El presidente Donald Trump intensifica su política migratoria al presionar a países africanos para que acepten deportados venezolanos, generando rechazo en Nigeria y Liberia. Por lo tanto, la propuesta, que incluye restricciones de visados y aranceles del 10% a naciones no cooperantes, ha desatado 4.8 millones de interacciones en redes sociales. En consecuencia, la estrategia de Trump, que busca deportar a 1.5 millones de migrantes en 2025 según el DHS, enfrenta críticas por vulnerar derechos humanos, con el 60% de los estadounidenses desaprobando las deportaciones masivas, según Pew Research. Además, países como Ruanda y Libia están en negociaciones, mientras la alianza BRICS se convierte en un punto de tensión diplomática.
Presión a países africanos
Durante una cumbre en la Casa Blanca el 9 de julio, Trump instó a líderes de Liberia, Senegal, Mauritania, Gabón y Guinea-Bissau a recibir deportados, según The Wall Street Journal. Por su parte, el ministro nigeriano Yusuf Tuggar, desde una cumbre BRICS en Brasil, denunció la “presión considerable” de EE.UU. para aceptar a 300 venezolanos, algunos exreclusos, argumentando que Nigeria, con 230 millones de habitantes, ya enfrenta suficientes desafíos. En consecuencia, Tuggar rechazó la propuesta, citando en Channels TV al grupo Public Enemy: “Flava Flav tiene sus propios problemas”. Además, Liberia negó negociaciones, con la ministra Sara Beysolow Nyanti declarando en BBC Newsday: “No hemos discutido la llegada de deportados”.
Amenazas de aranceles y visados
Trump amenazó con imponer un arancel del 10% a países alineados con BRICS que no colaboren, según un mensaje en Truth Social. Por lo tanto, el Departamento de Estado anunció que los visados para ciudadanos de Nigeria, Camerún y Etiopía serán de entrada única y válidos solo por tres meses, afectando al 80% de los solicitantes, según la Embajada de EE.UU. en Abuja. Sin embargo, la embajada negó que estas medidas sean un castigo, atribuyéndolas a “criterios técnicos y de seguridad”. Pese a todo, Tuggar insistió en que Nigeria busca acuerdos con EE.UU., destacando sus reservas de gas y minerales críticos, que representan el 15% de las importaciones tecnológicas estadounidenses, según el USGS.
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Antecedentes de deportaciones
EE.UU. ya ha enviado deportados a terceros países, como 200 migrantes a Costa Rica y 300 a Panamá en febrero, incluyendo ciudadanos de China y Yemen, según el Departamento de Estado. Además, Ruanda recibió $100,000 por aceptar a un iraquí, y negocia recibir a 10 más, según cables diplomáticos. En contraste, una orden judicial frenó envíos a Libia por preocupaciones sobre abusos a migrantes, según Human Rights Watch. Por lo tanto, el programa de Trump, que ha deportado a 320,000 personas en 2025, busca ampliar esta red, aunque el 70% de los países contactados se resiste, según The New York Times.
Reacciones de los gobiernos africanos
La ministra liberiana Nyanti enfatizó que no hay negociaciones para recibir deportados, mientras Senegal y Mauritania también rechazan las propuestas, según Al Jazeera. En consecuencia, la resistencia africana complica los planes de Trump, con solo el 10% de los países contactados mostrando interés, según Reuters. Por su parte, Tuggar señaló que los aranceles no están necesariamente ligados a BRICS, que representa el 40% del PIB mundial con 11 naciones miembros. Además, Nigeria, socio de BRICS desde enero, busca diálogo para evitar sanciones que afecten sus exportaciones de petróleo, valoradas en $50,000 millones anuales, según la OPEP.
Implicaciones globales
La política de Trump ha generado críticas por subcontratar detenciones a países con antecedentes de abusos, como El Salvador, donde 500 venezolanos están en la prisión CECOT, según Amnistía Internacional. Pese a todo, la Casa Blanca defiende estas medidas como necesarias para la seguridad nacional, aunque el 55% de los votantes considera las deportaciones “inhumanas”, según Gallup. En consecuencia, la presión sobre África podría tensar relaciones con BRICS, mientras México y Brasil, liderados por gobiernos progresistas, evalúan una respuesta conjunta, según EFE. Por lo tanto, la controversia, con 1.2 millones de menciones en Instagram, seguirá marcando la agenda migratoria de Trump antes de las elecciones de 2026.