James Cook, corredor estelar de los Buffalo Bills, dejó entrever su deseo de permanecer con el equipo mientras las negociaciones de su contrato continúan en un punto muerto. En un evento de póker en Las Vegas, el jugador de 25 años evitó comprometerse con una posible huelga, diciendo “sin embargo salga, salga” y enfatizando que “el negocio es negocio”, lo que sugiere una postura cautelosa pero optimista sobre su futuro con los Bills.
Con su contrato rookie terminando en 2025, Cook enfrenta un momento crucial en su carrera, mientras el equipo evalúa si extenderá su acuerdo o lo dejará llegar a la agencia libre en 2026.
Cook, seleccionado en la segunda ronda del draft de 2022, ha sido una pieza clave en la ofensiva de Buffalo, destacándose en las últimas dos temporadas con Pro Bowl y liderando la NFL con 16 touchdowns terrestres en 2024, sumando 1,009 yardas en 16 partidos como titular.
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A pesar de su ausencia en los entrenamientos voluntarios de la offseason, el gerente general Brandon Beane expresó confianza en que Cook estará listo para la temporada 2025, aunque no hay avances claros en las negociaciones por una extensión que el jugador estima en 15 millones de dólares anuales. La incertidumbre crece, pero Cook parece enfocado en mantenerse profesional mientras espera una resolución.
James Cook: ¿Un futuro incierto con los Bills?
El corredor, quien ha acumulado 2,834 yardas combinadas desde su llegada, no ha confirmado si asistirá al campamento obligatorio de entrenamiento que comienza en junio, lo que ha avivado especulaciones sobre una posible huelga.
Sin embargo, durante el torneo de póker, Cook insistió en su compromiso con sus compañeros, sugiriendo que priorizará el equipo sobre las tensiones contractuales. Beane, por su parte, ha minimizado las preocupaciones, afirmando que espera que Cook “esté listo para jugar” cuando comience la temporada, destacando su valor tras una campaña estelar que incluyó 258 yardas por recepción y dos touchdowns adicionales.
La decisión de los Bills de no seleccionar un corredor en el draft de 2025 podría interpretarse como una señal de confianza en Cook, pero también como una estrategia para evitar compromisos financieros a largo plazo en una posición donde el valor tiende a disminuir rápidamente.
Con el equipo enfocándose en renovaciones para jugadores como Josh Allen y Khalil Shakir, el presupuesto parece ajustado, lo que podría retrasar cualquier oferta significativa hasta después de la temporada. Mientras tanto, Cook ha mantenido un perfil bajo, dejando las negociaciones en manos de su agente mientras se prepara para demostrar su valía en el campo.
Expectativas y desafíos en 2025
La temporada 2025 será decisiva para Cook, quien busca replicar o superar su rendimiento de 2024 para justificar su demanda salarial. Los Bills inician su temporada regular el 7 de septiembre contra los Arizona Cardinals, y su participación en los entrenamientos obligatorios será un indicador clave de su disposición a jugar bajo su contrato actual de 5.3 millones de dólares.
La Oficina de Comercio de Nueva York estima que los juegos en casa, como el debut contra Arizona en Highmark Stadium, generarán un impacto económico de más de 20 millones de dólares, lo que subraya la importancia de mantener a estrellas como Cook para la economía local.
El respaldo de Beane contrasta con la postura de algunos analistas que sugieren que Buffalo podría dejarlo ir en 2026 si no se llega a un acuerdo, abriendo la puerta a un reemplazo en el draft de 2026. Sin embargo, la química de Cook con Allen y su versatilidad como receptor lo hacen un activo valioso, especialmente en un equipo que promedió 30.9 puntos por juego en 2024. Mientras las negociaciones avanzan lentamente, el corredor sigue siendo un punto focal para los aficionados, quienes esperan que su talento continúe impulsando a los Bills hacia un sueño de Super Bowl en la próxima campaña.