En medio del alza sostenida de precios en los supermercados y el encarecimiento del costo de vida, un número creciente de familias en Estados Unidos está recurriendo a los llamados préstamos compre ahora, pague después (conocidos como BNPL, por sus siglas en inglés). Esta opción de financiamiento, originalmente utilizada para la compra de electrónicos o ropa, está ganando terreno como herramienta de supervivencia económica en el ámbito más esencial: la alimentación.
Según una encuesta reciente de LendingTree, el uso de este tipo de préstamos se ha incrementado de forma notable durante el último año. Casi una cuarta parte de quienes acceden a BNPL ha utilizado estos préstamos para comprar alimentos, una tendencia que refleja el aumento de la presión financiera sobre los hogares estadounidenses.
Los préstamos compre ahora, pague después crecen entre jóvenes y familias con bajos ingresos
El modelo de los préstamos compre ahora, pague después permite que el consumidor adquiera un producto inmediatamente y lo pague en varias cuotas, usualmente sin intereses si cumple con los plazos establecidos. El plan más común implica un primer pago del 25% en el momento de la compra y tres pagos quincenales o mensuales posteriores. Esta facilidad ha resultado atractiva, especialmente para los consumidores jóvenes y aquellos sin acceso a tarjetas de crédito tradicionales.
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De acuerdo con el estudio de LendingTree, el 64% de los usuarios de BNPL en Estados Unidos pertenece a la generación Z (entre 18 y 28 años), mientras que solo el 29% son baby boomers (de 61 a 79 años). Esta diferencia evidencia que la tecnología financiera se está consolidando principalmente entre los más jóvenes, quienes además suelen tener menor experiencia en la gestión de deudas.
Sin embargo, el atractivo de estos préstamos esconde ciertos riesgos. El 41% de los usuarios admitió haber tenido problemas para cumplir con los pagos, lo cual los llevó a pagar intereses adicionales o comisiones por mora. A su vez, el 60% afirmó haber tenido varios préstamos activos simultáneamente, y uno de cada cuatro aseguró haber acumulado tres o más de estos financiamientos al mismo tiempo.
Los préstamos compre ahora, pague después también llegan al supermercado
Hasta hace poco, los préstamos compre ahora, pague después se asociaban con la adquisición de productos costosos como celulares, televisores o muebles. Hoy, esta modalidad se está normalizando como medio para comprar bienes básicos como frutas, vegetales, carne y productos de limpieza.
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Empresas como PayPal, Klarna, Affirm y Afterpay lideran el mercado. Según el informe de LendingTree, PayPal es la opción preferida por el 56% de los usuarios. Estas plataformas ahora ofrecen opciones de BNPL en cadenas de supermercados, aplicaciones de entrega de comida e incluso en tiendas de barrio que aceptan pagos digitales.
El analista financiero Matt Schulz, de LendingTree, explicó a CBS News que la expansión del uso de los préstamos BNPL para cubrir gastos básicos es un indicador claro de la situación financiera crítica que atraviesan muchas familias. “Muestra claramente que hay muchas personas que están luchando con los altos costos en el supermercado y en otros lugares, y que están buscando cualquier manera que les ayude a llegar a fin de mes un poco más fácilmente”, señaló.
Riesgos de los préstamos compre ahora, pague después: endeudamiento silencioso
Aunque los préstamos BNPL ofrecen la ventaja de pagos fraccionados sin intereses, también pueden convertirse en un arma de doble filo si no se gestionan adecuadamente. A diferencia de una tarjeta de crédito, donde las compras se consolidan en un solo estado de cuenta mensual, los BNPL funcionan como múltiples microcréditos con fechas de pago distintas, lo que puede complicar el control financiero del usuario.
“Si haces muchas compras con tarjeta de crédito, solo haces un pago a fin de mes, pero si obtienes varios préstamos BNPL, puede ser difícil administrarlos. Esto es especialmente cierto si tienes un presupuesto ajustado y poco margen de maniobra”, advirtió Schulz.
Los consumidores con ingresos bajos o inestables son los más vulnerables a caer en un ciclo de endeudamiento. Si bien el incumplimiento de pagos no siempre afecta el puntaje crediticio (dependiendo de la plataforma), muchas empresas ya han empezado a compartir datos con burós de crédito como Equifax, lo que podría tener consecuencias a largo plazo para quienes acumulan deudas sin poder saldarlas.
¿Una solución temporal o una señal de crisis estructural?
El auge de los préstamos compre ahora, pague después para adquirir alimentos plantea una pregunta clave: ¿estamos ante una innovación financiera útil o ante un síntoma de una crisis económica más profunda? Si bien estas plataformas permiten cierto alivio inmediato, su creciente popularidad sugiere que millones de personas ya no pueden cubrir sus gastos esenciales sin recurrir al crédito.
Datos del Departamento de Agricultura de EE.UU. indican que los precios de los alimentos en el hogar aumentaron un 2.6% en 2024, y se espera una subida similar en 2025. Con salarios estancados y una inflación persistente, las opciones de financiamiento como BNPL se presentan como un salvavidas, pero no sin consecuencias.
El Congreso ha comenzado a debatir posibles regulaciones para estos préstamos, especialmente por las preocupaciones sobre la transparencia en los términos de pago y la facilidad con la que los consumidores se endeudan sin plena conciencia de sus obligaciones.
Por ahora, las familias seguirán buscando formas de resistir la presión financiera, y los préstamos “compre ahora, pague después” parecen haber llegado para quedarse, al menos mientras la economía no ofrezca mejores condiciones para los más vulnerables.