Un nuevo paquete legislativo presentado por los republicanos incluye una disposición polémica: la eliminación de regulaciones sobre silenciadores y ciertos tipos de armas de fuego. Esta propuesta avanza en un momento en que el Congreso intenta aprobar una extensa ley fiscal y de gastos promovida por el presidente Donald Trump antes del 4 de julio.
La medida, impulsada por el congresista Andrew Clyde, de Georgia, propietario de una tienda de armas y defensor de la Segunda Enmienda, busca retirar impuestos y controles impuestos desde hace casi un siglo a los silenciadores de armas de fuego y a fusiles y escopetas de cañón corto.
Republicanos promueven flexibilización de controles sobre armas de fuego
La propuesta, ofrecida por los republicanos, eliminaría el impuesto federal de 200 dólares sobre los silenciadores, conocidos por la industria como “supresores”, y reduciría los requisitos de verificación de antecedentes que actualmente impone la Ley Nacional de Armas de Fuego, vigente desde los años 30.
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Un propietario de una armería sostiene un rifle semiautomático de asalto MP15 de la firma Smith & Wesson en su negocio en Tucker (Georgia, EE UU)EFE/Erik S. Lesser
Aunque se trata de una disposición incluida en un proyecto fiscal, el impacto de la medida va mucho más allá del ámbito económico. Los defensores del control de armas advierten que suavizar los requisitos para adquirir silenciadores y ciertas armas de fuego podría facilitar su uso por parte de criminales y dificultar la labor de la policía durante ataques armados.
“Eliminar regulaciones sobre silenciadores de armas de fuego no es lo que las comunidades quieren. Los padres, la policía y las víctimas de violencia armada necesitan más protección, no menos”, señaló el senador demócrata Chuck Schumer.
La medida no ha sido ampliamente difundida, pero ha sido clave para obtener apoyo entre algunos republicanos inicialmente reacios a respaldar el proyecto fiscal. El congresista Clyde reconoció que fue él quien solicitó la inclusión del punto sobre las armas, y posteriormente votó a favor del paquete completo.
Armas de fuego y un giro frente a la ley de control aprobada tras Uvalde
El intento de suavizar las regulaciones llega apenas tres años después de que el Congreso aprobara una ley bipartidista para reforzar el control de armas tras la masacre en la escuela primaria de Uvalde, Texas, donde murieron 19 niños y dos maestras.
Esa ley, firmada en el verano de 2022, aumentó los controles para compradores menores de 21 años, facilitó el retiro de armas a personas potencialmente peligrosas y financió servicios de salud mental en las escuelas.
Foto: Erik S. Lesser/EFE
El nuevo proyecto, sin embargo, representa un giro significativo. Mientras los demócratas avanzaron entonces con medidas de control, ahora los republicanos buscan aprovechar su mayoría para avanzar con propuestas que relajan las restricciones a la posesión y uso de armas de fuego.
“El proyecto de ley restablece derechos que han estado restringidos por casi 90 años”, argumentó Clyde desde el pleno del Congreso. “No hay razón para que el Estado imponga un impuesto punitivo a quienes quieran proteger su audición usando un supresor”.
Los defensores del proyecto aseguran que los silenciadores ayudan a disminuir el ruido en los campos de tiro y en la caza, y que son rara vez usados en crímenes. La National Shooting Sports Foundation apoya el cambio y afirma que los beneficios para la salud auditiva de los tiradores están comprobados.
Críticas a los cambios propuestos en la legislación sobre armas de fuego
Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar. El congresista demócrata Maxwell Frost, ex activista por el control de armas y sobreviviente de la llamada “generación de tiroteos masivos”, condenó la medida y cuestionó los intereses detrás de su inclusión.
“El objetivo es claro: beneficiar a los fabricantes de armas de fuego a costa de vidas inocentes”, expresó Frost. “Están permitiendo que se venda más armamento con menos regulación, en momentos en que la violencia armada sigue cobrando vidas todos los días”.
Organizaciones como Everytown for Gun Safety también han alzado la voz. Su presidente, John Feinblatt, advirtió que reducir controles sobre silenciadores hace que sea más difícil para la policía y para testigos identificar rápidamente disparos y ubicar a tiradores activos.
Actualmente, 42 estados permiten la posesión de silenciadores con restricciones, y 11 los prohíben o los regulan severamente. Si se aprueba la nueva ley, los supresores dejarían de estar clasificados como armas peligrosas bajo la Ley Nacional de Armas de Fuego y pasarían a tener el mismo estatus legal que otras armas convencionales.
El proyecto de ley todavía debe pasar por la revisión de la parlamentaria del Senado, que podría vetar disposiciones que no se relacionen directamente con el presupuesto, aunque líderes republicanos confían en su aprobación.
Mientras tanto, la presión crece desde ambos lados del espectro político. Los demócratas aseguran que no permitirán que la legislación avance sin un combate férreo, tanto en el Congreso como en los medios.
“Lucharemos contra esta disposición con todo lo que tenemos”, dijo Schumer.