Irán sugiere apertura a Trump pero advierte: EE.UU. conoce sus límites
El Gobierno de Irán ha manifestado una posible apertura a alcanzar acuerdos con Estados Unidos sobre su programa nuclear, pero dejó claro que no aceptará renunciar al enriquecimiento de uranio, una de las principales preocupaciones de Washington y sus aliados. Así lo indicó este lunes Esmail Baghaei, portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní, en declaraciones ofrecidas desde Teherán.
Baghaei afirmó que “si la intención es garantizar que el programa nuclear de Irán no se militarice, eso es algo que podría lograrse fácilmente”, lo que sugiere una ventana de diálogo en medio de las negociaciones que se desarrollan en Roma. Sin embargo, reiteró que el enriquecimiento de uranio con fines pacíficos es un derecho soberano que su país no está dispuesto a abandonar bajo ninguna circunstancia.
El contexto: una nueva ronda de negociaciones entre Teherán y Washington
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El viernes pasado se celebró en Roma la quinta ronda de conversaciones entre representantes de Estados Unidos e Irán para abordar el futuro del acuerdo nuclear, en un intento por rescatar el marco de entendimiento abandonado por Washington en 2018. Tras ese encuentro, el presidente de EE.UU., Donald Trump, expresó optimismo sobre los avances.
“Hemos tenido conversaciones muy buenas con Irán. Vamos a ver qué pasa. Pero creo que podríamos tener buenas noticias pronto”, dijo Trump a periodistas desde Nueva Jersey.
Desde Irán, el ministro de Relaciones Exteriores, Abbas Araghchi, también valoró positivamente el tono de las conversaciones, describiéndolas como “una de las rondas más profesionales hasta el momento”, aunque reconoció que los puntos centrales del desacuerdo siguen siendo complejos y requerirán más tiempo para ser resueltos.
El enriquecimiento de uranio: una línea roja para Teherán
Uno de los temas más sensibles es el nivel de enriquecimiento de uranio que Irán mantiene actualmente. Mientras que EE.UU. exige un cese total de esta actividad, Baghaei aseguró que los negociadores estadounidenses parecen entender que Irán no renunciará a ese derecho.
“El simple hecho de que las conversaciones continúen demuestra que hay cierto nivel de comprensión por parte de EE.UU. de que Irán no puede ser privado de su derecho a la energía nuclear pacífica”, afirmó.
Según datos recientes del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Irán ha acumulado más de 120 kilogramos de uranio enriquecido al 60 %, un nivel cercano al necesario para uso militar, aunque el país insiste en que su programa tiene fines exclusivamente civiles. El director del OIEA, Rafael Grossi, expresó “seria preocupación” por estos avances, destacando que Irán es el único país sin armas nucleares que enriquece a ese nivel.
La amenaza de un ataque israelí y la advertencia de Teherán
En paralelo a las negociaciones diplomáticas, altos funcionarios estadounidenses revelaron que existe nueva inteligencia que sugiere que Israel estaría preparándose para lanzar ataques a instalaciones nucleares iraníes. La posibilidad de una ofensiva militar unilateral añade presión al proceso negociador y ha sido respondida con firmeza desde Teherán.
Baghaei advirtió que Irán no cederá ante amenazas. “Cuando se trata de seguridad nacional, los iraníes hablarán con una sola voz. Defenderemos nuestros intereses y nuestra soberanía ante cualquier presión externa”, dijo.
Un posible punto medio en el horizonte
A pesar de los desafíos, el portavoz iraní se mostró moderadamente optimista sobre la posibilidad de lograr un acuerdo con la administración Trump. “Si realmente hay voluntad política, existen múltiples caminos hacia una solución”, aseguró.
Aunque el líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Jamenei, ha expresado escepticismo sobre la intención de EE.UU., la continuidad de las rondas de diálogo sugiere que ambas partes siguen viendo valor en mantener abiertas las vías diplomáticas. Por ahora, Irán insiste en que cualquier entendimiento debe incluir el reconocimiento explícito de su derecho a desarrollar energía nuclear con fines pacíficos.
Las próximas semanas serán cruciales para definir si los avances diplomáticos se consolidan o si las amenazas cruzadas entre Irán, Estados Unidos e Israel terminan por dinamitar la posibilidad de un nuevo pacto nuclear.