Tras la muerte del papa Francisco, varias ciudades del mundo han rendido homenaje al pontífice argentino con gestos simbólicos de respeto. Entre ellos, el apagón de las luces de dos de los monumentos más reconocibles del planeta: la Torre Eiffel en París y el Coliseo romano en la capital italiana. El gesto refleja la huella espiritual y humana que Jorge Mario Bergoglio dejó durante su pontificado, marcado por el diálogo, la paz y la cercanía con los más vulnerables.
La noticia de su fallecimiento, confirmada el lunes 21 de abril por el Vaticano, ha generado manifestaciones de duelo en diversos rincones del planeta, especialmente en países de mayoría católica. El pontífice, de 88 años, murió a causa de un ictus cerebral que derivó en un fallo cardiocirculatorio irreversible. Su cuerpo fue trasladado a la capilla de su residencia en Santa Marta, en el Vaticano, donde comenzó el velorio.
Muerte del papa Francisco: la Torre Eiffel y el Coliseo se oscurecen
En París, la alcaldesa Anne Hidalgo informó que las luces de la Torre Eiffel permanecerán apagadas al caer la noche como símbolo de duelo por la muerte del papa Francisco. Además, propuso que una calle de la capital francesa lleve el nombre de Jorge Mario Bergoglio, en homenaje a su legado espiritual y social.
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En Roma, el Ministerio de Cultura anunció que el Coliseo —uno de los símbolos más icónicos de Italia— será apagado a partir del 22 de abril. “Así se pretende rendir honor a la figura del pontífice y a su incansable impulso por la paz, el diálogo y la dignidad humana”, señalaron en un comunicado.
La decisión de dejar a oscuras estos monumentos no solo es un acto de luto, sino también una manera de reflejar el impacto mundial del pontificado de Francisco, el primer papa latinoamericano y el primero en elegir el nombre del santo de Asís, símbolo de humildad y fraternidad.

Fotografía de archivo en la que se registró al papa Francisco, el primer pontífice católico latinoamericano. EFE/Fabio Frustaci
El deseo del papa Francisco de ser enterrado en Santa María la Mayor
En su testamento espiritual, escrito el 29 de junio de 2022 y publicado tras su fallecimiento, Francisco dejó claro su deseo de ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, en lugar de la tradicional Basílica de San Pedro. Este templo, uno de los más antiguos del cristianismo, es especialmente significativo para el papa fallecido, ya que acudía allí a rezar ante la imagen de la Virgen “Salus Populi Romani” antes y después de cada viaje apostólico.
“Mi vida y mi ministerio sacerdotal y episcopal los he confiado siempre a la Madre de Nuestro Señor, María Santísima”, escribió. “Por tanto, pido que mis restos mortales descansen esperando el día de la resurrección en la Basílica Papal de Santa María la Mayor”.
En el mismo documento, pidió que su tumba fuera en un nicho lateral, “sencillo, sin decoración particular y con la única inscripción: Franciscus”. Su deseo de un entierro austero se alinea con el estilo pastoral sobrio y cercano que caracterizó todo su pontificado.
Santa María la Mayor es una de las cuatro basílicas papales de Roma. Construida alrededor del año 432, está dedicada al culto mariano y se considera la iglesia más importante del mundo dedicada a la Virgen María. La basílica está situada fuera del territorio del Vaticano, sobre una de las siete colinas históricas de Roma.

El papa Francisco sale en coche de la cárcel Regina Coeli, en Roma (Italia). EFE/EPA/MASSIMO PERCOSSI/ Archivo
Muerte del papa Francisco: reacciones y homenajes en el mundo
Desde América Latina hasta Asia, pasando por Europa y África, líderes políticos, religiosos y sociales han reaccionado a la muerte del papa Francisco. En Argentina, su país natal, miles de fieles se reunieron en la Catedral Metropolitana de Buenos Aires para rendir homenaje con velas, flores y oraciones.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, recordó al pontífice como “un constructor de puentes en tiempos de división”. En Italia, la presidenta del Consejo de Ministros, Giorgia Meloni, destacó su “compromiso con los marginados y con la búsqueda de la justicia”.
Desde la ONU, el secretario general António Guterres señaló que Francisco fue “una voz moral indispensable” frente a las crisis humanitarias y medioambientales. También se han programado misas conmemorativas en ciudades como Madrid, Manila, Kinshasa, Quito y Ciudad de México.
El Vaticano, por su parte, anunció que el funeral se celebrará el viernes 25 de abril en la Plaza de San Pedro, y estará presidido por el cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. Se espera la presencia de jefes de Estado, representantes de otras confesiones religiosas y miles de fieles de todo el mundo.
La huella espiritual del pontífice
La muerte del papa Francisco deja al frente de la Iglesia Católica un legado complejo, pero profundamente humano. Su insistencia en una Iglesia “en salida”, su apertura al diálogo interreligioso y su compromiso con las causas sociales marcaron un nuevo estilo de pontificado.
Durante más de una década, Jorge Mario Bergoglio desafió estructuras de poder, combatió el clericalismo y promovió una visión de fe centrada en el servicio. Su mensaje de misericordia, paz y fraternidad global resonó más allá del ámbito eclesial, llegando incluso a aquellos alejados de la religión.
La imagen de monumentos apagados, como el Coliseo y la Torre Eiffel, es un reflejo de ese impacto. Porque cuando la figura de un papa logra unir en duelo a creyentes y no creyentes por igual, su mensaje trasciende lo religioso para volverse universal.