El Vaticano hizo público este 21 de abril de 2025 el testamento de Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco, quien falleció a los 88 años. El documento, redactado con fecha del 29 de junio de 2022, fue divulgado horas después de que se sellara el apartamento papal y se trasladara el cuerpo del Pontífice a la capilla de la Casa Santa Marta, su residencia desde 2013.
Con apenas unas líneas, Francisco resumió un legado de más de doce años de papado, marcado por la austeridad, el desapego al poder y una constante invitación a la fraternidad. En su testamento, el Pontífice dejó claras sus últimas voluntades, que reflejan la sencillez y el compromiso con los valores que promovió a lo largo de su vida.
Un testamento marcado por la sencillez y la humildad
En su testamento, Francisco escribió: «El sepulcro debe estar en la tierra; sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus». Este sencillo deseo resalta la coherencia de su papado, en el cual insistió en el alejamiento de los excesos y formalismos del Vaticano. La tumba de Francisco será un acto simbólico de su vida: sin ornamentos ni ceremonias elaboradas, como símbolo de un papado que abrazó la austeridad y la cercanía con los más necesitados.
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Un entierro con profundo simbolismo
El Papa solicitó que su sepulcro se ubicara en la Basílica Papal de Santa María la Mayor, en un nicho entre la Capilla Paulina y la Capilla Sforza. Este lugar tiene un significado especial para Francisco, ya que fue donde acudió al inicio y al final de cada uno de sus viajes apostólicos. La Basílica también fue el primer lugar que visitó después de recibir el alta en marzo de 2024, tras una prolongada hospitalización.
«Quiero que mi último viaje terrenal concluya precisamente en este antiguo santuario mariano», indicó el Papa en su testamento, reflejando así su profunda devoción a la Virgen y el simbolismo de la humildad que marcó su papado.
Un mensaje global para la paz
Más allá de los detalles relacionados con su funeral, el testamento de Francisco contiene un mensaje íntimo, pero con un fuerte impacto global. En sus palabras, ofreció su sufrimiento final «por la paz en el mundo y la fraternidad entre los pueblos». En este acto de fe, Francisco convirtió su dolor en un gesto por la unidad de la humanidad, dejando un legado de reconciliación y esperanza para las naciones y culturas del mundo.
El Papa nunca fue dado a discursos largos o teológicos, sino que siempre buscó transmitir mensajes claros y humanos. Este último acto fue una expresión de su visión de un mundo unido y pacífico, sin divisiones entre religiones, razas o ideologías.
Ejecución de su última voluntad
Según su testamento, los gastos relacionados con su entierro serán cubiertos por un benefactor previamente designado. La gestión de los fondos será responsabilidad de Mons. Rolandas Makrickas, quien es el actual Comisionado Extraordinario del Capítulo Liberiano, encargado de la Basílica de Santa María la Mayor. Makrickas fue uno de los funcionarios más cercanos al Papa en los últimos años y ha estado a cargo de la organización del espacio donde reposarán sus restos.
Un testamento poco común entre los papas
El testamento de Francisco es breve y directo, lo que lo distingue de los documentos póstumos de otros papas. A diferencia de Juan Pablo II, cuyo testamento fue parcialmente público y de carácter principalmente espiritual, o Benedicto XVI, quien no dejó un testamento público, Francisco optó por una total transparencia al compartir su testamento con el mundo.
«Que el Señor conceda la recompensa merecida a quienes me han amado y continuarán orando por mí», fueron las últimas palabras escritas en el testamento de Francisco. Este gesto, de compartir sus últimas voluntades de forma clara y abierta, también puede entenderse como un acto de transparencia institucional y un llamado a la unidad de la Iglesia en el futuro.
El testamento de Francisco, por lo tanto, no solo refleja su vida de fe y humildad, sino también su deseo de dejar un mensaje de esperanza para el futuro de la Iglesia y el mundo, un legado que continuará guiando a la Iglesia Católica mucho después de su partida.