La tensión social en California escaló drásticamente luego de una serie de redadas migratorias realizadas por ICE, lo que provocó protestas masivas en barrios latinos de Los Ángeles. En respuesta, el gobierno federal desplegó 700 marines para apoyar a la Guardia Nacional en el control de disturbios, generando fuertes críticas de autoridades estatales y organizaciones defensoras de derechos civiles.
El despliegue de marines se da en un contexto de creciente confrontación entre el estado de California y la administración federal, luego de que el presidente ordenara medidas excepcionales para frenar las manifestaciones que se replicaron durante el fin de semana en distintas ciudades.
Marines desplegados tras redadas de ICE generan polémica
Los 700 marines desplegados en Los Ángeles provienen principalmente del campamento Pendleton, al sur del estado, y fueron movilizados para proteger edificios y personal federal ante el riesgo de enfrentamientos. Esta medida fue activada bajo el Título 10 del Código de Estados Unidos, que permite al presidente nacionalizar la Guardia Nacional y emplear fuerzas militares ante amenazas internas.
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Miembros de la Guardia Nacional de California intentan controlar una protesta en Los Ángeles, California (EE.UU.), el 8 de junio de 2025. Foto: Caroline Brehman/EFE
Sin embargo, la acción federal fue rechazada por el gobernador de California, Gavin Newsom, quien calificó la medida como “una violación directa a la soberanía estatal”. Junto con el fiscal general del estado, Rob Bonta, presentó una demanda argumentando que el despliegue de tropas sin consentimiento del gobierno estatal es inconstitucional.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, también expresó su descontento. Señaló que el despliegue de marines no solo es innecesario, sino que podría agravar la tensión en las calles. “Esta ciudad necesita diálogo y soluciones, no soldados”, declaró en conferencia de prensa.
Marines desplegados en medio de disturbios en Los Ángeles
Las manifestaciones se desataron tras las redadas de ICE realizadas el 6 de junio, donde al menos 40 personas fueron detenidas, entre ellas líderes comunitarios y sindicales. En zonas como Boyle Heights y South Central, los enfrentamientos con la policía derivaron en disturbios que dejaron varios heridos y decenas de arrestos.
Como respuesta inmediata, la Guardia Nacional movilizó 2 100 efectivos a puntos clave de la ciudad. No obstante, tras incidentes frente a instalaciones federales, el gobierno decidió reforzar la seguridad con marines desplegados para asistir en tareas logísticas y de protección perimetral.

Agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas de EE.UU. (ICE), en una foto de archivo. Foto: Erik S. Lesser/EFE/EPA
El secretario de Defensa, Pete Hegseth, justificó la presencia militar señalando que se trata de “un operativo necesario para preservar el orden y proteger vidas ante posibles actos violentos”. Agregó que los marines no estarán autorizados a realizar tareas policiales ni a intervenir en detenciones civiles.
Aunque el Pentágono aseguró que el despliegue es temporal y limitado, organizaciones como la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) advirtieron que el uso de fuerzas militares en zonas urbanas puede vulnerar derechos fundamentales como la libertad de expresión y el derecho a manifestarse pacíficamente.
Marines desplegados dividen opiniones en comunidades latinas
La decisión de enviar marines desplegados a Los Ángeles ha generado opiniones divididas entre la población, especialmente entre las comunidades latinas que han sido blanco de redadas migratorias y políticas restrictivas en los últimos años.
Muchos vecinos de Pilsen, Lincoln Heights y El Sereno, barrios con alta presencia de inmigrantes, expresaron temor ante la militarización del espacio público. “No sabemos si salir de casa será seguro. Nos preocupa que esto termine en violencia”, comentó Rosa Pérez, residente en el este de Los Ángeles.
Por otro lado, algunos grupos conservadores y residentes que han sufrido daños por las protestas apoyaron la presencia de marines desplegados, considerando que ayudará a recuperar la tranquilidad en las calles. “Después de las noches de caos, es un alivio ver protección federal”, opinó Ernesto Rivas, comerciante afectado por los saqueos.
En paralelo, las protestas se replicaron en otras ciudades como Chicago, Denver y Nueva York, donde miles de personas se manifestaron en contra de las políticas de inmigración y el uso de fuerzas militares para contener a civiles.
Desde el ámbito internacional, el gobierno de México expresó su preocupación por la detención de ciudadanos mexicanos durante las redadas. El canciller Marcelo Ebrard exigió respeto a los derechos humanos y transparencia en los procedimientos. Otros países de América Latina también se han pronunciado ante la militarización de las calles en una de las principales ciudades estadounidenses.
Aunque las autoridades aseguran que la presencia de marines desplegados será de corto plazo, la tensión entre el gobierno federal y California continúa creciendo. Todo indica que este conflicto podría abrir un debate más amplio sobre los límites constitucionales del poder presidencial y el uso de fuerzas armadas en tiempos de crisis interna.