¿Qué pasó con el comeback de Kamala Harris?
Tras su derrota en las elecciones presidenciales de 2024 frente al presidente Donald Trump, la exvicepresidenta Kamala Harris ha mantenido un perfil bajo, generando especulaciones sobre su futuro político. Con la carrera por la gobernación de California en 2026 como una posibilidad, expertos sugieren que Harris podría revitalizar su carrera en su estado natal, aunque enfrenta desafíos debido a su vinculación con la administración Biden y su desempeño en la campaña nacional. Las encuestas reflejan un apoyo mixto, mientras el Partido Demócrata busca una nueva dirección.
Harris y la carrera por la gobernación
Kamala Harris, quien fue fiscal de distrito de San Francisco, fiscal general de California y senadora antes de su vicepresidencia, es vista como una contendiente fuerte para reemplazar al gobernador Gavin Newsom en 2026. Una encuesta de la Universidad de California, Irvine, publicada en junio de 2025, indica que el 41% de los californianos la apoyaría frente a un republicano genérico, aunque el 29% optaría por el rival y el 16% está indeciso. Jon Gould, director de la encuesta, señaló que Harris comenzaría como favorita, pero competidores como la vicegobernadora Eleni Kounalakis podrían desafiarla, especialmente en un estado donde los demócratas dominan con un 46% de los votantes registrados.
Te Recomendamos
Obstáculos tras la derrota de 2024
La campaña presidencial de Harris en 2024 enfrentó críticas por su dificultad para articular posturas claras, especialmente sobre las políticas de la administración Biden. Su vínculo con el expresidente Joe Biden, cuya agudeza mental ha sido cuestionada tras revelaciones de asesores sobre su salud, ha dañado su imagen. Grant Reeher, de la Universidad de Syracuse, afirmó que Harris enfrenta un dilema: “O sabía del deterioro de Biden y lo encubrió, o estaba desconectada, y ninguna opción la favorece”. Esta percepción podría afectar su credibilidad, incluso en California, donde perdió terreno en condados clave como Orange y San Bernardino en 2024.
Perspectivas nacionales limitadas
Una candidatura presidencial en 2028 parece improbable, según Thad Kousser, de la UC San Diego, quien destacó que el Partido Demócrata busca “caras nuevas” tras la derrota de 2024. Una encuesta de Morning Consult de junio mostró que Harris lidera con un 34% de apoyo entre los demócratas, pero Pete Buttigieg (7%) y Newsom (11%) ganan terreno. Costas Panagopoulos, de la Universidad Northeastern, señaló que la “mancha” de una derrota presidencial puede dificultar una nueva candidatura nacional. “Los votantes podrían preferir a alguien sin el peso de 2024”, agregó, apuntando a la ventaja de Trump en estados disputados como Pensilvania y Wisconsin.
Fortalezas y desafíos en California
En California, las posturas progresistas de Harris sobre justicia penal y derechos reproductivos podrían ser una ventaja, dado que el estado votó un 59% por los demócratas en 2024. Sin embargo, su campaña presidencial enfrentó críticas por falta de conexión con votantes jóvenes, especialmente de la Generación Z, según un sondeo de YouGov que mostró una caída del 15% en su aprobación entre los menores de 30 años. Kousser destacó que una campaña estatal le permitiría centrarse en temas locales, como el costo de la vivienda, que afecta al 70% de los californianos según el Instituto de Políticas Públicas.
Reacciones y estrategias futuras
La comunidad política de California está dividida. La senadora Barbara Lee respaldó a Harris, elogiando su experiencia, mientras que el republicano Kevin Kiley la criticó como “una figura polarizante”. Harris ha evitado pronunciarse sobre sus planes, pero su equipo insinuó un anuncio para agosto de 2025. Reeher sugirió que un rol estratégico, como apoyar al candidato demócrata en 2028 para asegurar un puesto en el gabinete, podría ser una mejor vía que otra campaña presidencial. Mientras, en Los Ángeles, mítines de activistas latinos han instado a Harris a abordar el desempleo, que alcanzó el 5.3% en el estado. Con el Partido Demócrata en un proceso de redefinición tras perder la Casa Blanca, el futuro de Harris dependerá de su capacidad para reconectar con los votantes y superar el estigma de su derrota.