Choque en el Congreso: Trump logra aval fiscal, pero tropieza en el Senado
El presidente Donald Trump celebró esta semana la aprobación en la Cámara de Representantes de su ambicioso plan económico, conocido como “One Big Beautiful Bill”. Sin embargo, el entusiasmo presidencial contrasta con el escepticismo de varios senadores republicanos, que ahora advierten sobre los costos fiscales, el déficit y las consecuencias sociales que podría acarrear el proyecto. Las críticas internas abren una nueva grieta en el oficialismo, justo cuando el texto legislativo pasa a revisión del Senado.
El paquete aprobado incluye una amplia gama de medidas: recortes impositivos masivos, eliminación de impuestos a las propinas y horas extra, deducciones fiscales por la compra de autos fabricados en Estados Unidos, aumentos salariales para agentes fronterizos y nuevas cuentas de ahorro para recién nacidos, entre otros puntos. También contempla fondos para infraestructura religiosa, como el polémico financiamiento del Golden Dome, y refuerzos en la seguridad fronteriza.
Preocupación por el impacto en el déficit
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Pese a que la votación en la Cámara Baja fue un triunfo político para Trump, varios senadores republicanos han comenzado a expresar públicamente sus reservas. Uno de los primeros en alzar la voz fue Ron Johnson, de Wisconsin, quien lanzó una metáfora contundente sobre el costo del proyecto: “Sé que todos quieren ir a Disney World, pero simplemente no podemos costearlo”. Johnson también remarcó que no cederá ante presiones partidarias: “En la Cámara, Trump puede amenazar con primarias, y esos tipos quieren conservar sus bancas. A mí no me pueden presionar así”.
Rand Paul, senador por Kentucky y una de las figuras más firmes del conservadurismo fiscal, se mostró alarmado por la posibilidad de que el plan implique un incremento masivo del techo de deuda. “Si vas a aumentarlo en 4 o 5 billones, eso indica que este proyecto no va a arreglar el déficit. Una vez que los republicanos voten esto, serán dueños del déficit”, advirtió.
Medicaid y deducciones locales, otros focos de tensión
Además del gasto público y el déficit, otro punto de conflicto dentro del bloque oficialista es el futuro de Medicaid. La senadora Susan Collins, de Maine, fue tajante: “He dicho y dejado claro que no quiero quitar beneficios de Medicaid”. Su colega Lisa Murkowski, de Alaska, también expresó reparos: “Hay cosas en el área de Medicaid que queremos abordar y que son un desafío para nosotros en Alaska”.
El proyecto incluye cambios en las deducciones estatales y locales (conocidas como SALT), un tema particularmente sensible para senadores de estados con alta carga tributaria como Nueva York, Nueva Jersey y California. Aunque esta cláusula ya generó resistencias en la Cámara, en el Senado podría ser aún más difícil de sostener sin ajustes.
El liderazgo republicano busca una fórmula intermedia
El senador John Thune, número dos del liderazgo republicano en la Cámara Alta, confirmó que los senadores están revisando el texto y que ya comenzaron las discusiones sobre los aspectos más conflictivos. “Queremos hacer cosas que tengan sentido en términos de reformar programas, fortalecerlos, sin afectar a los beneficiarios. Es una discusión muy activa que vamos a continuar”, señaló Thune.
Consultado por la posibilidad de aprobar el proyecto antes del 4 de julio, Thune se mostró cauto: “Ese ha sido el objetivo y aspiración; veremos cómo avanza. ¿Qué se necesita para llegar a 51?”, dijo en referencia al mínimo de votos requeridos para la aprobación en el Senado.
Apoyo incondicional y ofensiva política de Trump
Mientras algunos senadores cuestionan el proyecto, otros lo respaldan sin reservas. Rick Scott, senador por Florida, expresó en la red social X: “Estoy 100% comprometido a concretar la agenda del presidente y equilibrar nuestro presupuesto federal. Las familias y empresas lo hacen todos los días. Nuestro gobierno federal también debe hacerlo”.
Por su parte, Marsha Blackburn, de Tennessee, celebró el proyecto con entusiasmo: “Un Gran y Hermoso Proyecto de Ley y una misión: ¡Hacer a América Asequible de Nuevo!”.
Donald Trump, fiel a su estilo confrontativo, aprovechó la ocasión para lanzar críticas a la oposición demócrata. “Han olvidado su derrota aplastante en las elecciones presidenciales y deambulan sin rumbo, sin confianza ni determinación”, escribió. También volvió a cargar contra políticas progresistas como los derechos trans y la inmigración irregular: “Esas cosas… ¡NUNCA MÁS sucederán!”.
Un escenario abierto en el Senado
El “One Big Beautiful Bill” ya superó su primer gran obstáculo legislativo, pero su destino en el Senado es incierto. Las divisiones dentro del Partido Republicano revelan que, más allá del respaldo presidencial, la discusión fiscal y social está lejos de estar saldada. Mientras Trump presiona públicamente por una rápida aprobación, el liderazgo conservador evalúa posibles cambios que permitan sostener la unidad del bloque sin sacrificar el equilibrio presupuestario.