El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, confirmó este jueves la firma de un nuevo acuerdo comercial con China. El anuncio se produjo durante un evento en la Casa Blanca centrado en la defensa de su propuesta fiscal y presupuestaria que actualmente se debate en el Senado.
“Firmamos con China ayer. Lo acabamos de firmar”, dijo Trump, sin dar mayores detalles. La noticia tomó por sorpresa a muchos, ya que no se había emitido ningún comunicado previo ni se había convocado a la prensa para la firma. Según declaraciones anteriores, el acuerdo comercial con China contempla un arancel del 55 % a productos del país asiático, mientras que Pekín aplicaría un arancel del 10 % a productos estadounidenses.
Este nuevo acuerdo representa un giro importante en la política exterior del mandatario, que desde su regreso a la presidencia en enero ha endurecido sus posiciones en materia comercial, migratoria y de seguridad.
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El contenido del nuevo acuerdo comercial con China
Aunque la administración de Trump no ha revelado todos los términos del acuerdo comercial con China, se sabe que incluye una estructura arancelaria severa. Estados Unidos impondría un 55 % a las importaciones de bienes chinos como respuesta al continuo desequilibrio comercial entre ambas naciones. A su vez, China aplicaría un arancel del 10 % a productos norteamericanos, lo que parece ser una concesión menor comparada con la política arancelaria de Washington.
Imagen de archivo de barcos de contenedores en el Red Hook Marine Terminale, en Brooklyn, Nueva York. EFE/EPA/Sarah Yenesel
El objetivo del acuerdo comercial con China es presionar a Pekín para reestructurar sus políticas de subsidios industriales y propiedad intelectual. En anteriores ocasiones, Trump ha acusado al gigante asiático de prácticas desleales, como el robo de tecnología y la manipulación de su moneda. Esta nueva etapa del acuerdo sería vista como una forma de avanzar hacia un equilibrio más justo, según el mandatario.
Además, Trump ha insistido en que su política comercial está diseñada para traer de vuelta la producción industrial al país. “Tal vez más importante que los miles de millones de dólares de los aranceles es el hecho de que tenemos cientos de plantas en construcción en todo Estados Unidos que nunca habrían estado aquí”, destacó.
India aparece como el siguiente objetivo en política comercial
Durante el mismo evento, el presidente adelantó que podría concretarse pronto otro acuerdo comercial, esta vez con la India. “Tenemos otro próximo, quizá con la India, uno muy grande”, comentó Trump, sin ofrecer fechas específicas ni detallar el estado de las negociaciones.
Desde enero, el Gobierno estadounidense ha desplegado una política de presión arancelaria global. Inicialmente, los aranceles se aplicaron de forma general, pero luego se pausaron parcialmente para permitir negociaciones bilaterales. Trump fijó como fecha límite el 9 de julio para que los países interesados en acuerdos comerciales eviten la imposición de lo que denomina “aranceles recíprocos”.

Una foto aérea muestra buques de carga que transportan contenedores y materias primas navegando cerca de la Terminal de Contenedores de Shanghai, en Shanghai, China. EFE/EPA/ALEX PLAVEVSKI
La Casa Blanca, sin embargo, aseguró este jueves que no considera ese plazo como “crítico”. De hecho, Trump dejó claro que no negociará con todos los países: “No vamos a hacer tratos con todos. Les enviaremos una carta con un gracias y un pagas el 25, el 35, el 45 %”.
Impacto del acuerdo comercial con China en la economía global
El anuncio del nuevo acuerdo comercial con China ocurre en un contexto de tensiones internacionales marcadas por disputas comerciales y conflictos geopolíticos. Expertos en comercio internacional advierten que el endurecimiento de la política arancelaria de Trump podría generar una escalada de represalias, afectando los mercados globales.
No obstante, otros analistas consideran que el pacto puede dar cierta estabilidad al comercio bilateral entre China y Estados Unidos, al menos a corto plazo. Según cifras del Departamento de Comercio, el déficit comercial con China alcanzó los 320.000 millones de dólares en 2024. La nueva estructura arancelaria podría reducir esa cifra si se logra incentivar la producción interna.
En paralelo, empresarios del sector tecnológico, agrícola e industrial están atentos a las repercusiones que tendrá este acuerdo. El mercado de exportación de soya, por ejemplo, ha sido uno de los más golpeados durante las guerras comerciales anteriores entre Washington y Pekín.
De momento, ni el Ministerio de Comercio de China ni la embajada china en Washington han emitido una respuesta oficial sobre el anuncio de Trump. Sin embargo, medios estatales chinos han reflejado una postura cautelosa, subrayando que cualquier medida punitiva contra su economía podría generar consecuencias mutuas.