El jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en Colombia, John T. McNamara, regresó este miércoles a Bogotá tras una serie de consultas en Washington, con un mensaje claro: el Gobierno de Estados Unidos está preocupado por el rumbo que ha tomado la relación bilateral con Colombia. Según afirmó en una declaración publicada en la red social X, las recientes acciones y declaraciones del Gobierno colombiano “ponen en riesgo una relación histórica, cercana y mutuamente beneficiosa”.
Declaración del Encargado de Negocios John T. McNamara. pic.twitter.com/t7ZqyhtWjw
— US Embassy Bogota (@USEmbassyBogota) July 9, 2025
Este episodio marca un punto de inflexión en la diplomacia entre ambos países, cuya relación ha sido tradicionalmente estratégica, especialmente en temas como el comercio, la lucha contra el narcotráfico y la seguridad regional.
Estados Unidos advierte sobre el deterioro de la relación bilateral
La tensión se intensificó luego de que el Departamento de Estado convocara a McNamara a consultas el pasado 3 de julio. La medida se produjo tras declaraciones del presidente colombiano Gustavo Petro, quien insinuó que sectores estadounidenses estarían implicados en un supuesto complot político liderado por su excanciller, Álvaro Leyva.
Washington calificó estas declaraciones como “infundadas” y tomó el gesto diplomático de mayor nivel previo a una ruptura: llamar a consultas a su principal representante en el país. McNamara, a su regreso, reiteró que aún persisten “preocupaciones serias” en torno al lenguaje y decisiones adoptadas por el Gobierno de Petro.

El presidente de Colombia, Gustavo Petro, en una fotografía de archivo. EFE/Elvis González
«Colombia continúa siendo un socio estratégico esencial para Estados Unidos en América Latina», afirmó el diplomático, pero añadió que esa alianza necesita basarse en confianza y colaboración activa, algo que —según él— hoy se encuentra en entredicho.
Colombia responde: también llama a su embajador en EE.UU.
En una respuesta inmediata y recíproca, el presidente Gustavo Petro decidió llamar también a consultas a su embajador en Washington, Daniel García-Peña. El embajador regresó esta semana a la capital estadounidense, lo que ha sido interpretado como una señal de que el Gobierno colombiano aún busca mantener abierto el canal diplomático con Estados Unidos.
El Ejecutivo colombiano aseguró que su interés sigue siendo preservar la relación bilateral, aunque también dejó claro su desacuerdo con la presión ejercida por Washington. Petro, el primer presidente de izquierda en la historia de Colombia, ha mantenido posturas independientes en temas internacionales, lo que ha generado fricciones con la Administración de Donald Trump desde su retorno al poder en 2025.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump. EFE/EPA/Samuel Corum/Pool
A pesar de las diferencias, ambos gobiernos han insistido en que desean mantener la cooperación bilateral en áreas clave como comercio, seguridad y migración.
Intercambio comercial, lucha antidrogas y migración: claves de la relación bilateral
Estados Unidos es el mayor socio comercial de Colombia, con un intercambio de bienes y servicios que en 2024 alcanzó los 36,700 millones de dólares. Además, EE.UU. ha sido el principal apoyo internacional en la lucha contra el narcotráfico, mediante programas de asistencia como el Plan Colombia y, más recientemente, iniciativas enfocadas en desarrollo rural y sustitución de cultivos ilícitos.
En materia migratoria, ambos gobiernos también comparten responsabilidades importantes, ya que Colombia ha sido punto de tránsito para migrantes que se dirigen hacia América Central y, finalmente, a la frontera sur de Estados Unidos.
Sin embargo, los cambios en las prioridades políticas y el tono del presidente Petro frente a Washington han generado roces constantes. Desde su elección, Petro ha criticado con dureza la llamada «guerra contra las drogas», proponiendo una política alternativa centrada en la regulación y la salud pública.
Estas posiciones han sido vistas con recelo por la administración republicana, que ha priorizado la seguridad fronteriza y la lucha antidrogas como ejes centrales de su política exterior en la región.
¿Qué podría pasar si la tensión diplomática escala?
El regreso de McNamara a Colombia se presenta como una oportunidad para el diálogo, pero también como una advertencia. En su mensaje público, el diplomático insistió en que Washington espera acciones concretas del gobierno colombiano para preservar la alianza bilateral. Esto incluiría una moderación en el discurso público del presidente Petro, así como mayores gestos de cooperación práctica en los temas de interés compartido.
De no alcanzarse un entendimiento, el impacto podría sentirse en áreas sensibles como el flujo de ayuda estadounidense, la inversión extranjera, los acuerdos comerciales, e incluso los programas conjuntos en seguridad. La relación entre ambos países, aunque duradera, ha estado sujeta a tensiones en el pasado, pero la escalada actual ocurre en un contexto regional más polarizado y con un enfoque migratorio y de seguridad más rígido por parte del Gobierno de Trump.
Por ahora, la comunidad internacional observa con atención este pulso diplomático entre dos gobiernos que han sido aliados por décadas, pero que hoy enfrentan uno de los momentos más delicados de su historia reciente.