Alerta del consumo excesivo de alcohol: Un estudio reciente publicado en la revista Neurology por la Universidad de São Paulo y la Universidad de California, San Francisco, revela que consumir más de ocho bebidas alcohólicas por semana está asociado con un 133% más de probabilidades de desarrollar lesiones cerebrales vinculadas al Alzheimer y el deterioro cognitivo.
La investigación, basada en autopsias de 1,781 personas mayores de 50 años, encontró que el consumo excesivo de alcohol no solo incrementa el riesgo de lesiones vasculares en el cerebro, sino que también está relacionado con la formación de ovillos de tau, un biomarcador clave del Alzheimer. La Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que el alcohol contribuye a 2.6 millones de muertes anuales, y este estudio refuerza la necesidad de reducir su consumo para proteger la salud cerebral.
Consumo excesivo de alcohol: Hallazgos clave del estudio
El estudio analizó el tejido cerebral de personas con una edad promedio de 75 años al momento de su muerte, según la Universidad de São Paulo. Los investigadores clasificaron a los participantes en cuatro grupos: no bebedores, bebedores moderados (hasta siete bebidas por semana), bebedores pesados (ocho o más bebidas por semana) y exbebedores pesados que habían dejado de consumir alcohol.
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Los resultados mostraron que los bebedores pesados tenían un 133% más de probabilidades de presentar lesiones vasculares, como la arteriolosclerosis hialina, que afecta el flujo sanguíneo cerebral y está asociada con problemas de memoria. Además, los bebedores pesados y exbebedores pesados mostraron un 41% y 31% más de probabilidades de desarrollar ovillos de tau, según el comunicado de la Universidad de California, San Francisco.
La OMS destacó que el consumo excesivo de alcohol está relacionado con una reducción del volumen de materia blanca en el cerebro, lo que afecta la transmisión de señales entre regiones cerebrales. Este daño puede acelerar el deterioro cognitivo, especialmente en personas con predisposición genética al Alzheimer, como aquellas con el gen APOE4, que afecta al 25% de la población estadounidense, según el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento de EE. UU..
Implicaciones para la salud pública
Las autoridades sanitarias han intensificado sus advertencias. El Cirujano General de EE. UU., en un comunicado de enero de 2025, clasificó al alcohol como la tercera causa principal de cáncer, después del tabaco y la obesidad. El estudio también encontró que los bebedores pesados tienen una esperanza de vida 13 años menor en promedio, según la Universidad de São Paulo. La Secretaría de Salud de México, alineada con las guías de la OMS, recomienda no exceder los 14 unidades de alcohol por semana, equivalentes a unas siete cervezas de 5.2% ABV o siete copas de vino de 175 ml.
En México, el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz reportó un aumento del 10% en los casos de trastornos por consumo de alcohol entre 2020 y 2024, lo que subraya la urgencia de campañas de prevención. La Comisión Nacional contra las Adicciones (CONADIC) ha lanzado programas para promover el consumo responsable, incluyendo talleres en comunidades vulnerables y líneas de ayuda para quienes buscan reducir su ingesta.
Recomendaciones y perspectivas
La OMS y el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU. (CDC) enfatizan que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol para la salud cerebral. Aunque estudios previos sugerían que el consumo moderado podría tener beneficios, el nuevo análisis descarta esta idea, señalando que incluso pequeñas cantidades pueden causar atrofia cerebral a largo plazo.
La Asociación Mexicana de Neurología recomendó a la población realizar chequeos regulares de salud cerebral, especialmente para quienes consumen alcohol regularmente, y adoptar estilos de vida saludables, como una dieta balanceada y ejercicio.
El estudio también destacó que el daño cerebral persiste en ex bebedores pesados, aunque dejar de consumir alcohol puede reducir algunos riesgos. La Universidad de São Paulo planea continuar la investigación con estudios longitudinales para evaluar cómo el consumo de alcohol a lo largo de la vida afecta la progresión del Alzheimer. Mientras tanto, las autoridades instan a la población a tomar medidas preventivas, como limitar el consumo y buscar apoyo profesional para quienes enfrentan problemas de adicción.