Pete Hegseth, secretario de Defensa de Estados Unidos, compareció este martes ante el Congreso por primera vez desde su confirmación. Lo hizo en medio de un contexto marcado por decisiones controversiales: el despliegue de tropas en Los Ángeles, despidos abruptos de líderes militares y la eliminación de programas de diversidad en el Pentágono. Los legisladores, de ambos partidos, expresaron duras críticas al funcionario, visiblemente irritados por la falta de claridad presupuestaria y el enfoque político que ha tomado el Departamento de Defensa bajo la administración de Donald Trump.
Durante su intervención en la subcomisión de Asignaciones Presupuestarias de Defensa de la Cámara de Representantes, Hegseth defendió las recientes decisiones del gobierno, incluyendo el envío de la Guardia Nacional y marines en servicio activo a Los Ángeles para vigilar protestas contra las redadas de inmigración. La palabra clave del día fue “caos”, repetida por varios congresistas para describir lo que consideran una gestión errática y altamente politizada de la defensa nacional.
Hegseth y el despliegue militar en Los Ángeles genera polémica
La palabra clave “despliegue de tropas en LA” fue mencionada en reiteradas ocasiones por los legisladores, quienes cuestionaron duramente la decisión de enviar más de 4.800 efectivos, entre miembros de la Guardia Nacional y marines en servicio activo, a controlar protestas en Los Ángeles. La congresista Betty McCollum, demócrata de Minnesota, cuestionó a Hegseth sobre el uso de fuerzas militares en funciones tradicionalmente policiales y el costo que ello representa.
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Manifestaciones en Los Ángeles. Foto: EFE/EPA/CAROLINE BREHMAN / CAROLINE BREHMAN (EFE)
El funcionario, sin embargo, esquivó respuestas directas y delegó en su contralor interino, Bryn Woollacott MacDonnell, quien informó que el despliegue de tropas en LA costará alrededor de 134 millones de dólares. Hegseth argumentó que la medida fue necesaria para “proteger a los agentes federales mientras realizan su trabajo”, y sugirió que este tipo de operaciones podría volverse más común bajo el enfoque de seguridad territorial que promueve el presidente Trump.
“Estamos entrando en una nueva fase en la que la Guardia Nacional y las reservas se convierten en un componente crítico para asegurar el territorio nacional”, afirmó Hegseth. Sin embargo, muchos legisladores recordaron que la Ley Posse Comitatus impide que las tropas estadounidenses actúen como fuerza policial dentro del país, a menos que se invoque la Ley de Insurrección, una medida que rara vez se ha utilizado en la historia.
Congresistas cuestionan el presupuesto militar y las prioridades de Trump
Más allá del despliegue de tropas en LA, el debate se centró también en el enorme presupuesto que el gobierno de Trump propone para Defensa. Aunque el Congreso aún no ha recibido un plan detallado, el presidente ha sugerido que podría superar el billón de dólares, un aumento considerable respecto al actual presupuesto de más de 800.000 millones.
Los legisladores también se mostraron preocupados por gastos que calificaron como extravagantes o innecesarios. Entre ellos, destacan los planes para convertir un avión qatarí en un nuevo Air Force One —a un costo de cientos de millones de dólares— y el gasto de hasta 45 millones en un desfile militar que coincidirá con el 250.º aniversario del Ejército y el cumpleaños del presidente Trump.
Air Force One, el avión de la Presidencia de Estados Unidos, que actualmente ocupa Donald Trump. Foto de archivo: EFE/ Renato Pajuelo
La congresista demócrata Rosa DeLauro fue directa en su crítica: “La gestión de su cargo como secretario ha estado marcada por un caos interminable”. Incluso varios republicanos, tradicionalmente aliados del Departamento de Defensa, advirtieron que el Congreso no autorizará gastos sin una revisión rigurosa.
Uso de drones por parte de Ucrania preocupa al Pentágono
En medio de la tensión nacional, los legisladores también interrogaron a Hegseth sobre temas de seguridad internacional. El secretario reconoció que un reciente ataque ucraniano con drones que destruyó varios bombarderos rusos tomó por sorpresa al Pentágono. A raíz de ese incidente, aseguró que el Departamento de Defensa está reevaluando su estrategia y las defensas contra ataques no tripulados.
“Estamos aprendiendo todos los días de lo que ocurre en Ucrania. Tenemos que mejorar la protección de nuestros aeródromos y reducir nuestra vulnerabilidad”, declaró.
El episodio evidencia una paradoja en la administración Hegseth: mientras dedica esfuerzos a eliminar programas de diversidad y promover una narrativa ultraconservadora dentro de las Fuerzas Armadas, hay amenazas internacionales —como los avances tecnológicos en la guerra con drones— que parecen estar recibiendo menos atención.
La agenda ideológica de Hegseth despierta controversia
Desde que asumió el cargo hace cinco meses, Hegseth ha implementado cambios estructurales con una fuerte carga ideológica. Ha eliminado programas de equidad y diversidad, ha expulsado del ejército a soldados transgénero, y ha cesado a varios altos mandos que catalogó como “progresistas”. En redes sociales, ha promovido su agenda a través de videos donde aparece firmando directivas o realizando entrenamientos junto a las tropas.
Un caso que causó gran indignación fue su decisión de cambiar el nombre de un buque de la Armada que rendía homenaje a Harvey Milk, un activista por los derechos LGBTQ asesinado y veterano de guerra. Según el portavoz de Hegseth, Sean Parnell, la medida busca alinear los símbolos del Departamento de Defensa con “el ethos del guerrero” y los valores del presidente Trump.
En el plano internacional, su presencia ha sido limitada. A pesar de asistir a una conferencia en Asia sobre amenazas de China, evitó una reunión clave de la OTAN donde se discutía el apoyo a Ucrania. Este comportamiento ha sido interpretado por analistas como una señal de que las prioridades del Pentágono están alejándose de la cooperación multilateral.
Marines aún no han sido oficialmente desplegados
Durante la audiencia, el general Eric Smith, comandante del Cuerpo de Marines, aclaró que aún no ha recibido una orden formal para desplegar marines en Los Ángeles. Ante la pregunta del senador Richard Blumenthal sobre la posibilidad de uso excesivo de la fuerza, Smith respondió con tranquilidad: “Tengo una enorme fe en mis marines y en sus líderes para ejecutar tareas legales”.
Sin embargo, persiste la preocupación entre los legisladores sobre el posible uso de fuerza letal y la falta de transparencia en las decisiones tomadas por el Departamento de Defensa. Muchos ven con alarma la tendencia a militarizar la respuesta a protestas civiles, especialmente en contextos relacionados con la inmigración.
Con esta audiencia, Pete Hegseth comienza una semana crucial, ya que deberá enfrentar dos sesiones más con el Congreso. El despliegue de tropas en LA, el uso de fondos públicos para fines personales o políticos, y la creciente ideologización del Pentágono están en el centro de la tormenta política que enfrenta el secretario de Defensa. El Congreso, por ahora, exige respuestas claras.