La Fed resiste la presión de Trump y mantiene las tasas de interés, mientras el conflicto en Medio Oriente agita los mercados. ¿Se avecina una crisis económica?
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La Reserva Federal (Fed) mantuvo su tasa de interés de referencia en el rango de 4.25% a 4.5%, desafiando las presiones del presidente Donald Trump, quien horas antes calificó al presidente de la Fed, Jerome Powell, como “estúpido” y exigió un recorte drástico de tasas para “impulsar la economía”. La decisión, tomada en la cuarta reunión consecutiva sin cambios desde que Trump asumió su segundo mandato en enero, refleja la cautela de la Fed ante un panorama económico nublado por los aranceles de Trump, un conflicto creciente en Medio Oriente y señales de desaceleración en el consumo estadounidense.
“Francamente, tenemos un estúpido en la Fed, probablemente no recortará hoy”, lanzó Trump desde la Casa Blanca, antes de que se anunciara la decisión. “No tenemos inflación, solo éxito, y me gustaría ver que las tasas de interés bajaran”, añadió, insistiendo en que una política monetaria más laxa fortalecería el crecimiento y reduciría el costo del servicio de la deuda federal, que supera los 36 billones de dólares.
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Sin embargo, la Fed optó por la prudencia. En su comunicado, señaló que “la incertidumbre sobre las perspectivas económicas sigue siendo elevada” y que está “atenta a los riesgos para ambos lados de su doble mandato”: mantener la inflación cerca del 2% y promover el pleno empleo. Powell, en conferencia de prensa, reconoció que los aranceles de Trump y el conflicto Israel-Irán podrían generar “presiones inflacionarias significativas”, pero afirmó que los recortes de tasas dependerán estrictamente de los datos económicos. “No actuamos bajo presión política”, enfatizó, reafirmando la independencia del banco central.
Aranceles y consumo: una economía en vilo
Desde su regreso al poder, Trump ha implementado aranceles mínimos del 10% sobre la mayoría de las importaciones estadounidenses, con gravámenes más altos sobre acero, aluminio y automóviles. Aunque el presidente ha moderado algunos de estos impuestos para evitar un impacto inmediato, los economistas advierten que los costos podrían trasladarse a los consumidores en los próximos meses. En mayo, el índice de precios al consumidor (IPC) registró un aumento interanual del 2.4%, apenas por encima del 2.3% de abril, pero aún cerca del objetivo de la Fed. Sin embargo, las ventas minoristas cayeron un 0.9% en mayo, señalando que los consumidores, motor clave de la economía, están apretando sus billeteras.
“Por ahora, las empresas han absorbido parte de los costos de los aranceles usando inventarios previos, pero esto no es sostenible”, explica Robert Sockin, economista senior de Citigroup. “Esperamos que los precios al consumidor suban gradualmente hacia finales de 2025, lo que complicará las decisiones de la Fed”.
Powell también destacó que, sin los aranceles, las recientes lecturas de inflación (bajas en comparación con los picos de 2022) podrían justificar recortes de tasas. Pero la amenaza de un “choque de costos” por las políticas comerciales de Trump y la volatilidad global mantiene a los responsables de la política monetaria en alerta.
Medio Oriente: el petróleo como detonante
El conflicto entre Israel e Irán, que entró en su sexto día de intercambios de misiles, añade una capa de incertidumbre. Los precios del petróleo, que subieron casi un 7% tras los ataques israelíes a sitios iraníes, se estabilizaron ligeramente, pero los mercados siguen nerviosos ante la posibilidad de que Irán cierre el Estrecho de Ormuz, por donde pasa una quinta parte del suministro mundial de crudo.
Trump ha avivado las tensiones al exigir la “rendición incondicional” de Irán y advertir sobre una posible intervención militar estadounidense, lo que ha disparado las preocupaciones sobre un shock energético. “No me gusta que el petróleo esté subiendo”, admitió el presidente la semana pasada, consciente de que el aumento de los precios de la gasolina y la calefacción podría erosionar el apoyo público a su administración.
Powell minimizó el impacto a largo plazo de los precios del petróleo en la inflación, señalando que “la economía estadounidense es mucho menos dependiente del petróleo extranjero que en los años 70”. Sin embargo, reconoció que un conflicto prolongado podría generar “alza en los precios de la energía” que afectaría a los hogares y las empresas.
La retórica bélica de Trump y sus riesgos económicos
Las declaraciones de Trump sobre una posible intervención militar en Medio Oriente no solo han agitado los mercados energéticos, sino que también han generado temores de un impacto económico más amplio. Una escalada militar podría aumentar el gasto público, elevando el déficit fiscal, que ya está bajo presión por los recortes de impuestos y el “megaproyecto” de gastos aprobado por la Cámara de Representantes. Según la Tax Foundation, estas políticas podrían impulsar el crecimiento a largo plazo en un 0.8%, pero también incrementarían la deuda pública.
Además, la retórica bélica ha fortalecido al dólar y a los bonos del Tesoro como activos refugio, pero ha golpeado a las bolsas. El Dow Jones cerró con una leve subida de 2 puntos, mientras el DAX europeo y otros índices globales registraron pérdidas por el temor a una guerra más amplia.
“La combinación de aranceles, incertidumbre comercial y un conflicto en Medio Oriente crea un entorno donde la Fed tiene poco margen de maniobra”, dice Erik Weisman, economista jefe de MFS Investment Management. “Si la inflación sube y el crecimiento se desacelera, la Fed enfrentará un dilema clásico: combatir los precios o salvar el empleo”.
¿Hacia una crisis económica?
A pesar de la retórica optimista de Trump –“no tenemos inflación, solo éxito”–, los datos pintan un panorama más complejo. El crecimiento económico proyectado por la Fed para 2025 se redujo al 1.4%, frente al 1.7% estimado en marzo, reflejando los efectos de los aranceles y la desaceleración del consumo. La inflación, aunque contenida, podría repuntar si los precios del petróleo se disparan o si los aranceles comienzan a morder.
Por otro lado, las políticas de Trump en materia de inmigración, incluyendo deportaciones masivas, podrían reducir la fuerza laboral en sectores como la agricultura y la construcción, lo que añadiría presión inflacionaria. La gobernadora de la Fed, Adriana Kugler, advirtió que la pérdida de más de un millón de trabajadores inmigrantes en los últimos dos meses ya está afectando a industrias clave.
Mientras tanto, la Fed proyecta dos recortes de tasas de un cuarto de punto para finales de 2025, pero Powell subrayó que estas previsiones son “dependientes de los datos” y podrían ajustarse si las tensiones globales o las políticas de Trump alteran el panorama.