La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha tomado medidas decisivas para resolver la creciente polémica sobre la contaminación del agua en la frontera con Estados Unidos. Este lunes, la secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Alicia Bárcena, viajó a San Diego para reunirse con la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA) y abordar el vertido de aguas residuales desde Tijuana hacia el océano Pacífico. Esta visita se produce tras las acusaciones del senador republicano Tim Sheehy, quien denunció que México vierte diariamente 5 millones de galones (casi 19 millones de litros) de agua tóxica, afectando la salud de miles de estadounidenses.
Reunión clave con la EPA
Durante su visita, la secretaria Bárcena destacó que la planta de tratamiento en Tijuana está a punto de operar al 100%, lo que reducirá significativamente la contaminación hacia el Pacífico. Sin embargo, enfatizó que aún queda pendiente la colaboración de Estados Unidos en el cumplimiento de un acuerdo firmado durante la administración del expresidente Joe Biden. Sheinbaum subrayó que México no debe ser utilizado como argumento político en las campañas electorales estadounidenses, haciendo referencia a las próximas elecciones a gobernador en algunas entidades de EE. UU.
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La presidenta de México Claudia Sheinbaum habla durante su rueda de prensa diaria este lunes, en el Palacio Nacional en la Ciudad de México (México). EFE/ Mario Guzmán
El Tratado de Aguas de 1944 y sus implicaciones
El Tratado de Aguas de 1944 establece que México debe entregar aproximadamente 2.160 millones de metros cúbicos de agua cada cinco años a Estados Unidos desde los ríos Bravo, Colorado y Tijuana. Sin embargo, México ha enfrentado desafíos debido a sequías prolongadas y la necesidad de priorizar el consumo humano y la agricultura. Recientemente, el presidente Donald Trump ha presionado para que México cumpla con sus obligaciones, sugiriendo la posibilidad de imponer aranceles y sanciones si no se resuelve el adeudo de agua hacia Texas.
Tensiones internas en México sobre el cumplimiento del tratado
Los estados mexicanos de Coahuila, Chihuahua y Tamaulipas han expresado su preocupación por el plan propuesto por la presidenta Sheinbaum para cumplir con el Tratado de Aguas de 1944. Las autoridades locales temen que la extracción de agua de la presa La Amistad, actualmente en niveles históricamente bajos, afecte el abastecimiento para consumo humano y riego agrícola. El gobernador de Coahuila, Manolo Jiménez, ha exigido priorizar el consumo humano, mientras que la gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos, ha señalado que es imposible cumplir con el tratado debido a la escasez de agua.
Rise The River/EFE
Compromiso de México y medidas en curso
A pesar de las críticas, el gobierno mexicano se compromete a cumplir con el tratado de manera gradual, considerando las condiciones climáticas actuales. La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) ha respaldado la estrategia, indicando que el tratado permite compensar déficits en el siguiente ciclo, siempre que no haya incumplimientos consecutivos. Además, se ha firmado el Acta 331, un acuerdo de cooperación entre México y Estados Unidos que busca mejorar la confiabilidad y predictibilidad de las entregas de agua del Río Bravo, beneficiando a ambos países.
Impacto en la región fronteriza y perspectivas futuras
La resolución de la crisis del agua en la frontera tiene implicaciones significativas para las comunidades locales y la relación bilateral entre México y Estados Unidos. La cooperación efectiva en el manejo de los recursos hídricos no solo aliviará las tensiones políticas, sino que también fomentará el desarrollo económico y la estabilidad en la región fronteriza. Se espera que las reuniones técnicas programadas para el miércoles proporcionen una plataforma para avanzar en soluciones conjuntas que beneficien a ambas naciones.