La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, expresó el jueves su desacuerdo con la reciente decisión del gobierno de Estados Unidos de declarar su frontera sur como una de “zonas fronterizas de defensa nacional”, una medida que endurece el control militar en esa región y refuerza las sanciones contra la migración irregular. Sheinbaum criticó abiertamente esta acción al considerarla incompatible con un enfoque humano hacia la movilidad internacional.

ZONAS FRONTERIZAS COMO ÁREAS MILITARES: UN CAMBIO DE TONO EN LA POLÍTICA MIGRATORIA
La decisión del gobierno estadounidense fue anunciada a través de un decreto emitido por el Departamento de Defensa y divulgado por la embajada de Estados Unidos en México. El documento advierte que cualquier persona no autorizada que ingrese a estas zonas fronterizas podrá ser multada, arrestada, procesada judicialmente y encarcelada. Asimismo, se prohibirá el ingreso de vehículos, la toma de fotografías, anotaciones o cualquier tipo de representación gráfica del área sin permiso oficial.
Esta disposición implica una militarización más severa de las zonas fronterizas, donde ya existe una fuerte presencia de la Patrulla Fronteriza y unidades de seguridad nacional. Según las autoridades estadounidenses, el objetivo es proteger la seguridad nacional ante amenazas externas y controlar con mayor eficacia el ingreso irregular de personas.
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Sin embargo, organizaciones de derechos humanos han señalado que esta medida podría traducirse en una mayor vulneración de los derechos de los migrantes, así como en un incremento en las detenciones arbitrarias. Diversos analistas consideran que esta decisión se enmarca en una estrategia electoral, ya que la política migratoria ha sido un tema central de cara a los comicios presidenciales de 2024 en Estados Unidos.
SHEINBAUM RECHAZA MILITARIZACIÓN DE ZONAS FRONTERIZAS
En respuesta al anuncio estadounidense, la presidenta Claudia Sheinbaum fue tajante: “No, no, no, nosotros no vamos a hacer un acuerdo de ese tipo. Ellos tienen derecho a hacer en su país lo que determinen, pero nosotros también tenemos derecho a no estar de acuerdo”. Estas declaraciones fueron dadas en conferencia de prensa desde Palacio Nacional.
La mandataria enfatizó que México respeta las decisiones soberanas de otros países, pero subrayó la importancia de recordar el principio de soberanía territorial. “Desde el primer momento en que ampliaron la presencia militar en su frontera sur, nosotros enviamos una nota diplomática diciendo que respetábamos su decisión, pero que siempre debe recordarse la soberanía territorial”, explicó.
Sheinbaum reiteró su postura de que el fenómeno migratorio debe tratarse desde una perspectiva social y no militar. “La gente no migra por gusto, migra por necesidad. La mejor forma de atender la migración es propiciando el desarrollo en las comunidades de origen”, sostuvo. Añadió que el enfoque más humano y eficaz para frenar los flujos migratorios es apostar por la justicia social, la inversión en infraestructura y el fortalecimiento de economías locales en Centroamérica y el sur de México.

CONTEXTO MIGRATORIO Y ACUERDOS BILATERALES
A pesar de la polémica por la declaración de zonas fronterizas como áreas de defensa nacional, Sheinbaum aclaró que la cooperación en seguridad con Estados Unidos se mantiene activa. Detalló que 10 mil elementos de la Guardia Nacional continúan desplegados en la frontera norte mexicana, en coordinación con autoridades estadounidenses, especialmente para combatir el tráfico de armas y drogas.
Sin embargo, la mandataria descartó categóricamente que su gobierno esté dispuesto a replicar una medida similar o a firmar un nuevo acuerdo migratorio que implique militarización. “Nosotros creemos que la orientación debe ser distinta y así lo hemos planteado siempre. No vamos a acordar una cosa así”, afirmó.
En redes sociales, la embajada de Estados Unidos exhortó nuevamente a respetar las leyes migratorias y evitar rutas peligrosas para ingresar a ese país. La publicación generó diversas reacciones entre activistas y ciudadanos, quienes cuestionaron el impacto que esta medida puede tener sobre familias migrantes que huyen de la violencia o la pobreza extrema.
ZONAS FRONTERIZAS EN EL FOCO INTERNACIONAL
La declaración de zonas fronterizas como áreas de defensa nacional ocurre en un momento de especial tensión entre los gobiernos de América del Norte. Aunque la relación bilateral entre México y Estados Unidos se ha caracterizado por la cooperación en seguridad y migración, el endurecimiento de las políticas migratorias por parte de Washington abre un nuevo frente de discusión.
Esta medida coincide con el incremento en la llegada de migrantes a la frontera sur estadounidense, particularmente de países como Venezuela, Haití, Honduras, Guatemala y El Salvador. De acuerdo con datos recientes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. (CBP), solo en abril de 2025 se registraron más de 189 mil encuentros con migrantes, una cifra que supera los niveles prepandemia.
En este contexto, expertos en relaciones internacionales han advertido que la política de declarar zonas fronterizas como espacios de defensa podría generar fricciones diplomáticas con países vecinos, como México, y dificultar la cooperación regional en materia migratoria.
SHEINBAUM INSISTE EN POLÍTICAS HUMANAS PARA ZONAS FRONTERIZAS
En su mensaje, Claudia Sheinbaum también recordó que México ha defendido históricamente un enfoque más humanista en las zonas fronterizas. “Esa siempre ha sido nuestra posición. Nos oponemos a que la migración sea criminalizada y que se recurra a medidas militares que solo agravan la crisis humanitaria”, señaló.
La presidenta también renovó su llamado a eliminar el impuesto a las remesas en Estados Unidos, calificándolo de “injusto” y “dañino para las familias migrantes”. Según datos del Banco de México, en 2024 el país recibió más de 63 mil millones de dólares en remesas, una cifra récord que demuestra el impacto directo de los trabajadores migrantes en la economía nacional.
Finalmente, Sheinbaum reiteró que su administración seguirá defendiendo la soberanía mexicana y el respeto a los derechos humanos en las zonas fronterizas. “Nuestro deber es proteger la dignidad de quienes migran y exigir un trato justo para todos”, concluyó.