El gobierno de Estados Unidos se prepara para liberar miles de millones de moscas estériles desde aviones sobre zonas del sur de Texas y del norte de México como parte de una estrategia para combatir una peligrosa plaga: la mosca del gusano barrenador del Nuevo Mundo. Aunque suena a una escena sacada de una película de ciencia ficción, se trata de un programa de salud animal que lleva décadas funcionando con éxito.
Estas moscas estériles, criadas y tratadas con radiación para que no puedan reproducirse, serán lanzadas desde el aire para frenar el avance de esta larva carnívora que pone en riesgo al ganado, la vida silvestre e incluso a mascotas y humanos. El plan, respaldado por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), se implementará de manera intensiva a partir de este año.
Moscas estériles para detener una amenaza carnívora
La especie objetivo del programa es la mosca del gusano barrenador del Nuevo Mundo, una larva que se alimenta de carne viva, a diferencia de la mayoría de las moscas que se nutren de materia muerta. Las hembras ponen sus huevos en heridas abiertas o mucosas de animales de sangre caliente, y las larvas nacen dentro del huésped, provocando dolor, infecciones severas y, en casos extremos, la muerte.
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Veterinarios advierten que un bovino adulto puede morir en menos de dos semanas si es infectado por esta plaga. Las consecuencias también afectan a la industria cárnica, ya que una infestación reduce el valor de los animales, aumenta los costos médicos y representa un alto riesgo sanitario.
Ante el resurgimiento de casos en el sur de México a fines de 2024, las autoridades estadounidenses intensificaron la vigilancia y reactivaron su sistema de defensa biológica basado en la suelta aérea de moscas estériles.
Cómo se crían y liberan las moscas estériles
La técnica utilizada se basa en un principio biológico simple pero poderoso: las hembras de esta especie se aparean una sola vez en su vida. Por ello, al liberar machos estériles en grandes cantidades, se reduce la posibilidad de que las hembras encuentren machos fértiles, lo que disminuye la reproducción y lleva a la extinción local de la plaga.
Estas moscas estériles se crían en instalaciones especiales como la planta ubicada en Panamá, que puede producir hasta 117 millones de ejemplares cada semana. Pero ante la urgencia, el USDA planea construir una nueva planta en el sur de México para julio de 2026 y abrir un centro de distribución en Texas a finales de este año. La meta es llegar a producir hasta 400 millones de moscas semanales.
Millones de moscas están listas para ser liberadas. Foto: X/@mcgmouton57
En estos laboratorios, las moscas son alimentadas con mezclas especiales a base de huevo en polvo, plasma bovino y otros nutrientes esenciales. Una vez adultas, los machos se esterilizan con radiación y se transportan por aire. La seguridad en estas fábricas es estricta: cualquier fuga de ejemplares fértiles podría revertir todo el esfuerzo.
Para su liberación, las moscas se empacan en cajas y se lanzan desde avionetas sobre las áreas afectadas. Aunque el proceso es seguro, el mes pasado un avión se estrelló cerca de la frontera con Guatemala durante una de estas operaciones, causando la muerte de tres personas, lo que ha encendido alertas sobre la seguridad de estas misiones.
Moscas estériles como solución ecológica
A diferencia de otros métodos de control, como el uso de pesticidas o productos químicos, la suelta de moscas estériles representa una solución respetuosa con el medioambiente. No contamina el suelo ni el agua, no afecta a otras especies y ha demostrado ser altamente eficaz en el pasado. De hecho, entre 1962 y 1975, Estados Unidos y México lograron erradicar la plaga en buena parte del continente gracias a esta técnica, tras liberar más de 94 mil millones de ejemplares.
La experiencia ha llevado a muchos científicos a considerar este programa como uno de los logros más notables del USDA en materia de salud pública y sanidad animal. Edwin Burgess, profesor de la Universidad de Florida, lo describe como “una de las aplicaciones más efectivas de la ciencia para resolver un problema de alto impacto”.
Sin embargo, los expertos advierten que el éxito depende de mantener la vigilancia constante. “No se debe bajar la guardia”, señala Burgess. “Lo que alguna vez se controló puede regresar si se suspenden los programas”.
Una amenaza regional y una respuesta internacional
La presencia de la mosca del gusano barrenador no se limita a México y Estados Unidos. Su contraparte, la del Viejo Mundo, ha causado estragos en África y Asia. Por ello, organismos internacionales observan con atención el modelo de moscas estériles como una estrategia global replicable.
Actualmente, Estados Unidos ha cerrado temporalmente su frontera a la importación de ganado, caballos y bisontes vivos provenientes del sur, medida que continuará al menos hasta septiembre. Las hembras pueden poner sus huevos en cualquier animal de sangre caliente, incluyendo a los humanos, lo que incrementa el nivel de alerta.
El costo de esta nueva ofensiva es elevado: el USDA invertirá más de 29 millones de dólares para fortalecer las fábricas de producción de moscas estériles en México y Texas. Pero para los productores ganaderos y las autoridades de sanidad animal, el gasto es necesario para proteger la industria cárnica nacional y evitar un desastre sanitario.