Pedro García, un joven mexicano de apenas 19 años, fue abatido por policías del Departamento de Policía de Fullerton, California, en un operativo registrado por cámaras corporales. El incidente ocurrió el 15 de marzo de 2025, después de que su hermano de 14 años llamara al 911 denunciando que Pedro había amenazado a sus padres con un cuchillo. La llamada, que buscaba apoyo ante una situación familiar crítica, terminó en una tragedia que reabre el debate sobre el uso excesivo de la fuerza policial, especialmente contra comunidades hispanas y afroamericanas.
El video publicado por la policía —tras presiones legales y sociales— muestra cómo los agentes llegaron al lugar con armas desenfundadas, gritando órdenes y amenazando con liberar a un perro si Pedro no se rendía. En la grabación, Pedro aparece visiblemente alterado, desorientado, llorando, con movimientos erráticos y, en algunos momentos, levantando parcialmente los brazos. Sin embargo, tras llevarse las manos al pantalón, los policías abrieron fuego. Le dispararon más de 20 veces. Su familia presenció todo.
Los hechos no solo estremecieron a la comunidad local, sino que también se viralizaron rápidamente en redes sociales, generando indignación y llamados de justicia.
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Violencia policial en California: cámaras corporales revelan un operativo mortal
El caso de Pedro García ha renovado el foco sobre la violencia policial en California. Las imágenes difundidas por el Departamento de Policía de Fullerton muestran un despliegue con protocolos agresivos desde el primer momento. La advertencia inicial de uno de los agentes fue clara: “Tírate al piso o soltaré al perro”. En lugar de aplicar técnicas de desescalamiento o recurrir a métodos no letales —como lo recomiendan los protocolos en casos con personas en crisis—, los agentes decidieron confrontar a Pedro con armas de fuego desenfundadas desde el inicio.
Gabriela Ordoñez, madre del joven, declaró a Univision que advirtió a los oficiales que Pedro ya no portaba el cuchillo que se mencionó en la llamada. Asegura que su hijo había sido desarmado por la propia familia antes de que llegaran los policías. “Para cuando yo volteé otra vez a ver a mi hijo ya le habían disparado un montón de veces”, dijo Ordoñez, aún con la voz quebrada por la tragedia.
El abogado de la familia, Luis Carrillo, denunció que Pedro no portaba un arma de fuego, sino una pistola de perdigones. “Los policías ven a los afroamericanos y a los latinos como si fueran mugre. Estos policías deben ser arrestados y procesados”, afirmó. Las cámaras no registran ningún momento en el que se aprecie un intento de diálogo o de uso de dispositivos como tasers, pese a que el joven no mostraba señales claras de estar armado.
El sargento Ryan O’Neil, portavoz del Departamento de Policía de Fullerton, aseguró que los oficiales intentaron reanimar a Pedro con desfibriladores, aunque ese momento no aparece en el video entregado a la prensa. Lo que sí se muestra es una rápida sucesión de disparos, seguida de gritos, confusión y un abrupto corte en la grabación tras un grito de “¡Paren!”.
Violencia policial en California: cifras alarmantes en lo que va del año
Pedro García no es un caso aislado. Según el Proyecto Mapeo de la Violencia, en lo que va de 2025, al menos 57 hispanos han muerto a manos de policías en 21 estados de Estados Unidos. California lidera esta trágica estadística con 19 muertes, seguido de Texas (8) y Florida (6). Otros estados como Arizona, Colorado, Illinois, Ohio y Pensilvania también reportan múltiples casos.
La violencia policial en California ha sido objeto de análisis en múltiples informes de derechos civiles, que alertan sobre el uso desproporcionado de la fuerza contra personas de comunidades minoritarias. La situación se agrava si se toma en cuenta que muchas de estas muertes ocurrieron en contextos de salud mental o crisis emocionales, donde los protocolos recomiendan otro tipo de intervención.
Organizaciones como la ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles) y Human Rights Watch han señalado que los departamentos de policía carecen, en muchos casos, de entrenamiento adecuado para manejar situaciones que involucran trastornos mentales, jóvenes en crisis o problemas familiares.
La decisión del presidente Donald Trump de suspender el uso obligatorio de cámaras corporales en operativos federales de inmigración también ha generado preocupación. Activistas y familias de víctimas consideran que las cámaras son una herramienta crucial para garantizar transparencia y rendición de cuentas. “Sin pruebas visuales, estas muertes quedan sin justicia. Las cámaras salvan vidas”, declaró un vocero de la organización Justice for Latinos.
Investigan el caso de Pedro García mientras su familia exige justicia
El jefe de la policía de Fullerton, Jon Radus, ha prometido una investigación “exhaustiva” del operativo, pero advirtió que los resultados podrían tardar hasta un año. Mientras tanto, la familia de Pedro García ha exigido que los oficiales involucrados sean suspendidos y procesados judicialmente. “No podemos esperar un año para saber si mataron a mi hijo por error o por racismo”, declaró su madre.
Organizaciones como Black Lives Matter y comunidades latinas en California han convocado vigilias y protestas en memoria de Pedro, exigiendo reformas urgentes en el sistema policial. Entre sus demandas están el financiamiento de unidades de intervención en salud mental, la prohibición de tácticas agresivas en casos domésticos y la aplicación real de protocolos de uso progresivo de la fuerza.
El caso ha llegado incluso a oídos de congresistas estatales que ya evalúan citar a funcionarios policiales en audiencias públicas. La muerte de Pedro García podría marcar un nuevo punto de inflexión en la lucha por una reforma policial en Estados Unidos.