En el Centro de Detención El Paso, conocido como EPSPC, cientos de migrantes enfrentan condiciones que han sido calificadas como inhumanas por organizaciones de derechos humanos. Las denuncias sobre maltratos, hacinamiento y falta de atención médica en este centro gestionado por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) siguen acumulándose. Migrantes venezolanos, como Derwinson Dudamel Escalona, de 32 años, aseguran que las promesas de atención básica son “pura mentira”, mientras Amnistía Internacional ha documentado un patrón de trato deshumanizador que afecta a miles de personas bajo custodia.
Dudamel Escalona, quien lleva más de tres meses detenido, describió su experiencia en una entrevista telefónica: “No quiero estar más tiempo encerrado aquí, que sea la voluntad de Dios”. Según datos federales recopilados por el centro de investigación TRAC de la Universidad de Syracuse, hasta el 20 de abril de este año, ICE tenía a 49,184 personas detenidas en todo el país, y casi la mitad no tienen antecedentes criminales. En Texas, donde se concentra la mayoría de estos centros, las condiciones han sido objeto de críticas durante años, pero las políticas migratorias impulsadas por la administración Trump han intensificado las tensiones.
Testimonios de abusos y negligencia
Los migrantes denuncian desde hacinamiento hasta negligencia médica grave. Eduardo Pozo Leal, otro venezolano detenido, explicó que la comida es insuficiente: “Nos dan puro pan y eso no alimenta. Hay gente durmiendo en el suelo, esto es un caos”. Amnistía Internacional entrevistó a 27 inmigrantes en abril y documentó casos de arrestos arbitrarios y violaciones a los derechos humanos. Un migrante anónimo relató que sufre problemas estomacales por la falta de nutrición y que el agua huele a químicos, mientras que las temperaturas extremas y la falta de medicinas agravan su situación.
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La abogada Zoe Bowman, de Las Américas Immigrant Advocacy Center, señaló que la atención médica es un problema crítico. “Estamos trabajando con un solicitante de asilo que tiene cáncer y no recibe el tratamiento adecuado”, afirmó. Dudamel Escalona también compartió su frustración: “Tengo mucho dolor de muelas, me dan una pastilla y al otro día otra, pero no me revisan”. Estas quejas no son nuevas. En junio de 2024, el senador demócrata Jon Ossoff anunció una investigación tras recibir 113 denuncias de violaciones de derechos civiles en el centro desde 2023, incluyendo atención médica inadecuada y abusos por parte del personal.
Amenazas y aislamiento en El Paso
El Centro de Detención El Paso también ha sido señalado por el uso de tácticas intimidatorias. Amnistía Internacional reportó que los guardias amenazan a los detenidos con ser enviados a Guantánamo o a la prisión CECOT en El Salvador, lugares conocidos por sus duras condiciones. “Duré 15 días en aislamiento porque me acusaron de haber tocado a una guardia, pero no fue así”, dijo Dudamel Escalona, quien describió el impacto emocional de estas medidas: “Entras en depresión, te pones a llorar, ya no puedes dormir”.
El senador Ossoff, quien inspeccionó personalmente las instalaciones, confirmó problemas con la alimentación, las condiciones higiénicas y la privacidad de los detenidos. “Me alarmó lo que presencié”, afirmó, destacando que los guardias a menudo carecen de identificación clara, lo que dificulta presentar quejas. A pesar de las denuncias, la vocera del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, defendió a ICE, asegurando que promueven “entornos seguros y humanos” y que los migrantes tienen acceso a atención médica de emergencia las 24 horas. Sin embargo, las experiencias de los detenidos cuentan una historia diferente, y las investigaciones siguen en curso mientras la crisis migratoria en la frontera continúa.