El recién elegido Papa León XIV, Robert Francis Prevost, envió un cálido mensaje a Perú durante su primera aparición pública tras el cónclave, este jueves 8 de mayo de 2025 a las 12:37 p.m., hora local. Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el nuevo pontífice, de origen estadounidense, dedicó palabras en español a la diócesis de Chiclayo, donde sirvió como obispo entre 2015 y 2023.
“Un saludo particular a mi querida diócesis de Chiclayo, en Perú, donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia fiel de Jesucristo”, expresó León XIV. Este mensaje resonó profundamente en el país sudamericano, que celebra la histórica elección del primer Papa estadounidense, un hombre con un vínculo especial con su tierra.
León XIV, de 69 años, asumió el liderazgo de la Iglesia Católica tras la muerte del Papa Francisco el 21 de abril de 2025. Su elección, confirmada tras la fumata blanca a las 18:07 horas de hoy, marcó el fin de un cónclave que reunió a 133 cardenales en la Capilla Sixtina. Prevost, quien también posee nacionalidad peruana por su larga trayectoria en el país, destacó por su trabajo pastoral en Chiclayo, una ciudad clave en el norte de Perú. Allí, no solo lideró la diócesis, sino que también participó en momentos significativos como la respuesta eclesial a casos de abuso dentro de la Iglesia peruana, mostrando un enfoque centrado en la transparencia y la cercanía con las víctimas.
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Papa León XIV: Un legado pastoral
Robert Francis Prevost llegó a Perú en 1985 como misionero agustino, inicialmente en Chulucanas, Piura, donde trabajó como vicario parroquial. Su conexión con el país se profundizó cuando fue nombrado obispo de Chiclayo en 2015 por el Papa Francisco, tras haber servido como administrador apostólico desde 2014.
Durante su gestión, Prevost se destacó por su compromiso con las comunidades locales, promoviendo la formación de religiosos y enfrentando desafíos sociales en una región marcada por su historia independentista y su riqueza cultural. Chiclayo, conocida como la “Capital de la Amistad”, fue un centro político y administrativo prehispánico, y durante la independencia peruana, en 1820, juró lealtad a la causa libertadora, un legado que Prevost honró en su labor pastoral.
Impacto en la región
Durante sus años en Chiclayo, Prevost también se involucró en la Conferencia Episcopal Peruana, donde fue vicepresidente segundo en 2018. Su gestión incluyó la supervisión de proyectos sociales y educativos, además de su papel en la modernización de la diócesis.
La ciudad, que hoy se prepara para obras de infraestructura como el bypass elevado y la modernización del aeropuerto José Quiñones, según el Gobierno Regional de Lambayeque, fue un escenario clave para su desarrollo como líder eclesial. Su experiencia en América Latina, donde también trabajó en Trujillo formando a jóvenes agustinos, le permitió entender las dinámicas de una región con profundas raíces católicas pero también con retos como la secularización y la pobreza.
Mirada al futuro
El mensaje de León XIV a Perú no solo refleja su afecto por Chiclayo, sino también su intención de mantener un vínculo cercano con América Latina, una región que representa más de 40% de los católicos del mundo. Su trayectoria, que incluye roles como prefecto del Dicasterio para los Obispos desde 2023 y su formación en derecho canónico en Roma, lo posiciona como un líder con una visión global pero con raíces profundas en comunidades locales.
La ceremonia de investidura, programada para el 15 de mayo, será un momento esperado por los fieles peruanos, quienes ven en su elección una oportunidad para reforzar la presencia de la Iglesia en el país. Mientras tanto, el Papa se prepara para enfrentar retos globales como el cambio climático y las migraciones, temas que ya abordó en su primera bendición urbi et orbi.