Robert Kennedy Jr., en la mira por “socavar confianza” en vacunas
Robert F. Kennedy Jr., secretario de Salud de Estados Unidos, enfrenta fuertes críticas tras haber destituido a todos los integrantes del Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización (ACIP), el órgano responsable de formular las recomendaciones federales sobre vacunas. La polémica decisión ha sido calificada como “desestabilizadora” por los 17 expertos cesados, quienes publicaron una declaración conjunta en la que advierten sobre las posibles consecuencias sanitarias de este movimiento.
El grupo, que había asesorado al gobierno en la formulación de políticas de vacunación, publicó este lunes una carta en el Journal of the American Medical Association, donde advierte que estas acciones podrían aumentar la propagación de enfermedades prevenibles. Además, lamentaron la falta de transparencia en las decisiones y alertaron sobre el riesgo de erosionar la confianza pública en la inmunización.
Cambios abruptos y perfiles polémicos en el nuevo comité
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Kennedy anunció la semana pasada que reestructuraría por completo el panel, incluyendo el reemplazo de la doctora Melinda Wharton, funcionaria de los CDC con décadas de experiencia en vacunación. La decisión se tomó sin consultar previamente a los miembros del comité ni ofrecer explicaciones públicas claras.
En su lugar, se nombraron ocho nuevos integrantes, entre ellos un científico crítico de las vacunas contra la COVID-19, un activista opuesto a los confinamientos durante la pandemia y otro colaborador de organizaciones vinculadas con la desinformación sobre vacunas. Este giro en el perfil del comité ha generado inquietud en círculos médicos y científicos, que temen un retroceso en décadas de avances en salud pública.
El papel del ACIP y la influencia en la política de salud
El Comité Asesor sobre Prácticas de Inmunización, establecido en 1964, desempeña un rol central en el diseño de las políticas de vacunación en Estados Unidos. Sus recomendaciones, generalmente adoptadas por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), sirven como referencia para médicos, clínicas y programas escolares en todo el país.
Los lineamientos del comité influyen directamente en la distribución y cobertura de vacunas como las del sarampión, la influenza, el VPH y más recientemente, la COVID-19. Por eso, cualquier cambio significativo en su composición o agenda genera un impacto inmediato en el sistema de salud pública.
Renuncias dentro de los CDC agravan el escenario
La salida de la doctora Wharton no fue el único golpe al aparato científico del país. También se produjo la renuncia de varios expertos clave en inmunización dentro de los CDC, incluyendo la doctora Lakshmi Panagiotakopoulos, quien trabajó por más de una década en programas de vacunación.
En su nota de renuncia, Panagiotakopoulos expresó su frustración ante la retirada de las recomendaciones de vacunación contra la COVID-19 para niños sanos y mujeres embarazadas. “No puedo seguir ayudando a los más vulnerables desde esta posición”, señaló. Estas bajas dificultan la transición del nuevo comité, que deberá familiarizarse rápidamente con temas complejos y sensibles.
Críticas por conflicto de intereses y respuesta oficial
Robert Kennedy Jr., reconocido anteriormente por su postura crítica hacia las vacunas, ha acusado públicamente al comité destituido de estar “alineado con los fabricantes de vacunas” y de aprobar sus recomendaciones de manera automática. Aunque el ACIP exige que sus miembros declaren posibles conflictos de interés y se abstengan de votar en situaciones específicas, Kennedy ha minimizado la efectividad de estas salvaguardas.
Por el momento, el Departamento de Salud y Servicios Humanos no ha ofrecido una respuesta formal a la carta publicada por los expertos cesados. Sin embargo, ha reiterado que la intención de los cambios es “reforzar la independencia del comité y garantizar la transparencia en la toma de decisiones”.
Preocupación por agenda futura del nuevo comité
El nuevo panel tiene previsto reunirse por primera vez la próxima semana. Aunque la agenda oficial aún no ha sido publicada, se anticipan votaciones clave sobre vacunas contra enfermedades como la influenza, el VPH, el VSR, la meningitis y la COVID-19.
Los exintegrantes del comité han expresado su preocupación por la falta de experiencia del nuevo equipo y por la posibilidad de que las decisiones estén guiadas por posiciones ideológicas más que por evidencia científica.
Organizaciones médicas y asociaciones de pediatría han pedido a la Casa Blanca y al Congreso que vigilen de cerca el rumbo que toma el comité y que se garantice que las políticas de vacunación sigan basándose en criterios científicos. Mientras tanto, expertos advierten que cualquier retroceso en la confianza pública puede traducirse en brotes de enfermedades que ya se consideraban bajo control.