Lo que debes saber sobre la elección judicial en México
México se prepara para una jornada electoral inédita el próximo domingo 1 de junio, cuando 99.7 millones de ciudadanos estarán llamados a votar para elegir 881 cargos del Poder Judicial de la Federación, entre un total de 3,422 candidatos. Esta elección incluye puestos para la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial y el Tribunal Electoral, marcando la primera vez que estos cargos se someten a votación directa.
Este proceso electoral extraordinario, conocido como PEEPJF 2024-2025, representa un cambio significativo en el sistema judicial mexicano y está generando gran expectativa y controversia en el país.
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Reformas constitucionales y contexto político
La elección judicial fue posible gracias a una reforma constitucional promovida por el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, promulgada el 15 de septiembre de 2024, y apoyada por la actual presidenta Claudia Sheinbaum, quien asumió el cargo en octubre del mismo año. Esta reforma busca transformar el Poder Judicial, pero ha provocado reacciones divididas, incluyendo una huelga inédita de jueces y trabajadores judiciales que cuestionan la medida.
Sheinbaum, en línea con esta reforma, ha anunciado además planes para implementar nuevas modificaciones constitucionales que combatan prácticas como la reelección y el nepotismo dentro del sistema judicial.
Cargos y candidatos en disputa
Los votantes mexicanos decidirán la composición de varios órganos clave del Poder Judicial: nueve puestos para la Suprema Corte, dos para la Sala Superior del Tribunal Electoral, quince para salas regionales del Tribunal Electoral, cinco para el nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, 464 magistraturas de tribunales y 386 juzgados.
Para cubrir estos cargos se presentan 3,422 candidatos: 63 para la Suprema Corte, 38 para el Tribunal Judicial, 15 para la Sala Superior del Tribunal Electoral, 96 para salas regionales, 1,640 para magistraturas y 1,570 para juzgados. El proceso representa un desafío logístico sin precedentes para el sistema electoral mexicano.
Récord en participación electoral y logística compleja
Con cerca de 100 millones de electores habilitados para votar, este será el proceso electoral más grande en la historia judicial del país. Se instalarán más de 84,000 centros de votación, incluyendo 245 casillas especiales para mexicanos en tránsito, y se requerirá la participación de aproximadamente 1.55 millones de funcionarios de casilla para organizar, supervisar y contar los votos el día de la elección.
El Instituto Nacional Electoral (INE), encargado de organizar las elecciones, ha advertido sobre limitaciones en recursos y tiempo para gestionar esta elección extraordinaria. La oposición ha denunciado que la boleta electoral es confusa y podría beneficiar a candidatos ligados al oficialismo, generando preocupaciones sobre la transparencia del proceso.
Boletas y proceso de votación
Los electores recibirán seis boletas diferentes para esta elección judicial federal, además de las boletas estatales en los 19 estados donde también se renovarán jueces locales. Cada boleta tendrá un color específico para facilitar su identificación: morado para la Suprema Corte, azul para la Sala Superior del Tribunal Electoral, turquesa para el Tribunal de Disciplina Judicial, naranja para las salas regionales del Tribunal Electoral, rosa para magistrados y amarillo para jueces.
En la elección para la Suprema Corte, los votantes deberán elegir cinco mujeres y cuatro hombres de una lista de 84 candidaturas. Para el Tribunal de Disciplina Judicial se elegirán tres mujeres y dos hombres entre 52 aspirantes, mientras que para magistrados y jueces habrá boletas con 42 candidaturas para votar.
Controversias, seguridad y democracia
El proceso electoral ha estado marcado por diversas polémicas. La oposición y organismos internacionales, incluidos representantes de la ONU, han expresado preocupación por posibles interferencias del Ejecutivo y vínculos del crimen organizado con algunos candidatos. Se han denunciado presuntos nexos con el narcotráfico en al menos veinte aspirantes, así como limitaciones presupuestarias y dificultades logísticas.
A pesar de estas críticas, la presidenta Claudia Sheinbaum y los candidatos oficiales defienden la elección como un avance para la democracia mexicana y la independencia judicial. Argumentan que el voto directo por los jueces permitirá fortalecer el sistema judicial y mejorar la confianza ciudadana en las instituciones.
Esta elección representa un punto de inflexión para México, con un impacto potencial en la transparencia, justicia y estabilidad política del país en los próximos años.