Diana Beltrán, una chef originaria de Acapulco, Guerrero, ha llevado el sabor mexicano al Vaticano, consolidándose como una embajadora de la gastronomía de México en Italia. Con más de 25 años de trayectoria, Beltrán ha cocinado en eventos exclusivos para la Santa Sede, incluyendo banquetes para dignatarios eclesiásticos, según se dio a conocer durante el festival Sabor Es Polanco en Ciudad de México el pasado 18 de mayo de 2025. La chef, quien dirige el restaurante La Cucaracha en Roma, ha sabido fusionar los sabores tradicionales de su tierra natal con las exigencias del paladar internacional, ganándose el reconocimiento de la comunidad latina y de figuras religiosas en el corazón de Italia.
Beltrán, de 48 años, comenzó su viaje culinario en las calles de Acapulco, donde aprendió las recetas de su abuela, enfocadas en ingredientes como el maíz, el chile y el cacao. Tras migrar a Italia en 1999, abrió su restaurante en Roma, un espacio que se ha convertido en un referente para los amantes de la comida mexicana. Su trabajo ha sido tan notable que ha preparado platillos para eventos en el Vaticano, incluyendo un menú especial para una delegación de obispos latinoamericanos en 2024, donde presentó tacos de pescado estilo Baja California y mole poblano. Su dedicación ha puesto en alto el nombre de México, mostrando la riqueza de su cultura gastronómica en un escenario global.
Un puente entre culturas
La presencia de Diana no solo resalta su talento, sino también su capacidad para tender puentes culturales a través de la comida. En Roma, su restaurante La Cucaracha es un punto de encuentro para la diáspora mexicana y para italianos que buscan explorar sabores nuevos. Beltrán ha compartido que su objetivo es transmitir la historia de México con cada platillo, utilizando ingredientes auténticos que a menudo importa directamente desde Guerrero y Oaxaca. Su trabajo ha sido reconocido por el Consejo de Promoción Turística de México, que la nombró embajadora gastronómica en 2023, destacando su contribución al turismo y la cultura del país.
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Durante el festival Sabor Es Polanco, Beltrán participó junto a otros chefs mexicanos como Alejandro Villanueva, mostrando platillos que combinan tradición e innovación. Su experiencia en el Vaticano incluye la preparación de un banquete para una audiencia privada en 2024, donde sirvió tamales y pozole, platillos que sorprendieron por su complejidad y sabor. La chef ha mencionado que cocinar para la Santa Sede es un honor, pero también una responsabilidad, ya que busca representar dignamente a México mientras adapta sus recetas a los gustos internacionales sin perder autenticidad.
El impacto del sabor mexicano en el Vaticano
El impacto de esta noticia ha resonado más allá de Roma y los círculos religiosos, inspirando a otros chefs a explorar la gastronomía de México. Su restaurante en Roma ha sido visitado por figuras del clero y turistas que buscan una experiencia culinaria única, y su menú incluye desde enchiladas verdes hasta postres tradicionales como el flan de cajeta. Beltrán ha trabajado incansablemente para educar sobre la riqueza de la cocina mexicana, desmintiendo estereotipos y mostrando su diversidad, un esfuerzo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia ha elogiado por su contribución a la preservación cultural.
En Italia, donde la comida es un pilar cultural, Beltrán ha logrado que los sabores de México encuentren un lugar en la mesa. Su historia es un ejemplo de perseverancia, desde sus humildes comienzos en Acapulco hasta las cocinas del Vaticano, donde ha servido a líderes mundiales con platillos que cuentan historias de su tierra. Con planes de expandir su restaurante y abrir una escuela de cocina mexicana en Roma este 2025, la chef sigue su misión de llevar México al mundo. Su legado gastronómico continúa creciendo, dejando una huella imborrable en la Santa Sede y más allá.