Las políticas migratorias de la actual administración de Donald Trump están generando una crisis silenciosa en los hogares de retiro de Estados Unidos. La escasez de personal en centros para adultos mayores y personas con discapacidad se ha agravado debido a las medidas que limitan o eliminan permisos de trabajo para inmigrantes, una de las principales fuentes laborales de este sector.
En estados como Florida, Georgia, Texas y Nueva York, donde las residencias dependen de empleados extranjeros, la situación se vuelve crítica con cada revocación de Estatus de Protección Temporal (TPS) o cada retraso en la tramitación de visas laborales.
Políticas migratorias de Trump afectan directamente al personal extranjero
La mayoría de hogares de retiro en el país reportan pérdidas de empleados debido a la revocación de su estatus legal. En el caso de A.G. Rhodes, un operador de hogares de retiro en Atlanta, ocho trabajadores perderán pronto su permiso de trabajo debido al fin de su TPS. Para Deke Cateau, director ejecutivo de la empresa, la situación es alarmante. “La oferta es cada vez menor”, expresó. “Puede que hoy sean ocho, pero quién sabe más adelante”.
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Una persona mayor en una residencia de Madrid. Foto: X/© OceanProd
Aunque estos trabajadores representan solo una fracción de sus 500 empleados, su salida impacta profundamente, ya que son difíciles de reemplazar por la escasa demanda laboral local en este tipo de empleos.
Las políticas migratorias de Trump también han reducido drásticamente la inmigración legal, generando una escasez que se siente en todo el país. La Oficina de Estadísticas Laborales estima que, actualmente, casi uno de cada cinco trabajadores civiles nació en el extranjero, y en el sector de cuidados directos, más de una cuarta parte son inmigrantes.
Hogares de retiro no logran cubrir vacantes tras endurecimiento migratorio
La generación del Baby Boom está alcanzando edades avanzadas, lo que ha disparado la demanda de cuidadores en hogares de retiro, residencias asistidas y atención domiciliaria. Se proyecta que se necesitarán más de 820,000 nuevos empleados en este campo para 2032. Sin embargo, con las actuales políticas migratorias de Trump, muchas residencias ven imposible cubrir las vacantes.
En Boca Ratón, Florida, Rachel Blumberg, directora de Toby and Leon Cooperman Sinai Residences, perdió recientemente a 10 empleados con parole humanitario. En las próximas semanas, prevé perder a 30 más tras el fin del TPS para los haitianos.
Dos personas mayores en una residencia. Foto: Fundación Descubre
“Esto es solo la punta del iceberg”, comentó. “Con menos de 24 horas de aviso, nos quedamos sin trabajadores. Aumentamos sueldos y pagos por recomendación, pero es muy difícil encontrar sustitutos”. Blumberg explicó que no solo se trata de cuidadores, también están perdiendo personal de mantenimiento, cocineros y meseros.
Las políticas migratorias de Trump generan miedo entre trabajadores legales
Katie Smith Sloan, directora de LeadingAge, organización que representa a centros de cuidado sin fines de lucro, reveló que el temor a redadas migratorias ha provocado que incluso empleados con residencia legal dejen de asistir a sus centros de trabajo. Algunos han optado por mantener a sus hijos en casa, sin enviarlos a la escuela, por temor a detenciones.
“Es como un puñetazo en el estómago”, declaró.
A esto se suma la dificultad de contratar personal desde el extranjero. Lo que antes era un proceso ágil, ahora se ha vuelto tan complejo que muchos candidatos optan por buscar oportunidades en Canadá o Europa. “Dicen: ‘Me voy a Alemania. Allí me reciben con los brazos abiertos’”, explicó Mark Sánchez, director de operaciones de United Hebrew, un centro en Nueva York.
Refugiados eran una solución viable, pero también se han visto afectados
Algunos centros habían encontrado alivio en la contratación de refugiados. En Wisconsin, Robin Wolzenburg, de LeadingAge, comenzó a emplear afganos luego del retiro de tropas estadounidenses, y posteriormente sumó trabajadores de Ucrania, Somalia y el Congo. La tasa de retención con estos empleados superaba el 90%, mucho más alta que el promedio general.
Sin embargo, las políticas migratorias de Trump han frenado las admisiones de refugiados, cerrando esa posibilidad. “Ha sido devastador”, expresó Wolzenburg. “Ya no vemos llegar a los refugiados como antes”.
Cuidadores migrantes son indispensables en hogares de retiro
La mayoría de cuidadores son mujeres de comunidades minoritarias que ganan, en promedio, $16.72 por hora, según datos de PHI, una organización enfocada en la mejora del empleo en este sector. A pesar del bajo salario, muchos trabajadores inmigrantes ven este empleo como una profesión digna y significativa.
Lynne Katman, fundadora de Juniper Communities, que administra 21 centros en cinco estados, explicó que el trabajo es difícil, pero esencial. “Es muy duro, y no es el empleo mejor pagado. Pero muchos inmigrantes sienten que cuidar a personas mayores es una labor noble”.
El COVID-19 ya había provocado un éxodo de trabajadores en estos centros. Justo cuando comenzaban a recuperarse, las políticas migratorias de Trump golpearon nuevamente al sector. La rotación del personal llega al 50% anual en promedio, lo que hace que atraer y retener trabajadores sea crucial para el funcionamiento de estos hogares.