temporalmente ciertos suministros a Kiev, provocando la preocupación inmediata del gobierno ucraniano.
En respuesta, Ucrania convocó al encargado de negocios de la embajada estadounidense en Kiev, John Ginkel, para advertir que cualquier retraso o cancelación en el envío de armas “alentaría al agresor” y pondría en riesgo la resistencia ucraniana.
A pesar de ello, Trump aseguró que su gobierno continuará brindando apoyo a Ucrania dentro de los límites presupuestarios, mientras insiste en que la solución al conflicto pasa por el fin inmediato de las hostilidades. “Esto debe terminar. Está muriendo mucha gente”, remarcó.
Congreso y opinión pública piden más presión
El debate sobre cómo manejar la relación con Rusia se ha intensificado en el Congreso estadounidense. El proyecto de ley que impulsa nuevas sanciones contra el gobierno de Putin cuenta con respaldo bipartidista, y busca aumentar la presión financiera y diplomática sobre Moscú para forzar un cese al fuego.
Entre las medidas propuestas se incluyen restricciones al sistema bancario ruso, la congelación de activos de funcionarios clave y sanciones contra empresas vinculadas al aparato militar del Kremlin. También se plantea ampliar la lista de individuos sancionados y limitar la exportación de tecnología estratégica hacia Rusia.
La opinión pública estadounidense también muestra una creciente inquietud por el rumbo de la guerra. Encuestas recientes revelan que una mayoría de ciudadanos apoya mantener el apoyo a Ucrania, pero también exigen mayor claridad y firmeza en la política exterior del gobierno.
En este escenario, las declaraciones de Trump, aunque inesperadamente duras, podrían responder a la necesidad de reposicionar su administración ante la presión internacional y la proximidad de las elecciones presidenciales de 2026.
Crecen tensiones globales
El conflicto en Ucrania continúa siendo un eje central de la geopolítica mundial. La falta de avances en las negociaciones y las acusaciones de crímenes de guerra han deteriorado aún más la imagen de Rusia en el escenario internacional. Las sanciones impuestas por Occidente desde 2022 han afectado la economía rusa, pero no han logrado frenar la ofensiva militar.
Mientras tanto, otros líderes internacionales han intensificado los llamados a la diplomacia. El presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, han reiterado la necesidad de reanudar las conversaciones multilaterales. Sin embargo, el Kremlin ha rechazado condiciones que impliquen la retirada inmediata de sus tropas, lo que complica cualquier acuerdo de paz.
Estados Unidos, bajo el liderazgo de Trump, se encuentra en una posición clave para influir en el curso de la guerra. Aunque el presidente ha sido criticado por su cercanía pasada con Putin, sus recientes comentarios indican una ruptura en esa relación. Su afirmación de que “nos cuenta muchas tonterías” podría ser una señal de que Washington está dispuesto a endurecer su postura, incluso a costa de romper canales diplomáticos existentes.