Mientras el mundo enfrenta un preocupante aumento proyectado del cáncer hacia 2050, Estados Unidos está marcando una excepción alentadora. Según el último informe de la American Cancer Society, publicado en abril de 2025, las muertes por esta enfermedad, en el país, han disminuido un impresionante 34% en las últimas tres décadas.
Este logro, impulsado por programas de detección temprana, avances en tratamientos y campañas de prevención, posiciona a EE.UU. como un referente en la lucha contra esta enfermedad. Sin embargo, el informe también señala desafíos, como el aumento de ciertos tipos de cáncer en jóvenes y disparidades raciales que persisten. Aquí te contamos los detalles de esta tendencia y lo que significa para el futuro.
El informe, liderado por Ahmedin Jemal, vicepresidente senior del Departamento de Vigilancia y Equidad en Salud de la American Cancer Society, destaca que en 2025 se diagnosticarán aproximadamente 2,041,910 nuevos casos de cáncer en EE.UU., mientras que unas 618,120 personas morirán por la enfermedad.
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Aunque estas cifras reflejan una carga significativa, la reducción del 34% en la mortalidad desde los años 90 es un hito. Factores como la disminución del tabaquismo, la detección precoz mediante herramientas como la tomografía computarizada para el cáncer de pulmón y la vacuna contra el VPH han jugado un papel clave. A nivel global, en 2022 se reportaron 19 millones de nuevos casos, con EE.UU. representando el 13% de ellos, pero solo el 7% de las muertes, lo que subraya la eficacia de sus sistemas de salud.
Avances y desafíos en EE.UU.
La caída se debe en gran parte a mejoras en la detección temprana y los tratamientos. Por ejemplo, la mortalidad por cáncer de pulmón, la principal causa de muerte por cáncer en el país, ha disminuido un 61% desde su pico, gracias a menos fumadores y avances como la inmunoterapia.
De manera similar, el cáncer de mama ha visto una reducción del 44% en la mortalidad desde 1989, impulsada por mamografías y mejores terapias. El cáncer de próstata también ha bajado un 52% desde 1993, según el informe. Estos logros reflejan el impacto de la prevención primaria y los tratamientos dirigidos, que han salvado cientos de miles de vidas.
Sin embargo, no todos los tipos de cáncer muestran la misma tendencia. El cáncer colorrectal está aumentando entre personas nacidas después de 1950, con una edad media de diagnóstico que ha disminuido. Jemal señaló que factores como la obesidad, el consumo de alimentos ultraprocesados y cambios en el microbioma intestinal podrían estar detrás de este incremento, aunque las causas exactas aún se investigan.
Este fenómeno es preocupante, ya que el cáncer colorrectal es ahora más común en personas jóvenes, mientras que las colonoscopias han ayudado a reducir los casos en adultos mayores. Por otro lado, el cáncer de piel tipo melanoma, el más común en EE.UU., sigue en aumento, con 104,960 nuevos casos proyectados para 2025.
Disparidades raciales en las muertes
A pesar de los avances, el informe destaca disparidades significativas. Los personas con rasgos afroamericanos enfrentan la tasa de mortalidad más alta, con 203,6 por 100,000 entre hombres negros no hispanos, comparado con 83,1 por 100,000 entre mujeres asiáticas o isleñas del Pacífico no hispanas.
Los nativos americanos y nativos de Alaska también presentan peores resultados, a menudo debido a diagnósticos de formas más agresivas de la enfermedad. Estas desigualdades se atribuyen a barreras como la discriminación, la falta de acceso a seguros médicos adecuados y la escasez de servicios de detección en comunidades rurales o empobrecidas, especialmente en el sur de EE.UU.
El informe también señala que casi el 40% de los nuevos casos (unos 811,000 en 2025) están relacionados con factores de riesgo modificables, como el tabaquismo (19%), la obesidad (8%) y el consumo de alcohol (5%). Las infecciones, como el VPH, también contribuyen significativamente, aunque la vacunación ha reducido los casos de cáncer cervical. En contraste, el cáncer de útero y el cáncer cervical muestran tasas de supervivencia estancadas, ya que carecen de pruebas de detección estandarizadas, lo que resalta la necesidad de más investigación y acceso equitativo a la atención.
El camino hacia la prevención
El informe subraya que la prevención primaria es clave para reducir aún más las muertes. Iniciativas como aumentar los impuestos al tabaco, promover dietas saludables y fomentar la actividad física podrían prevenir una parte significativa de los casos. La vacuna contra el VPH, que ha disminuido los casos de cáncer cervical en mujeres jóvenes, es un ejemplo exitoso.
Sin embargo, el aumento de la obesidad y el envejecimiento de la población plantean desafíos. Las mujeres de mediana edad, especialmente entre 50 y 64 años, ahora tienen un riesgo de cáncer ligeramente mayor que los hombres, y las mujeres jóvenes enfrentan casi el doble de riesgo que sus pares masculinos, un cambio impulsado por el aumento del cáncer de pulmón y mama.
Con más de 4 millones de sobrevivientes de cáncer de mama y un número creciente de sobrevivientes en general, EE.UU. muestra que el progreso es posible. Sin embargo, las disparidades raciales y geográficas, junto con el aumento de ciertos cánceres en poblaciones jóvenes, recuerdan que la lucha está lejos de terminar. Los esfuerzos para cerrar estas brechas y priorizar la prevención serán cruciales en los próximos años.