Trump veta ingreso de nuevos alumnos extranjeros a Harvard
El presidente Donald Trump firmó este miércoles una orden ejecutiva que prohíbe la emisión de nuevos visados a estudiantes internacionales que tengan previsto iniciar estudios en la Universidad de Harvard. La medida representa un paso más en la ofensiva del gobierno federal contra la institución académica, acusada por la administración de tener vínculos con el Partido Comunista Chino y de no colaborar plenamente con las autoridades.
“He decidido que es necesario restringir la entrada de ciudadanos extranjeros cuyo principal objetivo sea estudiar en Harvard o participar en programas de intercambio organizados por dicha universidad”, afirmó el mandatario al anunciar la nueva política migratoria.
Un enfrentamiento político con raíces ideológicas
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La medida se da en medio de una disputa creciente entre la Casa Blanca y Harvard, que se ha intensificado durante los últimos meses. La administración Trump ha descrito a Harvard como un “semillero de liberalismo” y la ha acusado de tolerar el antisemitismo, interferir con investigaciones federales y resistirse a las exigencias de transparencia en cuanto al comportamiento de estudiantes extranjeros.
El Departamento de Seguridad Nacional había solicitado a Harvard un informe detallado sobre casos de mala conducta de sus alumnos internacionales. Aunque la universidad aseguró haber respondido, el gobierno consideró que la información era insuficiente. Según la Casa Blanca, solo se entregaron datos sobre tres estudiantes y sin detalles completos, lo que alimentó las sospechas de encubrimiento o falta de control.
Restricciones con impacto global en la educación superior
La orden ejecutiva afecta a todos los estudiantes internacionales que intenten ingresar a Estados Unidos con fines académicos en Harvard tras la fecha de publicación de la medida. Sin embargo, se contempla una excepción: aquellos cuyo ingreso se considere de “interés nacional” podrían obtener una visa si así lo determinan los funcionarios federales.
Actualmente, la Universidad de Harvard cuenta con unos 7,000 estudiantes internacionales. En algunas de sus escuelas de posgrado, estos alumnos representan hasta el 50% de la matrícula total. Con la nueva orden, la continuidad de ese perfil internacional queda en entredicho.
El secretario de Estado, Marco Rubio, será el encargado de evaluar si los visados de estudiantes extranjeros ya matriculados deben ser revocados o mantenidos. Además, se ha ordenado a las embajadas y consulados de EE.UU. revisar el historial de redes sociales de los futuros solicitantes de visa con destino a Harvard, en busca de contenidos considerados antisemitas o extremistas.
Recortes de fondos y cancelación de contratos federales
El veto migratorio se suma a una serie de medidas implementadas por la Casa Blanca para presionar a la universidad. En los últimos meses, el gobierno recortó más de 2,600 millones de dólares en subvenciones para investigaciones y ha iniciado procesos para cancelar contratos federales vigentes con la institución.
En una presentación judicial reciente, Harvard denunció que la ofensiva del gobierno está generando “un ambiente de profundo temor y confusión” entre los estudiantes extranjeros. Según Maureen Martin, directora de servicios de inmigración de la universidad, numerosos alumnos han solicitado información para transferirse a otras instituciones en medio de la incertidumbre.
Una decisión con repercusiones diplomáticas y académicas
El veto de visados contra nuevos alumnos de Harvard ha generado preocupación en sectores académicos, diplomáticos y defensores de los derechos civiles. Algunos expertos advierten que esta medida podría afectar la posición de Estados Unidos como destino preferente de estudiantes internacionales altamente calificados, además de generar tensiones con otros países.
La orden tendrá una vigencia inicial de seis meses. En un plazo de 90 días, la administración evaluará si las condiciones justifican una renovación. Hasta entonces, miles de estudiantes en todo el mundo verán bloqueado su ingreso a una de las universidades más prestigiosas del planeta por razones políticas, de seguridad nacional y disputas ideológicas entre la Casa Blanca y la academia.