Este viernes 28 de junio se conmemora el Día del Orgullo en todo Estados Unidos, una fecha en la que millones de personas salen a las calles para marchar, celebrar y exigir igualdad de derechos. Más que una festividad, el Pride se ha convertido en un símbolo de lucha, visibilidad y resistencia para la comunidad LGBTIQ+.
El Día del Orgullo honra el camino recorrido por quienes, durante décadas, han enfrentado la discriminación por su identidad de género u orientación sexual. A lo largo del mes de junio, ciudades como Nueva York, San Francisco y Los Ángeles se convierten en escenarios de coloridas celebraciones, pero también de reflexión y activismo.
Día del Orgullo: una historia marcada por la resistencia
El Día del Orgullo no nació como una celebración, sino como una respuesta a la opresión. Todo comenzó el 28 de junio de 1969, cuando la policía realizó una redada en el bar Stonewall Inn, ubicado en el barrio de Greenwich Village en Nueva York. En ese entonces, los actos homosexuales eran ilegales en la mayoría de estados del país, y las redadas eran comunes.
Te Recomendamos
La policía hace una redada contra los gays en Stonewall. Foto: X/@Shine_McShine
Sin embargo, aquella noche fue diferente. Personas trans, drag queens, lesbianas y homosexuales decidieron resistir. Durante seis días se produjeron disturbios espontáneos en las calles, en lo que se considera el nacimiento del movimiento moderno por los derechos LGBTIQ+.
Un año después, en 1970, se realizó la primera Marcha del Orgullo en Nueva York, conocida como el Christopher Street Liberation Day, en conmemoración de los disturbios de Stonewall. Simultáneamente, otras ciudades como San Francisco, Chicago, Boston y Los Ángeles realizaron sus propias manifestaciones.
Desde entonces, el Día del Orgullo se ha convertido en una celebración anual que reconoce los avances y recuerda que aún existen desafíos por enfrentar.
Día del Orgullo: desfiles, visibilidad y lucha
Actualmente, el Día del Orgullo es una de las manifestaciones públicas más multitudinarias del país. Cada año, miles de personas asisten a desfiles, conciertos, ferias comunitarias y actividades culturales que celebran la diversidad de género y orientación sexual.
Manifestaciones contra la violencia policial en el pub Stonewall Inn, ubicado en el barrio de Greenwich Village (Nueva York). Foto: X/@whojuy
En ciudades como San Francisco o Nueva York, las celebraciones se extienden durante todo el mes de junio. La Marcha del Orgullo en San Francisco, por ejemplo, reúne a más de 100 mil asistentes y es transmitida en vivo por medios nacionales. Además de la alegría que caracteriza al evento, organizaciones sociales aprovechan esta plataforma para promover campañas de salud sexual, prevención de VIH, acceso a tratamientos y visibilización de poblaciones históricamente marginadas, como personas trans negras o migrantes LGBTIQ+.
Es importante destacar que, si bien el Día del Orgullo tiene un componente festivo, también es una herramienta de protesta. En años recientes, las marchas han servido para denunciar leyes anti-LGBTIQ+, alertar sobre crímenes de odio y exigir reformas legales que garanticen igualdad de derechos en el matrimonio, la adopción o la identidad de género.
Día del Orgullo: el significado de la bandera arcoíris
Durante las celebraciones del Día del Orgullo, uno de los símbolos más visibles es la bandera arcoíris. Fue diseñada en 1978 por el artista y activista Gilbert Baker, originario de San Francisco, y rápidamente se convirtió en un emblema internacional del movimiento.
La versión original contaba con ocho colores, cada uno con un significado: rosa (sexualidad), rojo (vida), naranja (curación), amarillo (luz del sol), verde (naturaleza), turquesa (arte), azul (serenidad) y violeta (espiritualidad). Con el tiempo, la bandera fue simplificada a seis colores, aunque nuevas variantes han sido añadidas para incluir a personas trans, intersexuales y otras identidades no binarias.
Hoy en día, la bandera del Orgullo representa mucho más que una estética: es un recordatorio de que la diversidad existe y debe ser reconocida. Muchas instituciones, marcas y entidades públicas la exhiben durante junio como gesto de apoyo, aunque también se generan críticas cuando estos gestos no van acompañados de acciones reales por la inclusión.
En algunos estados, también se han impulsado leyes para prohibir la exhibición de banderas del Orgullo en espacios públicos, lo que ha provocado controversias sobre la libertad de expresión y los derechos civiles. Por eso, ondear la bandera durante el Día del Orgullo sigue siendo un acto político.