El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha elevado la tensión diplomática con México al acusar al país de incumplir el Tratado de Aguas de 1944. Este acuerdo, fundamental para la gestión compartida de los recursos hídricos en la frontera, ha sido objeto de controversia debido a las recientes discrepancias en el suministro de agua del río Bravo.
Detalles del Tratado de Aguas de 1944
El Tratado de Aguas de 1944 establece la distribución de las aguas de los ríos Tijuana, Colorado y Bravo entre México y Estados Unidos. Según este pacto, México se compromete a entregar 1.75 millones de acre-pies de agua cada cinco años a Estados Unidos a través del río Bravo. Sin embargo, hasta finales de 2024, México había suministrado menos del 30% de la cantidad requerida, generando preocupación entre los agricultores texanos.

Migrantes beben agua en Eagle Pass, Texas (EE.UU.). EFE/EPA/Adam Davis
Reacción de Donald Trump
En un mensaje en su plataforma Truth Social, Trump expresó su descontento, acusando a México de «robar el agua de los agricultores de Texas». El mandatario amenazó con imponer aranceles y sanciones hasta que México cumpla con sus obligaciones bajo el tratado.
Respuesta de México
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reconoció las dificultades para cumplir con el tratado debido a una sequía histórica que ha afectado las fuentes hídricas del norte del país. Sheinbaum aseguró que el gobierno mexicano está comprometido en cumplir con sus obligaciones y ha propuesto medidas a corto plazo para mitigar la deuda hídrica.
Migrantes beben agua en Eagle Pass, Texas (EE.UU.). EFE/EPA/Adam Davis
Impacto en los agricultores de Texas
La falta de agua ha tenido consecuencias directas en los agricultores del Valle del Río Grande. Se estiman pérdidas anuales de hasta 993 millones de dólares debido a la escasez de agua para riego. Relevancia geopolítica
Esta disputa subraya la complejidad de las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, especialmente en la gestión de recursos naturales compartidos. La situación exige una solución que equilibre las necesidades agrícolas, el respeto a los tratados internacionales y la realidad climática de la región.