La Fiscalía del estado de Colorado ha presentado cargos por delito de odio contra Mohamed Sabry Soliman, un hombre de 45 años acusado de haber ejecutado un violento ataque con un lanzallamas casero contra manifestantes en Boulder. El ataque dejó al menos ocho personas heridas y ha sido calificado por el FBI como un posible acto terrorista.
Según el informe de las autoridades, Soliman irrumpió el domingo en una manifestación pacífica organizada en apoyo a los rehenes que aún permanecen en poder de Hamás en Gaza. Durante el atentado, gritó «¡Palestina libre!», antes de accionar su arma casera contra los participantes, lo que generó pánico y caos entre los presentes. Las víctimas —cuatro hombres y cuatro mujeres, de entre 52 y 88 años— fueron trasladadas a distintos hospitales en el área de Denver.
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A man is arrested after throwing a Molotov cocktail at pro-Israel demonstrators in Boulder, CO on June 1, 2025. Screenshot/X
Ataque en Colorado con delito de odio: Un caso que reabre el debate migratorio
El presunto agresor enfrenta cargos por “delito de odio que involucra raza, religión u origen nacional, real o percibido”, conforme a lo señalado por el Departamento de Policía de Boulder. La subsecretaria de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, publicó en la red X (antes Twitter) que Soliman habría ingresado a Estados Unidos en agosto de 2022 con una visa de turista. Sin embargo, esta habría expirado pocos meses después, sin que abandonara el país.
Distintos reportes señalan que Soliman, quien sería de nacionalidad egipcia, solicitó asilo político en septiembre de ese mismo año. Desde entonces, no contaba con un estatus migratorio regular. Actualmente, se encuentra detenido en una prisión del condado de Boulder, bajo una fianza de 10 millones de dólares.
Este ataque en Colorado y su clasificación como delito de odio ha generado diversas reacciones políticas, especialmente entre sectores conservadores. El expresidente Donald Trump responsabilizó directamente al mandatario Joe Biden, acusándolo de mantener una política de “fronteras abiertas” que, según él, habría permitido el ingreso del agresor.
“Este ataque NO SERÁ TOLERADO en Estados Unidos. Él entró al país gracias a la ridícula Política de Fronteras Abiertas de Biden, que ha perjudicado gravemente a nuestro país”, escribió Trump en su plataforma Truth Social.

Vista del lugar donde se registró un ataque contra una marcha que pedía la liberación de rehenes de Hamás, el 1 de junio de 2025, en Boulder, estado de Colorado (EE.UU.). EFE/Rebecca Slezak
Delito de odio en ataque en Colorado desata respuestas de la Casa Blanca
La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, aseguró que el presidente apoya plenamente a la comunidad judía en el país. “Hemos visto dos casos horripilantes de violencia antisemita en las últimas semanas y eso es inaceptable para este presidente y esta Casa Blanca”, declaró ante la prensa. Afirmó también que Biden no permitirá que se tolere ninguna manifestación de terrorismo ni crímenes motivados por odio racial o religioso.
El FBI continúa investigando el hecho bajo la premisa de que podría tratarse de un acto de terrorismo doméstico. Mientras tanto, la comunidad de Boulder ha manifestado su consternación ante el ataque, realizando vigilias y actos públicos de solidaridad con las víctimas.
El uso de un lanzallamas casero en un acto de violencia política no tiene precedentes recientes en Estados Unidos. Esto ha intensificado el debate sobre el acceso a materiales peligrosos y las capacidades de personas sin antecedentes penales para llevar a cabo ataques de esta naturaleza. Si bien el sospechoso no tenía historial criminal conocido, el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional están examinando sus vínculos, redes de comunicación y posibles motivaciones ideológicas.
Organizaciones defensoras de los derechos civiles han alertado sobre el aumento de incidentes calificados como delito de odio en distintas ciudades de EE.UU. Según el FBI, 2023 cerró con un incremento del 13% en este tipo de delitos, en comparación con el año anterior. Entre los crímenes más frecuentes están los ataques motivados por religión, origen étnico o nacionalidad.
Este ataque en Colorado y su categorización como delito de odio refuerzan la urgencia de abordar no solo el extremismo violento, sino también las fallas en el sistema migratorio y de seguridad interior de Estados Unidos. El caso de Soliman será seguido de cerca por la opinión pública, tanto por su gravedad como por las implicancias políticas que lo rodean.