Republicanos en EE.UU. proponen gravar remesas de inmigrantes con impuesto del 5%
Congresistas republicanos de Estados Unidos presentarán este martes un proyecto de ley que propone aplicar un impuesto del 5% a todas las remesas enviadas desde territorio estadounidense por inmigrantes indocumentados. La propuesta forma parte de una amplia reforma fiscal impulsada por el Partido Republicano, que también contempla aumentar impuestos a universidades consideradas “progresistas” y hacer permanentes los recortes fiscales de 2017 promovidos por Donald Trump.
El proyecto, llamado “El Único, Grande y Hermoso Proyecto de Ley”, es liderado por el congresista republicano Jason Smith, presidente del Comité de Medios y Arbitrios de la Cámara de Representantes. Según sus promotores, el objetivo es “detener el flujo de dinero de los contribuyentes hacia inmigrantes ilegales y China” y frenar exenciones fiscales consideradas perjudiciales para los intereses de Estados Unidos.
Cómo funcionaría el impuesto a las remesas
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La medida propone que las empresas certificadas de envío de dinero retengan automáticamente el 5% de cualquier remesa si el remitente no demuestra que es ciudadano estadounidense o residente legal. Los fondos retenidos serían transferidos al Departamento del Tesoro, según detalla el texto que será discutido por el comité fiscal del Congreso.
Para evitar el cobro del impuesto, quienes envíen dinero al extranjero deberán acreditar un número válido de Seguro Social. En caso contrario, el gravamen se aplicará de manera automática. “Queremos asegurarnos de que los beneficios de los contribuyentes estadounidenses no estén subsidiando actividades ilegales”, señaló Smith en declaraciones recientes.
Objetivo político y económico del paquete fiscal
El paquete de reformas fiscales también incluye restricciones para el acceso de inmigrantes indocumentados a beneficios de salud como Medicare y los subsidios del programa Obamacare. Asimismo, establece nuevas exigencias fiscales para universidades “de élite” que, según los republicanos, promueven “ideologías progresistas” a costa de beneficios fiscales millonarios.
Los republicanos sostienen que el paquete busca eliminar exenciones fiscales valoradas en más de 500 mil millones de dólares otorgadas durante la administración de Joe Biden a lo que describen como “intereses especiales, corporaciones ricas y a China”.
Impacto potencial en México y América Latina
De concretarse, el impuesto afectaría directamente a países como México, que en 2024 recibió más de 63 mil millones de dólares en remesas, de acuerdo con cifras del Banco de México. Esa cantidad representa el 3.4% del Producto Interno Bruto del país y constituye la principal fuente de divisas, superando incluso a las exportaciones de petróleo y turismo.
El 95% de esas remesas provienen de Estados Unidos y, según estimaciones oficiales, una proporción considerable de los envíos es realizada por trabajadores indocumentados que viven y laboran en ese país. Si el impuesto entra en vigor, las familias mexicanas que dependen de esos ingresos podrían ver una reducción significativa en sus recursos mensuales.
Críticas desde sectores migrantes y analistas
Diversos colectivos proinmigrantes han calificado la propuesta como “discriminatoria” y advierten que representa una criminalización indirecta de los trabajadores indocumentados. “No solo trabajan en condiciones precarias, ahora también quieren castigar su esfuerzo imponiéndoles un nuevo tributo”, señaló Angélica Salas, directora de la Coalición por los Derechos Humanos de los Inmigrantes (CHIRLA), con sede en Los Ángeles.
Analistas económicos han advertido que, además de su impacto humanitario, la medida podría afectar negativamente a las economías locales en América Latina y generar tensiones diplomáticas con países como México, Guatemala y El Salvador, que dependen en gran parte de esos flujos para el consumo interno.
Una propuesta con fuerte carga electoral
La presentación del proyecto ocurre en medio de la campaña presidencial en Estados Unidos, donde Donald Trump lidera las encuestas republicanas con un discurso centrado en la seguridad fronteriza y la “protección de los intereses estadounidenses”. La iniciativa busca reforzar ese mensaje de cara a su posible regreso a la Casa Blanca en enero de 2025.
Aunque el proyecto enfrenta una difícil aprobación en el Senado, dominado por los demócratas, su solo anuncio ya ha encendido el debate sobre el rol económico y social de los inmigrantes en Estados Unidos y la utilización de temas migratorios como herramienta electoral.