El estado de Texas ha aprobado una ley que prohíbe a ciudadanos, empresas y gobiernos de China, Irán, Rusia y Corea del Norte adquirir tierras en su territorio. La norma, firmada por el gobernador republicano Greg Abbott, entrará en vigor el 1 de septiembre de 2025 y busca proteger los activos estratégicos del estado ante lo que se ha calificado como amenazas provenientes de “naciones extranjeras hostiles”.
La medida, que ha sido celebrada por sectores conservadores, se convierte en una de las más restrictivas a nivel estatal en cuanto a la propiedad de bienes raíces por parte de ciudadanos extranjeros. Sin embargo, ha generado preocupación entre organizaciones de derechos civiles, que advierten sobre el riesgo de discriminación racial o étnica.
Texas prohíbe a China, Irán y Rusia comprar tierras por motivos de seguridad
La legislación prohíbe la adquisición de bienes inmuebles por parte de personas o entidades extranjeras de los cuatro países mencionados, salvo en ciertos casos. Quedan exentos de esta restricción los residentes permanentes legales en Estados Unidos, las personas con ciudadanía estadounidense, y quienes posean visados válidos, siempre que la compra se limite a una vivienda destinada a residencia principal.
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Banderas de China, en una imagen de archivo. EFE/EPA/MIGUEL CANDELA
La nueva norma alcanza todos los tipos de propiedad: desde terrenos agrícolas hasta propiedades comerciales e industriales, pasando por viviendas, minas y pozos de agua. Abbott justificó la medida como una respuesta directa a la necesidad de preservar la seguridad nacional, frente a la posibilidad de que gobiernos como el chino o el ruso accedan a infraestructura crítica dentro del territorio estadounidense.
Durante la firma de la ley, Abbott señaló que la intención no es frenar la inversión extranjera legítima, sino evitar que gobiernos adversarios obtengan posiciones estratégicas dentro del estado. “Texas no será cómplice del avance de quienes representan una amenaza directa para nuestro país”, afirmó.
Críticas por el alcance de la ley que prohíbe a China, Irán y Rusia comprar tierras en Texas
Aunque la decisión de Texas ha sido aplaudida por figuras del Partido Republicano y defensores de políticas más estrictas en materia de seguridad, también ha despertado duras críticas. Grupos como Asian Americans Advancing Justice calificaron la norma como una medida “excesiva y con alto riesgo de sesgo racial”.
Bandera de Rusia cerca a la bandera de los Estados Unidos. Foto: EFE-EPA/SERGEI ILNITSKY
“Se trata de una ley redactada de forma tan amplia que podría tener consecuencias imprevistas sobre personas que viven y trabajan legalmente en Estados Unidos”, advirtieron en un comunicado. Además, alertaron que la aplicación de esta norma podría facilitar prácticas discriminatorias bajo el pretexto de proteger la seguridad nacional.
El caso de Arizona fue mencionado como referencia: en ese estado, una propuesta similar fue vetada por la gobernadora demócrata Katie Hobbs, quien consideró que la ley no contenía garantías suficientes para evitar abusos. No obstante, posteriormente impulsó una nueva versión más específica, limitando su aplicación a casos directamente vinculados a seguridad e infraestructura crítica.
Texas se suma a otros estados donde ya se prohíbe a China, Irán y Rusia comprar tierras
Con esta medida, Texas se une a una lista creciente de estados que han aprobado legislación similar. Según el seguimiento realizado por la organización Committee of 100, al menos 25 estados ya cuentan con normas que limitan la propiedad de tierras por parte de ciudadanos o entidades vinculadas a países considerados adversarios por el gobierno federal.
A nivel nacional, también hay esfuerzos para reforzar estos controles. En el Congreso se están considerando al menos 15 propuestas legislativas que buscan aumentar la vigilancia sobre la compra de tierras agrícolas y recursos estratégicos por parte de extranjeros. Una de las propuestas plantea incluir al Secretario de Agricultura en el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS), con el fin de evaluar más rigurosamente este tipo de operaciones.
Según datos del Departamento de Agricultura de EE. UU., empresas o personas de nacionalidad china controlan actualmente unas 277.336 acres (más de 1.100 km²) de tierras en el país. Aunque esta cifra representa menos del 1% del total de propiedades extranjeras en territorio estadounidense, el creciente interés por este tema se ha intensificado tras incidentes recientes relacionados con seguridad nacional.
Uno de los más notorios ocurrió a principios de junio, cuando dos ciudadanos chinos fueron detenidos por intentar introducir materiales biológicos prohibidos en Estados Unidos, lo que avivó el debate sobre la influencia extranjera en sectores clave como la agricultura, la biotecnología o la seguridad energética.
Además, figuras conservadoras como Michael Lucci, presidente de State Armor Action, han presionado por una expansión de las restricciones, proponiendo incluir sectores como los puertos marítimos, la infraestructura eléctrica, los paneles solares y los sistemas de telecomunicaciones en la lista de activos protegidos.
La ley aprobada en Texas también contempla penas severas para quienes violen sus disposiciones. El fiscal general del estado podrá iniciar investigaciones de oficio, y las infracciones serán clasificadas como delitos graves. En algunos casos, se permite el arrendamiento de propiedades por periodos inferiores a un año, pero se exige que estos contratos estén claramente estipulados y registrados.