El 21 de abril de 2025, el mundo despidió al Papa Francisco, fallecido a los 88 años tras un accidente cerebrovascular, según la Secretaría de Estado del Vaticano. En medio de un estricto protocolo durante la ceremonia fúnebre en la Basílica de San Pedro, Sor Genevieve Jeanningros, una monja francesa de 81 años, rompió las normas para acercarse al féretro y rendir un emotivo homenaje a su amigo.
La Oficina de Prensa de la Santa Sede confirmó que Jeanningros, miembro de las Hermanitas de Jesús, logró cruzar las barreras de seguridad el 23 de abril, llorando frente al cuerpo del pontífice, un gesto que conmovió a los presentes y generó eco en redes sociales, según el Centro de Monitoreo Digital del Vaticano.
Su acción, descrita como un acto de profunda amistad, subraya su vínculo con Francisco, iniciado hace décadas en Argentina. Sor Genevieve, sobrina de Léonie Duquet, una de las monjas francesas desaparecidas durante la dictadura militar argentina, conoció a Jorge Mario Bergoglio, entonces arzobispo de Buenos Aires, en los años 90, según el Departamento de Pastoral de la Arquidiócesis de Buenos Aires.
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Su labor con comunidades marginadas, incluidos artistas de circo, personas trans y trabajadores de ferias en Torvaianica, Roma, la acercó al Papa, con quien compartía una visión de inclusión, según el Consejo Pontificio para la Cultura. La Secretaría de Estado del Vaticano señaló que Francisco la llamó “enfant terrible” en tono afectuoso durante un encuentro en 2024, reflejando su relación cercana. Jeanningros, quien vive en una caravana cerca de Luna Park en Ostia, asistía regularmente a las audiencias generales del Papa, llevando a grupos vulnerables para conocerlo, según la Oficina de Comunicaciones del Vaticano.
Genevieve y su gesto que rompió barreras
El momento en que Sor Genevieve cruzó el protocolo captó la atención global. Durante la exposición del cuerpo de Francisco en la Basílica, el 23 de abril, la monja, visiblemente emocionada, evadió a los guardias suizos para arrodillarse junto al féretro, según el Departamento de Seguridad del Vaticano. Su acción, aunque contraria a las normas, fue tolerada por los organizadores, quienes reconocieron su vínculo especial con el pontífice, según la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El Consejo Pontificio para la Cultura destacó que Jeanningros, con 57 años de servicio religioso, ha dedicado su vida a los marginados, un trabajo que Francisco apoyó activamente, incluso durante la pandemia, cuando el Vaticano envió ayuda a las comunidades de Torvaianica. Jeanningros organizó múltiples encuentros entre Francisco y personas trans, comenzando el 27 de abril de 2022, según el Dicasterio para la Comunicación. En una audiencia de junio de 2024, el Papa la saludó con afecto, regalándole un rosario, según la Oficina de Comunicaciones del Vaticano.
Su labor en Ostia, viviendo entre feriantes y artistas, la convirtió en una figura icónica, según la Municipalidad de Roma, que la reconoció en 2023 por su trabajo comunitario. El gesto de Jeanningros el 23 de abril, captado por cámaras de la Basílica, mostró su dolor genuino, según el Centro de Monitoreo Digital, que reportó más de 2 millones de interacciones en redes sociales sobre el incidente.
Una vida de servicio y amistad
La trayectoria de Sor Genevieve refleja su compromiso con los valores que Francisco defendió. Nacida en Francia, se unió a las Hermanitas de Jesús a los 24 años y llegó a Argentina en los 70, donde conoció a Bergoglio, según el Departamento de Pastoral de Buenos Aires.
Tras mudarse a Roma, su trabajo en Torvaianica incluyó apoyo a comunidades LGBTQ+, un esfuerzo que Francisco respaldó, según el Consejo Pontificio para la Cultura. La Secretaría de Estado del Vaticano confirmó que Jeanningros visitó al Papa en Ostia en julio de 2024, donde bendijo una estatua en Luna Park, un evento organizado por la monja, según la Municipalidad de Ostia.
La relación de Jeanningros con Francisco se fortaleció por su historia familiar. Su tía, Léonie Duquet, fue secuestrada y asesinada en 1977, un tema que Bergoglio abordó como arzobispo, según la Arquidiócesis de Buenos Aires. Este vínculo personal hizo que Francisco la considerara una aliada en su misión de cercanía con los excluidos, según el Dicasterio para la Comunicación. La Municipalidad de Roma reportó que, tras el funeral, Jeanningros regresó a Torvaianica, donde planea una misa en memoria de Francisco el 27 de abril, según el Departamento de Cultura local.
Un legado de inclusión
El acto de Sor Genevieve resalta su papel como puente entre el Papa y los marginados. La Secretaría de Estado del Vaticano señaló que el funeral del 26 de abril, al que asistieron líderes mundiales, mantuvo un tono sobrio, pero el gesto de Jeanningros añadió un toque humano. La Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que el cónclave para elegir al nuevo Papa comenzará el 10 de mayo, con 133 cardenales electores.
Mientras Roma se prepara para este proceso, la figura de Jeanningros permanece en el centro de la atención, según el Centro de Monitoreo Digital. Su trabajo en Ostia continúa, apoyado por la comunidad local, que la ve como un reflejo del legado de Francisco, según la Municipalidad de Roma.