ICE detiene a 13 pescadores en operativo marítimo en Texas
La vigilancia migratoria de Estados Unidos se extiende ahora al Golfo de México, donde un reciente operativo frente a South Padre Island, Texas, resultó en la detención de 13 pescadores mexicanos indocumentados. Agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), junto con Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) y la Guardia Costera, interceptaron tres lanchas rápidas en la Zona Económica Exclusiva, destacando el enfoque de “cero tolerancia” de la administración del presidente Donald Trump.
Operativo en el “Golfo de América”
El operativo tuvo lugar al norte de la Línea Fronteriza Marítima, en una zona que las autoridades han bautizado como el “Golfo de América”. Las embarcaciones, equipadas con motores de alta velocidad, transportaban 680 kilos de pargo rojo, una especie protegida cuya pesca ilegal genera millonarias ganancias en el mercado negro. Además de los arrestos, las autoridades confiscaron redes y equipos de pesca. Los 13 detenidos, todos de nacionalidad mexicana, fueron trasladados a instalaciones de ICE para su procesamiento migratorio.
El ICE difundió el operativo en redes sociales con un mensaje contundente: “También estamos en el agua”. Esta acción refleja una expansión de las redadas migratorias, que ya no se limitan a entornos urbanos o centros de trabajo, sino que abarcan rutas marítimas utilizadas para ingresos irregulares y actividades ilícitas.
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Pesca ilegal y crimen organizado
Más allá de la inmigración indocumentada, las autoridades apuntan a la pesca ilegal como un problema vinculado al crimen organizado. El pargo rojo, altamente demandado en restaurantes y mercados, es explotado por redes transfronterizas que operan en el Golfo de México. La Guardia Costera subrayó que estas actividades amenazan la sostenibilidad de los recursos marinos y la soberanía nacional. “Quienes violen nuestras aguas rendirán cuentas”, afirmó un portavoz de la agencia.
Las lanchas interceptadas, de 6 a 9 metros de largo y capaces de alcanzar 50 km/h, evidencian la sofisticación de estas operaciones. Estas embarcaciones no solo se utilizan para la pesca no autorizada, sino también para el tráfico de personas y drogas, lo que las convierte en un objetivo prioritario para las autoridades federales.
Vigilancia marítima en aumento
El operativo en Texas no es un caso aislado. El 15 de junio, el Cutter Active de la Guardia Costera interceptó una embarcación sin luces a 35 kilómetros de La Jolla, California, con 11 personas a bordo, también mexicanas. Aunque ese caso involucró un intento de ingreso irregular sin relación con la pesca, destaca el creciente uso de rutas marítimas para evadir los controles fronterizos terrestres. Los detenidos fueron entregados a la Patrulla Fronteriza para su procesamiento.
La administración Trump ha reforzado la vigilancia marítima con tecnología avanzada y mayor coordinación entre agencias como ICE, HSI y la Guardia Costera. Esta estrategia busca cerrar las “rutas alternativas” que los migrantes y redes criminales utilizan para ingresar a Estados Unidos, alineándose con la política de deportaciones masivas promovida por el presidente.
Impacto en las comunidades migrantes
Las detenciones en el Golfo de México han generado preocupación entre las comunidades migrantes, que enfrentan un entorno cada vez más restrictivo. Organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes han criticado estas operaciones, argumentando que afectan a trabajadores que buscan ganarse la vida, como los pescadores, sin antecedentes criminales. Sin embargo, las autoridades sostienen que estas acciones son necesarias para combatir el crimen organizado y proteger los recursos naturales.
Contexto de la política migratoria
Desde su regreso a la Casa Blanca, el presidente Trump ha impulsado una agenda migratoria estricta, que incluye operativos en múltiples frentes, desde centros urbanos hasta aguas internacionales. La detención de los 13 pescadores en Texas es un ejemplo de cómo la administración está ampliando su alcance para cumplir con su promesa de reforzar la seguridad fronteriza, incluso en el mar. Estas acciones podrían intensificarse en los próximos meses, a medida que las agencias federales implementen nuevas tácticas para disuadir la inmigración irregular.