A medida que se acerca la fecha límite del 18 de julio, los republicanos en el Congreso enfrentan tensiones internas por un paquete de recortes de 9,400 millones de dólares propuesto por el presidente Donald Trump, enfocado en ayuda exterior y radiodifusión pública. Por lo tanto, la presión de Trump, quien amenaza con retirar su apoyo a los indecisos, ha generado 10.2 millones de interacciones en redes sociales. En consecuencia, el paquete, impulsado por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), pone a prueba la unidad republicana, con senadores como Susan Collins buscando ajustes. Sin embargo, los halcones fiscales exigen mantener los recortes sin cambios, mientras los demócratas advierten sobre un posible cierre del gobierno.
Presión de Trump y plazos ajustados
Trump ha intensificado su campaña para asegurar la aprobación del paquete de rescisión, que busca cancelar 8,300 millones de dólares en ayuda exterior y 1,100 millones de la Corporación para la Radiodifusión Pública (CPB), que financia NPR y PBS. Por su parte, el presidente instó en Truth Social a los republicanos a apoyar la medida, calificándola de “indiscutible”. En consecuencia, la Cámara aprobó el paquete el 12 de junio por 214-212, pero el Senado, con una mayoría republicana ajustada, enfrenta resistencias. Además, la legislación debe aprobarse antes del viernes bajo la Ley de Control de Presupuestos de 1974, que permite evitar el filibusterismo con una mayoría simple.
Oposición dentro del partido
La senadora Susan Collins, presidenta del Comité de Asignaciones, se opone a recortes de 400 millones de dólares al programa PEPFAR contra el VIH/SIDA y a fondos para salud maternoinfantil, calificándolos de “imprudentes”. Por lo tanto, junto a senadores como Mike Rounds de Dakota del Sur, busca proteger a las estaciones de radio rurales, que dependen hasta en un 90% de fondos federales, según la CPB. En consecuencia, Rounds señaló que los recortes afectarían a comunidades indígenas en su estado. Sin embargo, líderes de la Cámara, como Mike Johnson, insisten en que el paquete refleja la agenda “América Primero” de Trump, generando tensiones con moderados.
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Halcones fiscales vs. moderados
Los republicanos de línea dura, como el senador Ron Johnson, rechazan cualquier modificación al paquete, argumentando que los recortes son insuficientes frente al déficit de 36.2 billones de dólares. Por su parte, el grupo conservador Heritage Action calificó la votación como una prueba clave para los legisladores. En consecuencia, la presión de Trump, quien amenazó con no respaldar a quienes se opongan, complica la postura de moderados como Collins y Lisa Murkowski, quienes defienden la radiodifusión pública en áreas rurales. Además, cuatro republicanos en la Cámara, incluyendo a Brian Fitzpatrick, votaron en contra, mostrando fisuras en el partido.
Impacto en la radiodifusión pública
El paquete elimina 1,100 millones de dólares para la CPB, que apoya a 1,500 estaciones de radio y televisión locales, muchas en zonas rurales. Por lo tanto, la Asociación de Estaciones de Televisión Pública advierte que el 45% de estas estaciones podrían cerrar, afectando alertas de emergencia y programación educativa. En consecuencia, NPR y PBS, acusados por Trump de tener un sesgo liberal, enfrentan un futuro incierto, aunque solo el 1% del presupuesto de NPR proviene de fondos federales, según la organización. Sin embargo, la senadora Murkowski destacó que en Alaska, estas estaciones son vitales para alertas de desastres naturales.
Repercusiones políticas y bipartidistas
Los demócratas, liderados por Chuck Schumer, advierten que los recortes de Trump amenazan las negociaciones bipartidistas para evitar un cierre del gobierno en septiembre. Por su parte, Hakeem Jeffries calificó el paquete como “imprudente”, argumentando que daña la seguridad nacional y programas humanitarios. En consecuencia, la rescisión de 8,300 millones de dólares en ayuda exterior, incluyendo 800 millones para refugios y agua potable, podría afectar a 3.6 millones de personas, según Oxfam America. Pese a todo, el director de presupuesto, Russ Vought, planea más rescisiones si el paquete actual tiene éxito, desafiando el control del Congreso sobre el gasto.