Las garrapatas están apareciendo en lugares de Estados Unidos donde antes apenas se veían, y su expansión está poniendo en alerta a las autoridades sanitarias. Estos pequeños arácnidos, responsables de transmitir enfermedades como la de Lyme, la babesiosis y el síndrome alfa-gal, se están adaptando a nuevos entornos debido al cambio climático y los cambios en los ecosistemas.
Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el aumento de casos de enfermedades transmitidas por garrapatas se ha triplicado entre 2004 y 2019, y el problema no parece disminuir. Si vives en el noreste, el medio oeste o incluso en áreas emergentes como el sur, aquí tienes lo que necesitas saber para protegerte.
El CDC estima que unas 476,000 personas son diagnosticadas con la enfermedad de Lyme cada año en el país, aunque muchas otras enfermedades transmitidas por garrapatas, como la anaplasmosis y la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, también están en aumento.
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Los factores detrás de esta expansión incluyen temperaturas más cálidas, que permiten a las garrapatas sobrevivir más tiempo, y la urbanización, que lleva a humanos y animales a estar más cerca de sus hábitats. Desde Connecticut hasta Ohio, las garrapatas están cambiando el mapa de riesgos para la salud pública, y las autoridades piden estar atentos.
¿Por qué están en más lugares?
El cambio climático es un gran impulsor de esta invasión. Las estaciones cálidas más largas y los inviernos menos fríos han permitido que especies como la garrapata de patas negras (Ixodes scapularis) se extiendan hacia el norte y el oeste. Antes, estas garrapatas eran comunes en el noreste, pero ahora se encuentran en estados como Maine, Wisconsin y hasta el sur de Canadá. La garrapata estrella solitaria (Amblyomma americanum), conocida por causar el síndrome alfa-gal, una alergia a la carne roja, también ha llegado a lugares como Maryland y Connecticut, zonas donde antes no era común.

Además, la urbanización ha jugado un papel clave. Al construir casas en áreas boscosas, los humanos se acercan a los hábitats de ciervos y roedores, que son huéspedes favoritos de las garrapatas. El Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) señala que la fragmentación de los ecosistemas, combinada con el movimiento de animales silvestres, ha creado condiciones perfectas para que las garrapatas prosperen. Por ejemplo, el Laboratorio Buckeye de la Universidad Estatal de Ohio reportó que el número de especies de garrapatas de interés médico en el estado pasó de una a cinco en los últimos 15 años, un cambio que refleja la tendencia nacional.
Un riesgo creciente
La enfermedad de Lyme, causada por la bacteria Borrelia burgdorferi, sigue siendo la más común, con síntomas como fiebre, fatiga y una erupción en forma de diana. Si no se trata, puede afectar las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso. Pero otras enfermedades están ganando terreno. La babesiosis, una infección parasitaria, puede causar anemia y ser grave para personas inmunocomprometidas. La anaplasmosis, transmitida también por la garrapata de patas negras, provoca fiebre y dolores musculares, mientras que la fiebre maculosa de las Montañas Rocosas, asociada a la garrapata americana del perro, puede ser mortal si no se detecta a tiempo.

Un fenómeno preocupante es el síndrome alfa-gal, que puede hacer que las personas desarrollen alergias a la carne roja tras la picadura de una garrapata estrella solitaria. Según el CDC, los casos de esta alergia han aumentado, incluso en áreas donde esta especie no era predominante. En total, las garrapatas transmiten al menos 17 patógenos que afectan a humanos, y los costos médicos asociados son enormes: el tratamiento de la enfermedad de Lyme sola genera entre 345 y 968 millones de dólares al año.
¿Cómo protegerte de las garrapatas?
La prevención es la mejor defensa, ya que no existen vacunas para estas enfermedades. El CDC recomienda usar repelentes con DEET o permetrina en la ropa, vestir prendas de manga larga y colores claros, y revisar tu cuerpo y el de tus mascotas después de estar al aire libre. Ducharte dentro de las dos horas posteriores a una caminata puede eliminar garrapatas antes de que se adhieran. También es útil lavar la ropa a alta temperatura para matar cualquier garrapata que haya quedado en ella.
En casa, mantener el césped corto y limpiar la maleza reduce los lugares donde las garrapatas se esconden. El programa TickNET del CDC ofrece herramientas interactivas, como mapas de vigilancia, para que los residentes sepan qué garrapatas están en su área. Si encuentras una garrapata adherida, retírala con pinzas de punta fina, tirando suavemente sin aplastarla, y consulta a un médico si aparecen síntomas como fiebre o sarpullido. Las autoridades también piden reportar garrapatas inusuales a los departamentos de salud locales para mejorar la vigilancia.
El aumento de las garrapatas en EE. UU. es un recordatorio de cómo el cambio climático y los cambios en el uso de la tierra afectan nuestra salud. Ya sea que vivas en una ciudad o en el campo, tomar medidas simples puede protegerte de estas pequeñas pero peligrosas criaturas. Mantente alerta y disfruta del aire libre con precaución.