El actual secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, sostuvo este viernes una reunión privada con cinco opositores venezolanos que, tras más de un año refugiados en la Embajada de Argentina en Caracas, llegaron a suelo estadounidense a inicios de mayo. Rubio elogió la “valentía” de estos líderes por resistir la “tiranía” de Nicolás Maduro en zonas chavistas marcadas por la represión política.
La portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, informó que el encuentro fue parte del firme respaldo de Estados Unidos a la restauración democrática en Venezuela. Según Bruce, los opositores “se vieron obligados a buscar asilo para evitar la persecución del régimen ilegítimo de Maduro, que continúa reprimiendo a toda voz disidente en zonas chavistas y más allá”.
Los cinco opositores formaban parte del círculo de confianza de la líder María Corina Machado y se refugiaron en la sede diplomática argentina el 20 de marzo de 2024, cuando una ola de arrestos masivos antecedió a los comicios presidenciales del 28 de julio. Nicolás Maduro fue declarado ganador en unas elecciones ampliamente criticadas por presunto fraude y escasa participación internacional.
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Rubio exalta la resistencia de opositores en zonas chavistas
La reunión en Washington estuvo centrada en las condiciones bajo las que estos dirigentes políticos vivieron durante más de un año, aislados dentro de una embajada ubicada en el corazón de las zonas chavistas de Caracas. Allí permanecieron Magallí Meda, Claudia Macero, Pedro Urruchurtu, Humberto Villalobos y Ómar González.
Inicialmente, el grupo de asilados estaba conformado por seis personas. Sin embargo, Fernando Martínez Mottola, exministro de Transporte y Comunicaciones, se entregó a las autoridades venezolanas en diciembre de 2024, obteniendo libertad condicional poco antes de fallecer, el 26 de febrero de este año, debido a complicaciones de salud.
Durante el encuentro, Rubio expresó también su “profunda preocupación” por la reciente detención de más de 70 personas, entre ellas el exdiputado Juan Pablo Guanipa. Según el Departamento de Estado, estos arrestos forman parte de una nueva ofensiva represiva por parte del chavismo, particularmente activa en zonas chavistas donde la presencia militar y de inteligencia es más férrea.
Rubio calificó de “arbitraria e injustificada” esta nueva ola de represión que, según organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, responde a la proximidad de nuevas movilizaciones sociales promovidas por el sector opositor liderado por Machado.
Apoyo firme de EE.UU. a la democracia venezolana en zonas chavistas
El secretario de Estado reafirmó, además, el compromiso de Estados Unidos con la restauración de la democracia en Venezuela y la liberación de todos los presos políticos. En sus declaraciones oficiales, también exigió el regreso seguro de ciudadanos estadounidenses y de otros países que permanecen detenidos de forma arbitraria por el régimen venezolano, muchos de ellos arrestados precisamente en zonas chavistas bajo control del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN).
Rubio también aprovechó el encuentro para reconocer el papel clave que jugó María Corina Machado en la operación que permitió la salida segura de los cinco activistas. La también excandidata presidencial calificó en su momento esta operación como “impecable”, aunque hasta ahora no se conocen todos los detalles de las negociaciones diplomáticas que la hicieron posible.
“El secretario expresó su gratitud a todos los involucrados y reconoció la tenacidad de Machado, quien permanece en Venezuela a pesar del riesgo y la constante vigilancia del régimen”, señaló Bruce.
En Venezuela, especialmente en las zonas chavistas que concentran el poder institucional y militar, la persecución política ha sido persistente. Desde las protestas de 2014, el Gobierno de Maduro ha intensificado el uso de tribunales militares contra civiles, además del cierre arbitrario de medios y la criminalización de la protesta pacífica.

Contexto de las zonas chavistas y la represión política
Las zonas chavistas, término con el que se denomina a las regiones y barrios donde el oficialismo mantiene un fuerte control territorial y político, han sido epicentro de muchas detenciones arbitrarias. En sectores como Catia, 23 de Enero y El Valle —todos en Caracas—, los cuerpos de seguridad del Estado han realizado operaciones para neutralizar focos opositores.
Según datos del Foro Penal Venezolano, hasta abril de 2025 había más de 250 presos políticos registrados, muchos de ellos capturados en zonas chavistas tras participar en manifestaciones o actividades de carácter político. Varios informes de la ONU también han advertido sobre torturas, desapariciones forzadas temporales y detenciones sin orden judicial.
El Departamento de Estado ha insistido en que cualquier proceso de normalización de relaciones con Venezuela pasa necesariamente por “una liberación total de los presos políticos y la garantía de elecciones verdaderamente libres y supervisadas por organismos internacionales independientes”.
En este contexto, la reunión de Rubio con los opositores marca una nueva etapa en la política exterior estadounidense hacia Venezuela, reafirmando su oposición a cualquier forma de legitimación del régimen de Maduro.
La visita de los activistas a Estados Unidos ha sido recibida con respaldo bipartidista en el Congreso, donde senadores demócratas y republicanos han coincidido en condenar las recientes detenciones y han solicitado nuevas sanciones contra altos funcionarios venezolanos implicados en violaciones de derechos humanos.
Hasta el momento, ni el Gobierno de Venezuela ni el Ministerio de Comunicación e Información han emitido una respuesta oficial sobre el viaje de los opositores ni sobre las declaraciones de Marco Rubio.