La NASA anunció una modificación significativa en su contrato de Servicios de Lanzamiento (NLS) II con SpaceX, integrando al cohete Starship a su portafolio de vehículos espaciales. Este ajuste, comunicado por la oficina de prensa de la agencia espacial estadounidense, suma al gigantesco cohete reutilizable de Elon Musk a las ya establecidas opciones de Falcon 9 y Falcon Heavy.
La decisión, efectiva desde este viernes, permitirá a SpaceX participar en misiones científicas, planetarias y de exploración con una nave diseñada para llevar cargas masivas al espacio profundo, incluyendo destinos como la Luna y Marte. El anuncio llega en un momento clave para la industria aeroespacial, con SpaceX consolidándose como un socio estratégico para la NASA.
La modificación al contrato NLS II, que tiene un período de ordenamiento hasta junio de 2030 y una vigencia total hasta diciembre de 2032, refleja la confianza de la NASA en las capacidades de SpaceX. «Esta ampliación nos permite aprovechar la innovación de Starship para misiones de alta prioridad», afirmó Jim Free, administrador asociado de la NASA, durante una rueda de prensa en el Centro Espacial Kennedy.
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Starship, con una altura de 122 metros y una capacidad de carga útil que supera las 150 toneladas en órbita baja terrestre, según datos oficiales de SpaceX, se une ahora a un catálogo que busca maximizar el éxito de lanzamientos con supervisión técnica completa de la agencia.
El programa NLS II está diseñado para misiones de riesgo bajo y medio, abarcando desde satélites de observación terrestre hasta exploraciones planetarias. Con esta integración, SpaceX no solo refuerza su posición como proveedor líder, sino que también abre la puerta a nuevas oportunidades en el marco del programa Artemis.
La NASA ya había seleccionado a Starship como el sistema de aterrizaje humano para la misión Artemis III, prevista para 2027, y esta expansión podría acelerar el desarrollo de tecnologías necesarias para la exploración lunar sostenida. La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio destacó que el contrato incluye una cláusula de «on-ramp», permitiendo la incorporación anual de nuevos servicios o proveedores, lo que mantiene la competencia abierta.
SpaceX y la evolución de Starship en la NASA
El cohete Starship, desarrollado en las instalaciones de SpaceX en Starbase, Texas, ha pasado por una serie de pruebas intensivas desde su concepción. En su octavo vuelo de prueba, realizado el 6 de marzo de 2025, el Super Heavy —el propulsor de la primera etapa— fue capturado exitosamente por la torre de lanzamiento, un hito en su diseño reutilizable.
Sin embargo, la etapa superior sufrió una pérdida de control tras el apagado prematuro de cuatro de sus seis motores, según un informe preliminar de la Administración Federal de Aviación (FAA). A pesar de estos retos, la NASA ve en Starship un potencial transformador, especialmente por su capacidad de realizar transferencias de propelente en órbita, una tecnología clave para misiones más allá de la órbita terrestre baja.
La agencia espacial también resaltó que SpaceX está invirtiendo $1.8 mil millones en nuevas instalaciones en Florida, incluyendo plataformas de lanzamiento en el Complejo 39A del Centro Espacial Kennedy y el Complejo 37 de Cabo Cañaveral, según la oficina del gobernador Ron DeSantis. Estas obras, que podrían generar 600 empleos en la Costa Espacial para 2030, están pendientes de revisiones ambientales que no concluirán hasta finales de 2025, pero ya muestran el compromiso de SpaceX con el programa espacial estadounidense.
SpaceX: Un socio clave para la NASA en 2025
La relación entre la NASA y SpaceX se ha fortalecido desde que la empresa lanzó con éxito a los astronautas Doug Hurley y Bob Behnken a la Estación Espacial Internacional en mayo de 2020, marcando el primer vuelo tripulado desde suelo estadounidense en nueve años. Desde entonces, SpaceX ha completado 467 lanzamientos con Falcon 9 y Falcon Heavy hasta el 26 de marzo de 2025, con un récord de 464 éxitos totales, según la compañía. La incorporación de Starship al NLS II amplía esta colaboración, permitiendo a la NASA diversificar sus opciones para misiones críticas.
El próximo gran paso para Starship será su participación en una demostración de transferencia de propelente en órbita, programada para finales de 2025, un requisito esencial para las misiones Artemis más allá de la órbita lunar. Mientras tanto, SpaceX planea aumentar su cadencia de lanzamientos desde Starbase, Texas, a 25 pruebas este año, un objetivo respaldado preliminarmente por la FAA en noviembre de 2024. Con cada avance, la alianza entre la NASA y SpaceX redefine las posibilidades de la exploración espacial, llevando al límite lo que la tecnología actual puede lograr.