Bajo una fuerte presión de la Casa Blanca, el Senado de Estados Unidos se vio forzado a sesionar este fin de semana para avanzar con el extenso plan de recortes fiscales y de gastos impulsado por el presidente Donald Trump. La urgencia responde a una fecha límite impuesta por el mandatario: tener la legislación lista antes del 4 de julio.
La medida ha generado tensiones dentro del Congreso. Aunque los republicanos cuentan con mayoría en ambas cámaras, el contenido del proyecto ha provocado divisiones incluso entre sus propias filas.
El Senado se moviliza tras orden de Trump
El paquete legislativo, de más de 900 páginas, fue publicado minutos antes de la medianoche del viernes, lo que obligó a los senadores a preparar una votación procesal el sábado. El debate podría extenderse durante varios días, con una sesión maratónica de al menos 10 horas y votaciones nocturnas sobre decenas de enmiendas.
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Senadores se preparan para trabajar el fin de semana en el ambicioso proyecto de ley de política interna del presidente Donald Trump. Foto: X/@1010WINS
La orden de Trump ha cambiado los planes del Senado, que rara vez sesiona durante los fines de semana. Esta vez, sin embargo, la directiva presidencial ha obligado a los legisladores a reconfigurar sus agendas, bajo amenaza de retrasar lo que el mandatario ha calificado como “una celebración para el país” si la ley se aprueba antes del Día de la Independencia.
John Thune, líder de la mayoría republicana en el Senado, calificó la situación como “evolutiva”, mientras buscaba cerrar la sesión del viernes por la noche. La incertidumbre sobre el calendario del debate sigue siendo alta.
Controversias en torno al paquete fiscal de Trump
La propuesta contiene elementos clave del plan económico de Trump para su segundo mandato. En esencia, busca hacer permanentes los recortes fiscales aprobados en su primer periodo, los cuales están programados para expirar a fin de año. Además, introduce nuevas reducciones, incluyendo la eliminación de impuestos sobre propinas y otras medidas dirigidas a sectores laborales específicos.
🚨🔔⚡🇺🇸 | Donald Trpum: Los grandes republicanos del Senado de EE. UU. están trabajando todo el fin de semana para finalizar nuestro «UNO, GRANDE Y HERMOSO PROYECTO DE LEY». Estamos a punto de implementar recortes fiscales masivos, cero impuestos sobre las propinas, cero… pic.twitter.com/YJrsPf9KKC
— Azteca (@MORRIS80766176) June 27, 2025
No obstante, el costo de mantener y ampliar esos recortes fiscales asciende a unos 3,8 billones de dólares. Para equilibrar el presupuesto, los republicanos han planteado recortes significativos en programas sociales, entre ellos Medicaid y cupones de alimentos, lo que ha generado rechazo dentro del propio partido.
Algunos senadores expresaron su preocupación por el impacto que podrían tener estos recortes en personas de bajos recursos, especialmente quienes dependen de la asistencia médica pública. En paralelo, un sector más conservador del Partido Republicano ha exigido que se recorten aún más los gastos, argumentando que la deuda nacional sigue creciendo de manera insostenible.
Trump presiona al Congreso y ataca a sus disidentes
El presidente Trump no ha ocultado su impaciencia. En recientes eventos desde la Casa Blanca, incluyendo uno el mismo viernes, criticó públicamente a los legisladores republicanos que se muestran reticentes a respaldar su iniciativa, tildándolos de “protagonistas”.
“Podemos lograrlo”, escribió Trump en redes sociales. “Será una maravillosa celebración para nuestro país”.
El proyecto de ley también contempla una inyección de 350.000 millones de dólares en seguridad nacional, parte de los cuales estarían destinados a financiar la propuesta de deportación masiva que el mandatario ha convertido en uno de los ejes de su campaña para reelegirse.
En el Congreso, sin embargo, no todos ven con buenos ojos esa prioridad. Algunos republicanos, en especial los que representan estados con alto porcentaje de población inmigrante, han manifestado dudas sobre financiar una agenda migratoria que podría intensificar las tensiones sociales.
A pesar de estas diferencias internas, los líderes del Partido Republicano continúan maniobrando para garantizar la aprobación del paquete antes de la fecha límite del 4 de julio. Si logra avanzar en el Senado, el proyecto deberá regresar a la Cámara de Representantes para una última votación antes de ser enviado a la Casa Blanca para su promulgación.