Los New York Knicks sorprendieron al mundo del baloncesto al anunciar el despido de su entrenador Tom Thibodeau el pasado martes 3 de junio de 2025, apenas tres días después de su eliminación en las Finales de la Conferencia Este frente a los Indiana Pacers. La decisión llega tras una temporada histórica en la que los Knicks lograron 51 victorias y alcanzaron su primera final de conferencia en 25 años, un hito que no se veía desde la era de Jeff Van Gundy en 2000.
Pero, ¿qué llevó a la franquicia a tomar una medida tan drástica tras un éxito relativo? La respuesta parece estar en la ambición desmedida de un equipo que sueña con un campeonato que no ha conquistado desde 1973.
Thibodeau, conocido por su enfoque defensivo y su intensidad en el banquillo, transformó a los Knicks desde su llegada en 2020. En cinco temporadas, logró un récord de 226 victorias y 174 derrotas, llevó al equipo a los playoffs en cuatro ocasiones y ganó el premio al Entrenador del Año de la NBA en 2021. Este año, los Knicks superaron a los Detroit Pistons y a los campeones defensores, los Boston Celtics, antes de caer 4-2 ante los Pacers en una serie que expuso las debilidades de su roster. A pesar de estos logros, la gerencia, liderada por el presidente Leon Rose, decidió que era necesario un cambio para dar el salto definitivo hacia el título.
¿Por qué los Knicks despiden a Thibodeau?
La salida de Thibodeau ha generado debate entre los aficionados. Su estilo de juego, basado en una defensa férrea y una alta carga de minutos para sus titulares, fue clave para devolver a los Knicks a la relevancia, pero también recibió críticas.
Durante la temporada 2024-25, jugadores como Jalen Brunson, Mikal Bridges, Josh Hart, OG Anunoby y Karl-Anthony Towns lideraron la liga en minutos jugados, con promedios superiores a los 35 minutos por partido. Esto, según algunos, provocó fatiga en los playoffs, especialmente en la serie contra los Pacers, donde los Knicks no pudieron igualar la velocidad y profundidad del rival. La falta de rotación y el uso limitado de suplentes como Miles McBride o Landry Shamet también fueron puntos de fricción.
El presidente de los Knicks, Leon Rose, explicó en un comunicado oficial: “Nuestra organización está enfocada en ganar un campeonato para nuestros aficionados. Esta búsqueda nos llevó a la difícil decisión de movernos en otra dirección. No podemos agradecer lo suficiente a Tom por su dedicación y profesionalismo”.
La declaración sugiere que la gerencia cree que el equipo, con su núcleo talentoso, necesita una nueva voz para maximizar su potencial. Los Knicks invirtieron fuertemente el verano pasado, adquiriendo a Mikal Bridges y Karl-Anthony Towns a cambio de múltiples selecciones de draft y jugadores como Julius Randle y Donte DiVincenzo, lo que elevó las expectativas a niveles de campeonato.
Desafíos tácticos en los playoffs
En la serie contra los Pacers, los Knicks mostraron destellos de grandeza, pero también limitaciones evidentes. Su quinteto titular, con un net rating de -6.2 en los playoffs, tuvo problemas para cohesionarse ofensivamente, según datos de la NBA. Brunson, el líder indiscutible y candidato a MVP, promedió 26 puntos y 7.3 asistencias, pero su estilo basado en driblar excesivamente no siempre involucró a sus compañeros.
Towns, por su parte, brilló con 24.4 puntos y un 42% en triples, pero su defensa fue un punto débil que Indiana explotó con jugadores como Pascal Siakam y Aaron Nesmith. Thibodeau intentó ajustes tardíos, como incluir a Mitchell Robinson en lugar de Hart en el Juego 3, pero el equipo ya estaba contra las cuerdas.
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La falta de un sistema ofensivo fluido fue otro factor. Los Knicks terminaron la temporada regular con la quinta mejor ofensiva de la liga, promediando 115.6 puntos por cada 100 posesiones, pero en los playoffs, su ataque se estancó en momentos clave. La dependencia de Brunson y la incapacidad de generar tiros abiertos para jugadores como Hart, quien tuvo problemas con su tiro exterior, limitaron las opciones. Algunos señalan que Thibodeau no experimentó lo suficiente durante la temporada regular para preparar alternativas, lo que dejó al equipo sin respuestas frente al ritmo vertiginoso de los Pacers.
El futuro de los Knicks
Con Thibodeau fuera, los Knicks enfrentan un verano crucial. La gerencia ahora debe encontrar un entrenador capaz de llevar a este roster, encabezado por Brunson y Towns, al siguiente nivel. Nombres como Michael Malone, exentrenador de los Denver Nuggets y campeón en 2023, y Taylor Jenkins, recientemente despedido por los Memphis Grizzlies, ya suenan como posibles candidatos. El próximo entrenador heredará un equipo con talento, pero también con desafíos: mejorar la defensa de Brunson y Towns, integrar mejor a Bridges y Anunoby, y desarrollar un banquillo más confiable.

Los aficionados en Nueva York están divididos. Algunos celebran la decisión, esperando un enfoque más moderno que priorice el descanso de los titulares y un ataque más dinámico. Otros, como el base Josh Hart, expresaron su gratitud hacia Thibodeau en redes sociales, destacando su impacto en la cultura de la franquicia. “Siempre agradecido, gracias”, escribió Hart tras conocerse la noticia. Lo cierto es que los Knicks están en modo “campeonato o nada”, y la presión recae ahora en Leon Rose y el propietario James Dolan para acertar con el próximo entrenador.
El despido de Thibodeau marca el fin de una era que devolvió a los Knicks al mapa de la NBA, pero también refleja la impaciencia de una franquicia que no se conforma con estar cerca. Con un roster lleno de estrellas y un mercado exigente, los Knicks apuestan por un cambio arriesgado en busca de la gloria. El Madison Square Garden espera, y el reloj ya está corriendo.