Las inundaciones en Texas han dejado un rastro de devastación en el condado de Kerr, donde al menos 120 personas han perdido la vida, incluyendo 30 niños en el campamento de verano Camp Mystic, tras una tormenta que desbordó el río Guadalupe el 4 de julio de 2025. La tragedia, una de las peores en la historia reciente del estado, ha desatado una controversia sobre la preparación y respuesta de las autoridades. La Casa Blanca, a través de la secretaria de prensa Karoline Leavitt, calificó el desastre como un “acto de Dios”, defendiendo que las alertas emitidas por el Servicio Meteorológico Nacional fueron suficientes, aunque muchos cuestionan por qué no se evacuó a tiempo a los campistas. Mientras tanto, el gobernador Greg Abbott ha movilizado a más de 20 agencias estatales para las labores de búsqueda y rescate, que aún buscan a decenas de desaparecidos.
El río Guadalupe, que atraviesa el corazón de la región conocida como Texas Hill Country, alcanzó un nivel récord de 37.52 pies en Hunt, Texas, según el Servicio Geológico de Estados Unidos, superando el máximo histórico de 1932. Las lluvias torrenciales, que descargaron hasta 15 pulgadas en pocas horas, convirtieron las tranquilas aguas en una corriente mortal que arrasó con cabañas, vehículos y hogares. En Camp Mystic, un campamento cristiano para niñas en Hunt, la crecida sorprendió a los asistentes en la madrugada, dejando un saldo de al menos 27 campistas y consejeros fallecidos, además de 10 niñas y una consejera aún desaparecidas, según el sheriff del condado de Kerr, Larry Leitha.
Una tragedia inesperada
La magnitud de las inundaciones ha conmocionado al país. El campamento Camp Mystic, ubicado a orillas del río Guadalupe, acogía a unas 750 niñas cuando el agua irrumpió con una fuerza inusitada, alcanzando los techos de las cabañas, según describió el gobernador Abbott en una publicación en redes sociales. “El paisaje era irreconocible, con el agua llegando a alturas que nunca había visto en un desastre natural”, dijo Abbott tras visitar el lugar. Las labores de rescate, que han salvado a más de 850 personas según la Guardia Costera, continúan sin descanso con la ayuda de helicópteros, drones y equipos especializados de Texas y estados vecinos, incluyendo un grupo de rescate de Coahuila, México.
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El presidente Donald Trump, quien firmó una declaración de desastre mayor para el condado de Kerr el 6 de julio, visitó la zona el viernes 11 de julio junto a la primera dama Melania Trump y el gobernador Abbott. Durante un evento en Kerrville, Trump expresó su apoyo a las familias afectadas, diciendo: “Estamos aquí para mostrar el amor y la angustia de toda la nación por esta terrible tragedia”. Sin embargo, su administración ha enfrentado críticas por recortes previos al Servicio Meteorológico Nacional, lo que algunos expertos sugieren pudo haber limitado la capacidad de emitir alertas más precisas y oportunas.
Respuesta y controversia
La respuesta a las inundaciones en Texas ha sido masiva, con más de 2,100 rescatistas de agencias locales, estatales y federales trabajando en la zona, según el Departamento de Seguridad Nacional. Sin embargo, las preguntas sobre la preparación persisten. El sheriff Leitha admitió que no fue informado del desborde del río hasta entre las 4 y 5 de la mañana del 4 de julio, cuando el agua ya había subido 27 pies en 45 minutos. En años recientes, el condado de Kerr intentó sin éxito obtener fondos de FEMA para instalar sirenas de alerta de inundaciones, un proyecto rechazado por limitaciones presupuestarias, según el alcalde de Kerrville, Joe Herring Jr..

Organizaciones como la Cruz Roja y el Ejército de Salvación han establecido centros de ayuda en Kerrville, ofreciendo alimentos y refugio a los afectados. Mientras tanto, el dolor en la comunidad es palpable. Familias han acudido a Camp Mystic para recuperar pertenencias entre los escombros, y muchos han dejado tributos en un memorial improvisado. La consejera Laney Owens relató en redes sociales cómo despertó al sentir agua en su cabaña y ayudó a evacuar a las niñas, un esfuerzo que salvó vidas pero no pudo evitar la tragedia.
El futuro en Texas
A medida que las labores de búsqueda continúan, con 161 personas aún desaparecidas según Abbott, la región enfrenta la amenaza de más lluvias en los próximos días. El gobernador ha instado a los residentes a mantenerse alerta y seguir las advertencias locales. Además, ha anunciado una sesión especial de la Legislatura de Texas para discutir mejoras en los sistemas de alerta y preparación para desastres, una medida respaldada por el representante estatal Drew Darby, quien pidió invertir en sistemas de alerta más robustos.

La tragedia ha dejado una marca imborrable en el condado de Kerr, especialmente en Camp Mystic, donde la comunidad llora la pérdida de niñas como Mary Kate Jacobe, de 8 años, y las hermanas Hanna y Rebecca Lawrence, también de 8 años. Mientras las familias buscan respuestas y los rescatistas trabajan sin descanso, Texas enfrenta el desafío de reconstruir no solo las estructuras destruidas, sino también la confianza en su capacidad para prevenir futuras tragedias. La visita de Trump y las promesas de apoyo federal son un primer paso, pero la magnitud de esta catástrofe seguirá resonando en la región por años.