En el marco de la cumbre del G7 celebrada en Alberta, Canadá, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer, firmaron este lunes 16 de junio de 2025 un acuerdo comercial bilateral que establece la reducción de aranceles entre ambos países. El pacto fue calificado por ambas partes como “histórico” y busca fomentar el comercio transatlántico, abrir nuevos mercados y aliviar tensiones comerciales acumuladas desde el Brexit.
El acuerdo, firmado en el Pomeroy Kananaskis Mountain Lodge, se enfocará especialmente en productos clave como automóviles, acero, aluminio, carne de res y etanol. Para muchos analistas, este pacto representa un acercamiento estratégico entre Londres y Washington en un contexto global marcado por tensiones geopolíticas y el auge del proteccionismo comercial.
Aranceles entre Estados Unidos y Reino Unido: los cambios más relevantes
Uno de los puntos principales del acuerdo comercial es la reducción de aranceles estadounidenses sobre vehículos británicos. Según los términos pactados, Estados Unidos aceptará una cuota anual de 100,000 automóviles fabricados en el Reino Unido con un arancel reducido del 10 %, en comparación con el 25 % habitual que se aplica a otras naciones fuera del acuerdo.
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Además, el secretario de Comercio de EE.UU., Howard Lutnick, anunció que se implementará una cuota para productos de acero y aluminio británicos que estarán completamente exentos del arancel del 25 % impuesto por la administración Trump en 2018 bajo el argumento de “seguridad nacional”. Esta medida se esperaba desde hace años y podría beneficiar a sectores industriales clave en regiones del Reino Unido como Yorkshire y las Midlands.
Foto de archivo: Will Oliver/EFE
A cambio, el Reino Unido se compromete a ampliar el acceso al mercado británico para productos estadounidenses, entre ellos la carne de res y el etanol, lo que favorecería principalmente a productores del medio oeste de Estados Unidos. La carne vacuna estadounidense fue durante mucho tiempo restringida en Europa debido a preocupaciones sanitarias, pero Starmer aseguró que las importaciones se realizarán bajo estrictos controles regulatorios.
Trump y Starmer firman acuerdo comercial en G7 con impacto directo en aranceles
Aunque Trump cometió un lapsus al presentar el tratado como un “acuerdo con la Unión Europea”, el presidente estadounidense recalcó que el pacto “es justo para ambas partes” y “generará muchos empleos e inversiones”. Starmer, por su parte, declaró: “Hoy es un gran día para las economías británica y estadounidense. Este acuerdo nos posiciona como socios confiables y refuerza la relación especial entre ambos países”.
Desde que asumió el cargo tras la salida del Partido Conservador, Keir Starmer ha buscado restablecer vínculos comerciales sólidos fuera de la UE. Este acuerdo con Estados Unidos se convierte en su principal logro económico internacional hasta la fecha.
El Primer Ministro Kier Stammer. Foto: Andy Rain/EFE
El pacto también responde a presiones políticas internas. Trump, que busca la reelección en noviembre, necesita mostrar resultados tangibles en política exterior y comercial. Con esta medida, puede apelar tanto a los sectores industriales que demandan alivios arancelarios como a los agricultores que buscan nuevos mercados para sus productos.
Aranceles entre Estados Unidos y Reino Unido: implicancias para consumidores y empresas
El nuevo tratado comercial podría tener efectos directos sobre los consumidores y las empresas de ambos países. Para los estadounidenses, esto podría traducirse en una mayor disponibilidad de automóviles británicos a precios más competitivos, especialmente marcas como Jaguar, Mini y Land Rover. En tanto, los británicos podrían ver una mayor oferta de productos agrícolas estadounidenses, lo que incluso podría reducir precios en supermercados.
Empresas multinacionales con operaciones en ambos lados del Atlántico también se verán beneficiadas. Al reducir barreras comerciales, se simplifican las cadenas de suministro y se agilizan los procesos de exportación e importación. Esto favorece a fabricantes de autopartes, distribuidores de acero, compañías de transporte marítimo y grandes minoristas.
Sin embargo, algunas organizaciones laborales y grupos ecologistas han expresado reservas. En el Reino Unido, sindicatos temen que el ingreso de carne de res estadounidense con estándares diferentes afecte la competitividad de productores locales. Además, activistas medioambientales han cuestionado los impactos del aumento de importaciones de etanol y los posibles efectos sobre los compromisos climáticos asumidos por ambos países.
A pesar de estas preocupaciones, el gobierno de Starmer aseguró que el Reino Unido mantendrá sus regulaciones alimentarias y ambientales, y que cualquier producto importado deberá cumplir con las normativas locales.
El contexto político y económico detrás del acuerdo sobre aranceles
La firma del tratado ocurre en un contexto internacional marcado por la guerra comercial entre China y Estados Unidos, la inflación global y la reconfiguración de alianzas comerciales tras el Brexit. Para el Reino Unido, sin un acuerdo formal con la Unión Europea que incluya a sectores industriales sensibles, los pactos bilaterales con socios clave como Estados Unidos se han vuelto fundamentales.
Por su parte, el gobierno de Trump busca recuperar el liderazgo económico global de EE.UU. en un momento donde países como China e India ganan cada vez más protagonismo en los foros multilaterales. Además, al fortalecer la relación con Londres, Washington también refuerza su influencia dentro del bloque de democracias occidentales en momentos de incertidumbre internacional.
El acuerdo se suma a otros pactos recientes negociados por Trump en el G7, como un entendimiento preliminar con Italia para reducir impuestos digitales, y conversaciones avanzadas con Japón para establecer cuotas de importación agrícola.