Al menos 26 personas murieron y decenas más resultaron heridas en un ataque terrorista ocurrido en Pahalgam, cerca del Himalaya, una popular localidad turística en la región de Jammu y Cachemira, al norte de la India. El ataque, calificado como uno de los más devastadores en los últimos 25 años, fue llevado a cabo por presuntos militantes armados que atacaron a un grupo de turistas. El suceso ha sacudido a la región y ha dejado una profunda preocupación por la creciente violencia en esta disputada zona.
El ataque cerca al Himalaya: un golpe mortal a turistas
El ataque se produjo en la pintoresca localidad de Pahalgam, ubicada en el distrito montañoso de Anantnag, conocido por su atractivo turístico y la belleza natural de la región. Según informes de las autoridades, un grupo de turistas fue atacado a tiros por hombres armados no identificados. La mayoría de las víctimas eran turistas que disfrutaban de su estancia en la zona, mientras que algunos de los heridos fueron trasladados a un hospital local para recibir atención médica urgente.
El ataque ocurrió en el valle de Baisaran, un área a la que solo se puede acceder a pie o a caballo, lo que hace que la matanza sea aún más impactante debido a la remota ubicación. Testigos presenciales informaron que los agresores dispararon contra las víctimas a quemarropa, sin mostrar distinción entre los diferentes grupos presentes.
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Las víctimas: ¿había turistas extranjeros entre los muertos?
Aunque aún se desconoce el número exacto de víctimas extranjeras, se ha confirmado que algunos de los heridos eran turistas internacionales. La falta de detalles precisos sobre la identidad de las víctimas ha aumentado la tensión y la incertidumbre sobre la magnitud de este ataque terrorista, especialmente en una región tan conflictiva como Cachemira.
V.K. Birdi, inspector general de la policía de Cachemira, afirmó que la mayoría de las víctimas eran turistas indios, aunque aún se están verificando los detalles. Esta tragedia se suma a una serie de ataques previos en la región, que históricamente ha sido escenario de enfrentamientos violentos debido a la disputa territorial entre India y Pakistán.
Reacciones políticas y condenas internacionales
El primer ministro de la India, Narendra Modi, condenó enérgicamente el ataque y prometió que los responsables serían llevados ante la justicia. «Quienes están detrás de este acto atroz serán llevados ante la justicia… ¡no se librarán! Su malvada agenda nunca tendrá éxito», afirmó Modi en un mensaje publicado en X, anteriormente conocido como Twitter.
La violencia en Jammu y Cachemira ha atraído la condena internacional, con líderes de varios países expresando sus condolencias y solidarizándose con las víctimas. Donald Trump, presidente de Estados Unidos, calificó el ataque de «profundamente perturbador» y reafirmó el apoyo de su país a la India en la lucha contra el terrorismo. «Nuestros corazones están con todos ustedes», publicó Trump en su red social Truth Social.
Además, países como Rusia, Ucrania, Israel, Irán, Francia, Italia y los Emiratos Árabes Unidos también expresaron su repudio ante el ataque y extendieron su solidaridad a la India. El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó «enérgicamente» el atentado y transmitió sus condolencias a las familias afectadas.
El primer ministro de la India, Narendra Modi. (Francia) EFE/EPA/Abdul Saboor
La región de Cachemira: un escenario de violencia prolongada
El ataque en Pahalgam no es un incidente aislado en la región de Jammu y Cachemira, donde la violencia ha sido una constante durante más de dos décadas. Desde 1989, varios grupos separatistas han librado una insurgencia en busca de la independencia de Cachemira o su anexión a Pakistán, lo que ha provocado decenas de miles de muertos.
La violencia en Cachemira aumentó considerablemente en 2018, y el gobierno de la India respondió con medidas más estrictas, como el control militar de la región y un apagón de comunicaciones que duró varios meses en 2019. A pesar de estos esfuerzos, los ataques continúan afectando la estabilidad de la zona.
En junio de 2024, otro atentado similar tuvo lugar en Cachemira, cuando un autobús que transportaba peregrinos hindúes se precipitó por un barranco después de ser atacado por presuntos combatientes. Este incidente dejó al menos nueve muertos y 33 heridos, lo que resalta la constante amenaza de violencia en la región.
Las acusaciones de Pakistán: una disputa geopolítica envenenada
El Bharatiya Janata Party (BJP), el partido gobernante de la India, acusó a Pakistán de ser el principal instigador de la violencia en Cachemira. Según Altaf Thakur, portavoz del BJP en la región, el ataque fue «resultado de la frustración de Pakistán». India ha culpado frecuentemente a Pakistán por apoyar a los grupos militantes en Cachemira, aunque Islamabad ha negado estas acusaciones, afirmando que solo apoya la lucha de Cachemira por la autodeterminación.
El conflicto en Cachemira ha sido una fuente constante de tensiones entre ambos países desde la partición de la India y Pakistán en 1947. Las disputas territoriales en la región continúan alimentando el extremismo y el terrorismo, lo que agrava la situación en una de las zonas más inestables del mundo.
El impacto del turismo en la región de Cachemira
Pahalgam, el lugar del ataque, es un destino turístico popular, especialmente durante la temporada alta, que va de marzo a agosto. Cada año, miles de turistas visitan Cachemira para disfrutar de su belleza natural y participar en la peregrinación anual conocida como Amarnath Yatra. Esta peregrinación atrae a miles de hindúes, lo que convierte a la región en un importante centro religioso y turístico.
A pesar de los constantes riesgos de seguridad, el turismo sigue siendo una fuente vital de ingresos para la economía local. Sin embargo, los ataques como el de Pahalgam tienen un impacto devastador en la industria turística, ya que generan miedo y desconfianza entre los visitantes potenciales.