Al grito de “el gallo nace para pelear”, miles de personas marcharon este jueves hacia el Zócalo capitalino en defensa de las peleas de gallos en México, una práctica que aseguran forma parte de la identidad rural del país. Portando jaulas, gallos, pancartas y sombreros, criadores provenientes de estados como Hidalgo, Guanajuato, Aguascalientes y Veracruz exigieron al Gobierno federal respeto por esta tradición, que, según ellos, representa una forma de vida y sustento económico para millones de familias mexicanas.
La movilización surge como respuesta a la reciente aprobación de las llamadas “corridas de toros sin sangre” por parte del Congreso de la Ciudad de México, una reforma que excluyó explícitamente las peleas de gallos de su alcance. Dicha exclusión se basó en el argumento de que esta actividad goza de arraigo cultural en algunas alcaldías, motivo por el cual cualquier intento de prohibición requeriría una consulta previa a las comunidades.
Peleas de gallos en México: ¿tradición o maltrato?
Los criadores que participaron en la marcha defendieron que las peleas de gallos en México no constituyen maltrato animal, sino una expresión de la cultura popular, especialmente en zonas rurales. “Esta es una actividad que está presente desde las rancherías más remotas hasta los municipios más pequeños. Aquí no estamos hablando de violencia, estamos hablando de cultura”, expresó Francisco Baluarte, criador con más de nueve años de experiencia en el Estado de México.
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Un hombre sostiene un gallo durante una manifestación contra la prohibición de las peleas de gallos este jueves, en Ciudad de México (México). EFE/ Sáshenka Gutiérrez
Baluarte destacó que al menos dos millones de personas están vinculadas directa o indirectamente con esta práctica, ya sea como criadores, veterinarios, entrenadores o proveedores de alimento y equipos. En ese sentido, insistió en que se trata de una cadena económica que impacta positivamente en las comunidades donde otras formas de empleo son escasas.
Acompañado de su gallo “Rayito”, Baluarte pidió que, antes de legislar en contra de esta actividad, se consulte a quienes realmente conviven con ella. “Las decisiones no pueden tomarse desde un escritorio en la ciudad. Hay que ir a los pueblos, a las sierras, a los criaderos, y entender por qué peleamos por nuestros gallos”, dijo.
Defensores aseguran que las peleas de gallos en México no son maltrato animal
Uno de los argumentos más repetidos por los manifestantes fue que el gallo de pelea tiene un comportamiento combativo natural desde temprana edad. José Antonio Villa Landeros, criador de Guanajuato con 15 años de experiencia, sostuvo que “el gallo no necesita ser inducido a pelear. Eso viene en sus genes, es parte de su esencia”.
Una persona participa en una manifestación contra la prohibición de las peleas de gallos este jueves, en Ciudad de México (México). EFE/ Sáshenka Gutiérrez
Este punto fue reforzado por Mario Delgadillo, quien cría gallos en Tepotzotlán, Estado de México, y participó en la marcha con varios de sus animales. Delgadillo aseguró que existe una falta de conocimiento profundo sobre el mundo gallístico y acusó a los críticos de no entender el contexto ni las condiciones de crianza. “Aquí no hay maltrato. Los pollos están cuidados, alimentados, vacunados, y hasta comen mejor que muchos humanos”, afirmó.
Asimismo, los manifestantes defendieron que las peleas de gallos en México son un pilar de muchas festividades patronales y ferias regionales, lo que las convierte en parte del tejido social de varias comunidades.
La pelea legal y cultural por las peleas de gallos en México
Actualmente, las peleas de gallos en México están reconocidas como patrimonio cultural inmaterial en estados como Hidalgo, Aguascalientes, Nayarit, Tlaxcala y Zacatecas. Esta declaratoria ha sido utilizada por los defensores como argumento para blindar legalmente la actividad frente a intentos de prohibición.
En contraste, entidades como Veracruz y Quintana Roo ya han prohibido las peleas de gallos, lo que ha generado enfrentamientos legales entre criadores y legisladores. En el ámbito nacional, la presión de organizaciones defensoras de animales sigue creciendo, exigiendo que el Congreso federal avance en una legislación que prohíba estas prácticas en todo el país.
Sin embargo, los criadores consideran que una prohibición general sería una medida discriminatoria que ignora el contexto cultural de miles de comunidades rurales. “No todo lo que ocurre en la ciudad puede imponerse al resto del país”, apuntó uno de los manifestantes que llegó desde Nayarit.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha evitado pronunciarse directamente sobre la legalidad de las peleas de gallos, aunque respaldó la decisión del Congreso capitalino de excluirlas de la reciente reforma. No obstante, en sectores rurales ha crecido el temor de que se imponga una legislación nacional en los próximos años.
México cuenta actualmente con más de 1.200 asociaciones y clubes registrados que organizan peleas de gallos de forma regular. Según estimaciones del sector, se celebran más de tres millones de combates anuales en todo el país, y se utilizan más de 40 millones de aves.
Mientras tanto, la marcha de este jueves marca un punto de inflexión en la disputa legal, económica y cultural en torno a las peleas de gallos en México. Los manifestantes advirtieron que seguirán movilizándose y que, si es necesario, llevarán su defensa hasta la Suprema Corte de Justicia.