Emiliano Garduño Gálvez, un ciudadano mexicano que había sido previamente deportado de Estados Unidos, fue arrestado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) tras presuntamente lanzar una bomba Molotov contra agentes del orden en Los Ángeles. El incidente ocurrió el 7 de junio, en medio de violentas protestas relacionadas con las recientes redadas migratorias llevadas a cabo por ICE en esta ciudad santuario.
Las autoridades federales acusaron a Garduño Gálvez de intento de asesinato, además de otros cargos relacionados con el uso de dispositivos explosivos. La situación ha provocado un nuevo debate sobre la seguridad pública, el manejo de las protestas y la situación migratoria en los Estados Unidos.
Tricia McLaughlin, subsecretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), advirtió que este tipo de actos violentos no quedarán impunes. “Si le pones la mano encima a un agente del orden, serás procesado con todo el peso de la ley”, declaró en un comunicado citado por medios nacionales.
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Las imágenes del momento en que supuestamente el mexicano acusado de lanzar bomba Molotov ataca a los oficiales circularon rápidamente en redes sociales, provocando indignación entre las autoridades y polarización en la opinión pública.
Mexicano acusado de lanzar bomba Molotov tenía antecedentes en California
De acuerdo con información oficial del DHS y del Departamento de Justicia, Emiliano Garduño Gálvez cuenta con un historial de antecedentes penales en California. En 2024 fue arrestado por hurto mayor cerca del Departamento de Policía de Anaheim. Además, fue detenido por conducir bajo los efectos del alcohol (DUI) en la ciudad de Long Beach.
Garduño Gálvez fue deportado anteriormente a México, aunque las autoridades no especificaron en qué fecha logró regresar al país. Su reaparición en suelo estadounidense, sumada a su implicación en los disturbios, ha encendido el debate sobre las políticas de deportación y vigilancia de ICE.
On June 9, 2025, ICE agents in Los Angeles arrested Emiliano Garduno-Galvez—an illegal alien from Mexico—for attempted murder after he threw a Molotov cocktail at law enforcement during the Los Angeles riots.
Garduno-Galvez had previously been deported. He has a previous… pic.twitter.com/kT4ZszQBSx
— Homeland Security (@DHSgov) June 11, 2025
Durante su detención, también se procesó a Wrackkie Quiogue, un residente de Long Beach de 27 años, quien tenía en su posesión dispositivos destructivos. Según el fiscal federal del Distrito Central de California, Bill Essayli, ambos serán procesados por los delitos federales correspondientes.
“Nos comprometemos a proteger a las fuerzas del orden y al público de quienes recurren a la violencia con el pretexto de protestar”, afirmó Essayli desde su cuenta oficial de X (antes Twitter). La fiscalía indicó que Garduño Gálvez lanzó el explosivo directamente contra agentes del Sheriff del Condado de Los Ángeles, lo que agrava las acusaciones.
El arresto del mexicano acusado de lanzar bomba Molotov se produjo tras una investigación coordinada entre varias agencias federales. El caso ha sido catalogado como prioritario dentro del contexto de las protestas violentas que han sacudido varias ciudades estadounidenses.
Mexicano acusado de lanzar bomba Molotov, en medio de redadas masivas de ICE
Los operativos de ICE en Los Ángeles no solo culminaron con la detención de Garduño Gálvez. Durante ese mismo fin de semana, las autoridades migratorias realizaron una serie de redadas que resultaron en el arresto de cientos de inmigrantes indocumentados, muchos de ellos con antecedentes penales graves.
Según cifras compartidas por el DHS, al menos 19 de los detenidos enfrentan cargos por delitos como asesinato en segundo grado, violación, robo y tráfico de drogas. En un comunicado emitido el domingo 9 de junio, el DHS elogió la labor de ICE al declarar: “Los valientes oficiales del ICE de Estados Unidos están sacando a lo peor de lo peor de las calles de Los Ángeles”.
Protestas en Los Ángeles. Foto:EFE/Caroline Brehman
Sin embargo, el gobierno federal también criticó duramente a las autoridades locales, señalando que muchos líderes políticos están “obstaculizando el cumplimiento de la ley” al no colaborar con los operativos migratorios.
Estas redadas se llevaron a cabo en un clima de alta tensión. En varios sectores de Los Ángeles se reportaron saqueos, incendios de vehículos, ataques con ladrillos, fuegos artificiales y otros actos vandálicos dirigidos contra la policía. Además, la sede del Departamento de Policía de Los Ángeles (LAPD) fue blanco de vandalismo y daños estructurales.
El mexicano acusado de lanzar bomba Molotov es considerado por las autoridades como un ejemplo de los riesgos que, según ICE, representan ciertos inmigrantes reincidentes. Esta narrativa ha sido duramente criticada por defensores de derechos migratorios, quienes señalan que estos casos se utilizan para justificar políticas agresivas que terminan afectando a miles de personas sin antecedentes criminales.
Las protestas por las redadas de ICE se extienden más allá de California
Las tensiones no se limitan a Los Ángeles. En ciudades como Asheville (Carolina del Norte), Chicago y Denver, se han registrado manifestaciones en contra de las redadas masivas de ICE y en defensa de los derechos de los inmigrantes.
Organizaciones como United We Dream y la National Day Laborer Organizing Network han denunciado lo que consideran una criminalización sistemática de comunidades vulnerables. “El caso del mexicano acusado de lanzar bomba Molotov es grave, pero no puede ser utilizado como excusa para perseguir a comunidades enteras”, sostuvo un vocero de NDLON en declaraciones a Univisión.
Mientras tanto, el DHS y el gobierno federal han reafirmado su compromiso de continuar los operativos migratorios en todo el país. La administración Biden, presionada por sectores que exigen mano dura en temas de seguridad, ha optado por fortalecer acciones de ICE y aumentar la vigilancia en ciudades con alta población migrante.
Los expertos advierten que la estrategia podría derivar en una mayor polarización social, especialmente en estados como California, donde las políticas santuario han sido ampliamente apoyadas por gobiernos locales y comunidades.