Un tiroteo en la Universidad Estatal de Florida (FSU), en Tallahassee, la capital del estado, dejó este jueves dos personas muertas y siete más heridas, entre ellas el tirador, quien fue trasladado a un hospital. Las autoridades informaron que el tiroteo ocurrió poco después del mediodía y generó una alerta de tirador activo en el campus, lo que provocó una respuesta inmediata de las fuerzas de seguridad.
El tiroteo en la Universidad Estatal de Florida
El tiroteo ocurrió alrededor de las 12:02 p.m. (hora local) de este jueves, cuando se reportaron disparos en el campus de la Universidad Estatal de Florida, una de las más grandes de los Estados Unidos, con más de 40,000 estudiantes. Según la policía de Tallahassee, dos personas perdieron la vida en el incidente, aunque se confirmó que no eran estudiantes de la universidad. Además, seis personas resultaron heridas, y el presunto tirador también fue hospitalizado tras ser confrontado por las autoridades.
Identificación del tirador: Phoenix Eichner
El sospechoso del tiroteo fue identificado como Phoenix Eichner, un estudiante de 20 años de la carrera de ciencias políticas de FSU. Eichner, quien es hijo de una alguacil de la policía de Tallahassee, presuntamente tuvo acceso a un arma de su madre, quien trabaja como oficial del Departamento del Alguacil.
Te Recomendamos
Durante una conferencia de prensa, el sheriff del condado de León, Walt McNeil, explicó que el tirador era parte del Consejo Asesor Juvenil y que, debido a su relación con el sistema policial, tenía acceso a armas. El uso de armas por parte de Eichner no sorprendió a las autoridades locales, ya que se trataba de un miembro activo de la comunidad en la que se desempeñan las fuerzas del orden.
Proteger a las comunidades universitarias de un tiroteo es un desafío complejo que involucra una combinación de medidas preventivas, de respuesta y de apoyo a largo plazo. Si bien no se puede eliminar por completo el riesgo de incidentes de violencia armada en los campus universitarios, existen diversas estrategias y prácticas que pueden mejorar significativamente la seguridad y reducir la probabilidad de un tiroteo.
Captura de video de agentes de seguridad durante un tiroteo este jueves, en la Universidad Estatal de Florida en Tallahassee (Estados Unidos). EFE/ Rastreo de Redes
1. Prevención a través de la identificación temprana de riesgos
La identificación temprana de personas que podrían ser un riesgo para la comunidad es una de las principales formas de prevención. Esto incluye:
-
Programas de monitoreo y evaluación de estudiantes en riesgo: Las universidades pueden implementar sistemas de monitoreo para identificar señales de advertencia, como amenazas violentas en redes sociales, cambios abruptos en el comportamiento o problemas emocionales graves. Programas de apoyo psicológico accesibles para estudiantes pueden ayudar a abordar problemas antes de que se intensifiquen.
-
Capacitación para el personal: Instruir a profesores, personal administrativo y estudiantes sobre cómo reconocer signos de estrés extremo o comportamientos inusuales puede ser fundamental. Estos entrenamientos deben enfocarse en cómo intervenir apropiadamente sin estigmatizar a las personas en crisis, sino orientándolas hacia los recursos adecuados.
-
Sistema de alerta de riesgo: Desarrollar una plataforma en la que los estudiantes y empleados puedan reportar de manera confidencial preocupaciones sobre el comportamiento de otros, como amenazas o conductas peligrosas. Esto puede incluir una aplicación o línea directa para denuncias.
2. Control de armas en el campus
Las políticas sobre armas varían considerablemente entre los estados y universidades, pero es vital que cada campus establezca normas claras para regular el acceso a armas dentro de las instalaciones universitarias. Algunas de las medidas que se pueden tomar son:
-
Prohibir armas en el campus: Muchas universidades ya tienen una política de prohibición de armas en el campus, que ayuda a reducir la probabilidad de que un tirador ingrese armado. Sin embargo, este tipo de medidas debe ser reforzado mediante controles y sanciones más estrictas para quienes incumplan la norma.
-
Colaboración con las autoridades locales: Las universidades deben trabajar estrechamente con la policía local y agencias federales para asegurarse de que las políticas sobre armas sean aplicadas de manera efectiva y que haya protocolos establecidos para el manejo de situaciones que involucren armas en el campus.
-
Educación sobre el uso seguro de armas: En algunos estados donde las leyes sobre armas son más laxas, algunas universidades han iniciado programas educativos sobre el manejo responsable de armas, aunque este enfoque no siempre es universal ni tiene un consenso claro.
3. Desarrollo de planes de respuesta eficientes
Cuando ocurre un tiroteo, la rapidez de la respuesta es crucial. Las universidades deben tener planes de emergencia bien desarrollados, que incluyan:
-
Entrenamiento en respuesta activa: Los estudiantes, profesores y personal deben estar capacitados en cómo reaccionar ante un tirador activo. Esto incluye los protocolos de «correr, esconderse y luchar», el conocimiento de las salidas de emergencia y la posibilidad de bloquear puertas y ventanas. Simulacros de tiroteos deben llevarse a cabo regularmente para asegurarse de que todos los involucrados sepan cómo actuar en una situación de crisis.
-
Comunicaciones de emergencia: El uso de alertas rápidas a través de aplicaciones móviles, correos electrónicos o mensajes de texto debe ser parte del protocolo para notificar rápidamente a todos en el campus sobre una situación de emergencia. También es importante que los estudiantes sepan cómo recibir información fiable y actualizada durante un incidente.
-
Equipos de respuesta y coordinación con la policía: Las universidades deben tener un equipo de respuesta rápida en el campus, entrenado específicamente en cómo manejar situaciones de tiroteo, y mantener una coordinación estrecha con las autoridades locales. Las fuerzas de seguridad externas deben tener acceso directo a la universidad en caso de ser necesario.
4. Fortalecimiento de la seguridad física del campus
La seguridad física de los edificios y áreas comunes del campus es crucial para la protección de la comunidad universitaria. Algunas medidas incluyen:
-
Accesos controlados: Es recomendable que las universidades implementen sistemas de control de acceso en los edificios, como tarjetas de identificación electrónicas, para monitorear quién entra y sale de los diferentes espacios del campus. Las puertas principales deben contar con mecanismos de cierre de emergencia y las áreas vulnerables deben ser reforzadas.
-
Cámaras de seguridad y vigilancia constante: Instalar cámaras de seguridad en puntos clave, como entradas y pasillos, puede ayudar a las autoridades a monitorear el campus y responder rápidamente si se detecta alguna actividad sospechosa.
-
Presencia policial visible: Tener agentes de seguridad patrullando regularmente el campus puede disuadir a los posibles atacantes y dar una sensación de seguridad a la comunidad. Además, la policía universitaria debe estar bien entrenada en cómo manejar situaciones de tiradores activos.
5. Apoyo psicológico y bienestar estudiantil
El bienestar emocional y mental de los estudiantes es una de las claves para prevenir incidentes violentos. Las universidades deben ofrecer recursos amplios para apoyar la salud mental de los estudiantes, como:
-
Servicios de salud mental accesibles: Asegurarse de que los estudiantes tengan acceso fácil y confidencial a consejeros y psicólogos dentro del campus. La falta de apoyo psicológico puede ser un factor importante en muchos casos de violencia.
-
Programas de concientización: Las universidades deben fomentar la conciencia sobre la salud mental, creando un ambiente donde los estudiantes no sientan estigmatización por buscar ayuda. Promover el autocuidado y las redes de apoyo entre compañeros puede marcar la diferencia.
6. Colaboración con la comunidad y autoridades locales
El trabajo conjunto entre la universidad y la comunidad local también es esencial. Las universidades deben colaborar con autoridades locales, grupos comunitarios y organizaciones sin fines de lucro para crear un ambiente de seguridad en torno al campus.
-
Educación comunitaria: Promover la seguridad pública más allá del campus, incluyendo programas de prevención de violencia en las áreas circundantes, también puede ser clave en la protección de la comunidad universitaria.
-
Desarrollo de políticas públicas: Las universidades deben involucrarse activamente en la creación de políticas públicas a nivel estatal y federal que regulen el acceso a armas y promuevan la seguridad en las instituciones educativas.