Los nuevos aranceles comerciales han comenzado a tener un impacto real en la vida diaria de millones de personas en Estados Unidos. Mientras el gobierno federal mantiene su política de protección económica y restricciones a las importaciones, los consumidores ya experimentan consecuencias directas en los precios de productos básicos, su estilo de vida y sus decisiones de compra.
Una reciente encuesta de UserTesting y Talker Research revela que el 29 % de los estadounidenses cree que la economía del país nunca volverá a los niveles anteriores a los aranceles. Entre quienes consideran posible una recuperación, estiman que tomará al menos 19 meses.

Imagen de un supermercado valenciano. Archivo/EFE/Manuel Bruque
Además de las cifras, el tema de los aranceles está generando una respuesta emocional. Según el estudio, el 37 % de los encuestados siente estrés al hablar sobre aranceles; el 30 % se enoja, el 23 % se siente abrumado y el 18 % dice sentirse triste cuando el tema aparece en las noticias o en conversaciones cotidianas.
El impacto directo de los aranceles en los precios
A pesar de la complejidad de la política comercial, la mayoría de los estadounidenses asegura comprender cómo les afectan los aranceles. Un 51 % declaró tener suficiente información para saber cómo esta medida influye en su economía personal. Sin embargo, esa comprensión muchas veces no viene de una fuente oficial, sino de la experiencia directa.
Este año, un 70 % de las personas notó aumentos en los precios de comestibles, mientras que el 46 % identificó subidas en las cuentas de restaurantes. Otros rubros afectados son la gasolina (40 %), la ropa (38 %), los accesorios (28 %), los aparatos electrónicos (25 %) y los vehículos (24 %).

Turistas comen en una terraza de Mahón (Menorca). EFE/ David Arquimbau Sintes
Muchos estadounidenses asocian estos incrementos directamente con los aranceles. El 20 % responsabiliza a estas medidas por el alza en el costo de autos y electrodomésticos, mientras que un 17 % señala que los aranceles han influido en el encarecimiento de accesorios y productos de moda.
Los aranceles están modificando los hábitos de consumo
Frente a los altos costos, los consumidores han empezado a modificar sus decisiones de compra. Si los aranceles continúan elevando los precios, un 63 % afirmó que dejaría de adquirir relojes y joyas; un 61 % evitaría la compra de muebles, y un 60 % preferiría no comprar electrodomésticos grandes.
Las marcas también están ajustando sus estrategias. Según la encuesta, un 72 % de los encuestados percibe que muchas marcas han incrementado los precios en todas sus líneas de productos. En paralelo, un 62 % ha observado que algunas compañías prefieren absorber los costos generados por los aranceles antes que trasladarlos completamente al consumidor.

Vista de personas en una estación de servicio en la que compran gasolina, en una fotografía de archivo. EFE/Shawn Thew
Sin embargo, la presión económica lleva a muchos a abandonar sus marcas de preferencia: el 50 % de los consumidores ha cambiado de proveedor en busca de opciones más asequibles. A pesar de esto, el 54 % sostiene que su percepción sobre las marcas no ha cambiado, aunque el 72 % insiste en que la transparencia en las subidas de precios es ahora más importante que nunca.
Cambios en el estilo de vida por los aranceles
Más allá de los supermercados o tiendas online, el efecto de los aranceles se nota también en las decisiones personales. El 42 % de los estadounidenses declaró estar comprando menos en general. Además, el 31 % optó por productos genéricos o de marca blanca, el 20 % compra más artículos de segunda mano y el 19 % ha reducido sus viajes o busca trabajos extra para cubrir los gastos mensuales.
El 44 % reconsideró sus planes de vacaciones para este verano debido a los aumentos de precios vinculados a los aranceles. El mercado de productos usados también ha crecido: si bien el 36 % ya compraba artículos de segunda mano con frecuencia, ahora un 47 % lo hace aún más, y el 21 % atribuye directamente este cambio a los precios más altos.
Este reajuste también se traduce en concesiones en calidad. El 41 % ha tenido que elegir productos de menor calidad o con menos funciones, simplemente porque el producto que prefería ya no está dentro de su presupuesto.
Una transformación que podría quedarse
Bobby Meixner, vicepresidente de UserTesting, sostuvo que los aranceles están marcando una nueva etapa para el consumidor estadounidense. “Independientemente de que los aranceles se mantengan o no, es evidente que ya han transformado los hábitos de consumo. Los estadounidenses se están adaptando a una nueva realidad económica, y ese cambio podría haber llegado para quedarse”, indicó en declaraciones recogidas por Talker.
En medio de un panorama económico inestable, las políticas comerciales seguirán siendo un tema central en la conversación pública. Pero mientras Washington debate sobre relaciones bilaterales y proteccionismo, son los consumidores quienes enfrentan las consecuencias día a día en sus bolsillos y decisiones cotidianas.