El secretario de salud de Estados Unidos, Robert F. Kennedy Jr., anunció este miércoles que el país retirará todo financiamiento a la alianza global de vacunación Gavi, acusando a la organización de “ignorar la ciencia” y de haber “perdido la confianza del público”. Esta decisión marca un giro radical en la política sanitaria exterior de EE. UU., que hasta ahora había sido uno de los mayores patrocinadores del grupo.
Durante una conferencia de recaudación de fondos de Gavi celebrada en Bruselas, los asistentes presenciaron un video de Kennedy en el que explicó las razones detrás del retiro del apoyo económico. Gavi esperaba recaudar al menos 9.000 millones de dólares para mantener sus programas de vacunación en países de bajos ingresos durante los próximos cinco años.
EE. UU. retira fondos a Gavi tras décadas de cooperación
Gavi, creada en el año 2000, es una asociación público-privada que reúne a entidades como la Organización Mundial de la Salud (OMS), UNICEF, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Banco Mundial. La alianza ha vacunado a más de 1.000 millones de niños en todo el mundo, y se estima que ha salvado cerca de 18 millones de vidas mediante campañas de inmunización contra enfermedades como el sarampión, la polio y la fiebre amarilla.
Te Recomendamos
En la imagen, las cuatro vacunas que han estado disponibles en España. Foto: EFE | Carlos Barba
Estados Unidos ha sido históricamente uno de los donantes más generosos de la organización. Antes del regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, Washington había prometido destinar 1.000 millones de dólares a Gavi entre 2021 y 2030.
Sin embargo, Kennedy señaló que esa relación ha llegado a su fin. “No volveremos a contribuir con un solo dólar hasta que Gavi recupere la confianza pública y base sus decisiones en la mejor ciencia disponible”, declaró. También cuestionó el uso de los más de 8.000 millones de dólares que, según él, EE. UU. ha proporcionado desde 2001.
Críticas de Kennedy a las políticas de vacunación de Gavi
Durante su intervención, Kennedy —conocido desde hace años por su escepticismo hacia las vacunas— criticó duramente la actuación de Gavi durante la pandemia de COVID-19. Afirmó que la organización, junto con la OMS, colaboró con empresas de redes sociales para “silenciar opiniones disidentes” y “restringir la libertad de expresión”, lo cual, en su opinión, generó más desconfianza entre la población.
También cuestionó las recomendaciones de vacunar a mujeres embarazadas contra el COVID-19, así como la distribución de vacunas combinadas contra la difteria, el tétanos y la tos ferina en países en desarrollo. Kennedy citó estudios observacionales que, según él, muestran tasas de mortalidad más altas entre niñas vacunadas con esas combinaciones. Sin embargo, los expertos de la OMS han aclarado que no existen evidencias concluyentes de que estas vacunas causen dichas muertes.
Fotografía de archivo de una enfermera preparando una vacuna. EFE/EPA/ Annie Rice
Gavi respondió con un comunicado en el que reafirmó que todas sus decisiones están respaldadas por los comités de expertos en inmunización de la OMS, y que su prioridad es “la salud y seguridad de los niños”.
“La vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina ha sido clave para reducir a la mitad la mortalidad infantil en muchos países de bajos ingresos”, indicó la organización.
Impacto global tras el retiro de fondos de EE. UU.
La decisión de Estados Unidos de cortar el financiamiento a Gavi podría tener efectos importantes en la lucha contra enfermedades prevenibles. Aunque el Reino Unido anunció que aportará 1.250 millones de libras (aproximadamente 1.700 millones de dólares) entre 2026 y 2030, estos fondos podrían no ser suficientes para compensar la ausencia del aporte estadounidense.
Según el gobierno británico, su contribución servirá para proteger a unos 500 millones de niños en los países más vulnerables del mundo contra enfermedades como la meningitis, el cólera y el sarampión.
A pesar del respaldo de algunos países europeos, los expertos en salud global alertan sobre el riesgo de que se frenen campañas de vacunación clave si no se consigue cubrir el déficit financiero. En muchas regiones del África subsahariana y Asia meridional, las vacunas financiadas por Gavi representan la única vía de inmunización para millones de niños.
Por su parte, organizaciones como UNICEF y Médicos Sin Fronteras han expresado su preocupación por las consecuencias del retiro estadounidense. “La vacunación no solo salva vidas, también previene colapsos sanitarios”, advirtió un portavoz de UNICEF.
Un cambio radical en la política sanitaria de EE. UU.
El retiro de fondos de EE. UU. a Gavi se enmarca en una transformación más amplia de la política sanitaria bajo el nuevo mandato de Trump. Junto con Kennedy, el actual secretario de Salud, el gobierno ha adoptado posturas que se distancian de consensos científicos tradicionales y han buscado limitar la influencia de organismos multilaterales como la OMS.
Kennedy enfatizó que Estados Unidos no se opone a las vacunas en general, pero sí a lo que considera decisiones “poco transparentes” y “basadas en ciencia deficiente”. De momento, no se ha anunciado si estos fondos serán redirigidos a otros programas nacionales o si se mantendrán congelados.
En un contexto global donde las enfermedades infecciosas resurgen en zonas vulnerables, la ausencia del apoyo financiero estadounidense plantea un desafío inmediato para la vacunación global, sobre todo en medio de otras crisis sanitarias y económicas.